Para ser multiorgásmica es fundamental, por un lado, reconocer
claramente las señales fisiológicas del orgasmo y, por el otro, atender a
dos aspectos: tener dosis importantes de curiosidad y evitar las
hipótesis o expectativa preconcebidas en torno a las relaciones
sexuales. “Hoy en día la sexualidad de lo que menos se nutre es del
instinto. Olvidamos muchas veces que la sexualidad es una
capacidad que se tiene que desarrollar a la que hay que dedicar tiempo,
necesita de un aprendizaje donde la parte práctica es importante, pero
también lo es el conocimiento“, argumenta la doctora Francisca
Molero, directora del Institut de Sexología de Barcelona. Por eso la
sexóloga considera importante quitarse encima el peso de los aspectos
morales y concentrarse en los fisiológicos.
A la hora de reconocer las señales fisiológicas del orgasmo, la
sexóloga aclara que no es lo mismo los condicionantes que una persona
tiene en el autoerotismo o en la masturbación, pues en esta actividad la
función básica de una persona es la búsqueda de placer, la persona se
conoce, sabe lo que le gusta, cómo y con qué intensidad, lo que hace que
sea más fácil que se dispare la respuesta sexual, mientras que cuando
se tienen relaciones sexuales con una pareja existen otros
condicionantes pues, de alguna manera, “delegas en otra persona una
parte de esa búsqueda del placer”, estás pendiente de la reacción y
respuesta del otro… Muchas veces, además, tenemos falsas expectativas
sobre cómo han de ser las relaciones sexuales, expectativas basadas en
modelos que no son reales, sino que son productos de mercado y que
producen malestar y frustraciones cuando no se consigue lo que vemos en
estos modelos. Estas falsas expectativas tienen que ver tanto
con diferentes prácticas sexuales y su consecución, como con las
expectativas en torno a la posibilidad de que la pareja adivine en cada
momento lo que deseas y acierte. Se llegan incluso a pensar en
términos semejantes a esta frase: “Si no sabe lo que me gusta, es que no
le importo”. Y eso se hace en muchas ocasiones sin hablar con la pareja
sobre temas como: lo que te gusta y lo que no, lo que más te excita y
lo que no, lo que te hace sentir incómoda y lo que no… Esta
visión irreal de las relaciones sexuales se suele dar más en aquellas
mujeres que se conocen poco sexualmente y que tienen poca comunicación
con la pareja, si la tienen.
Otra de las formas de actuar que no favorece la respuesta sexual es
la necesidad de controlar la situación que tienen algunas mujeres.
“Cuando hablamos de que a la hora de mantener una relación sexual tenemos que estar relajados, nos referimos a la mente, no al cuerpo.
El sexo es tensión muscular, máxima sensibilidad y actividad en el
cuerpo, pero relax en la mente”, explica la directora del Institut de
Sexología de Barcelona, Francisca Molero.
El estado de la vagina es otro de los aspectos que hay que atender a
la hora de garantizar la respuesta sexual. Es importante conocer la
vulva y la vagina, saber cómo funciona, reconocer que somos capaces de
contraerla o relajarla a voluntad y buscar soluciones si esto no sucede.
“El confort vulvo vaginal es importante para la satisfacción sexual,
aunque entendamos que la sexualidad no es solamente genitalidad”,
explica la sexóloga.
En líneas generales, el entrenamiento y la curiosidad contribuyen a favorecer la respuesta sexual, si
bien hay que tener en cuenta aspectos como el estado de la vagina y la
movilidad de la pelvis (las posiciones también influyen en la
consecución del orgasmo). Por último, cabe destacar la apreciación de la
doctora Molero para no llevar a engaños, y es que, aunque en general
las mujeres no necesitan un periodo refractario para disfrutar de los
orgasmos de forma continua, cada mujer es única, lo que hace que unas
puedan vivir orgasmos explosivos, o tranquilos, que les lleven a
necesitar un tiempo determinado para poder disfrutar de otro.
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