Días previos a la VII Cumbre de las Américas, la Casa Blanca aseguró este martes 7 de abril que Venezuela no representa amenaza alguna para Estados Unidos (EEUU), tema que había llamado la atención del mundo entero.
“EEUU no cree que Venezuela representa alguna amenaza a nuestra seguridad nacional.
Honestamente, tenemos un formato con el que elaboramos nuestras órdenes
ejecutivas para todo el planeta”, dijo Ben Rhodes, asesor presidencial
sobre Seguridad Nacional.
Así mismo el funcionario estadounidense resaltó que la Cumbre debe ser un momento para tener un intercambio civilizado con todos los líderes.
“No tenemos preocupación de hablar con cualquier participante, pero
todos deberíamos pensar que debe ser un evento correcto, donde podemos
tener un intercambio como debe ser”, agregó.
Tras estas declaraciones, el Consejero del Departamento de Estado de EEUU, Thomas Shannon, arribó a Caracas, y tiene previsto reunirse este miércoles con el presidente, Nicolás Maduro, según reseñó el diario El Universal.
Ésta es la primera declaración que emite
el gobierno norteamericano tras la orden ejecutiva de Obama. Pero, ¿por
qué ahora? ¿qué hay detrás de esto?
Hasta el lunes 6 de abril la Sub-secretaria de Estado de EEUU para Latinoamérica, Roberta Jacobson, calificó el respaldo de los países latinoamericanos a Venezuela como un ejercicio de “solidaridad basada en la retórica”, mostrándose “decepcionada” porque no tuvieron apoyo de otros Estados.
“Las palabras son importantes, y el tono
con que se dicen esas palabras. El tono que están usando ahora los
líderes (latinoamericanos) demoniza a EEUU como si fuera la fuente de los problemas de Venezuela, cuando no lo somos, y esto nos dificulta avanzar de una manera pragmática”, sostuvo Jacobson.
“Me decepcionó que no hubiera más países que defendieran las sanciones porque no eran para dañar a los venezolanos o al Gobierno venezolano en su conjunto”, aseguró.
En este sentido, las declaraciones de
Jacobson podrían ser una clara señal de que los resultados que esperaba
EEUU con el decreto no fueron logrados.Ahora las preguntas serían ¿Por qué ahora EEUU basa el carácter de su decreto en un simple formato? ¿Se
daría cuenta que cometió un error o está buscando las vías diplomáticas
para crear un “puente amistoso” y bajar la tensión en la Cumbre?
Y es que los países latinoamericanos, la Unión de Estados Suramericanos (Unasur) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), han mostrado en diversos foros su oposición a la acción ejecutiva de Obama contra Venezuela.
Luego de esto, valdría la pena dejar tres aspectos a la reflexión:
1.- La Orden Ejecutiva representa una violación al principio de no intervención, consagrado
en la Carta de la ONU, es decir, bajo el derecho internacional, ningún
Estado tiene derecho a intervenir directa o indirectamente en los
asuntos internos de otro Estado.
2.- Hasta ahora no se han publicado las pruebas concretas que demuestran que los funcionarios sancionados estuvieron inmersos en violaciones a los derechos humanos.
3.- Estados Unidos no buscó agotar el “caso de Venezuela” en organizaciones internacionales como la OEA y la ONU, sino que pasó a imponer esas medidas.
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