Para los venezolanos todos los días son perfectos para el disfrute y ¿por qué no? Para salir y conocer un poco más de nuestro país.
Venezuela es un país bendecido, con playas, desiertos y paisajes que parecen sacados de una historia fantástica. Por esta razón te presentamos los lugares que todo venezolano debería conocer.
1. Una playa que hace un puente en el mar (Cayo de Agua, Los Roques)
Cayo de Agua es una de las islas del archipiélago de Los Roques, una de las playas más increíbles de Venezuela, una extensión de arena que por momentos, hace una especie de puente en el mar (y una de las playas más bonitas del mundo).
Esta es sólo una entre tantas playas que encajan con la idea del paraíso tropical de aguas transparentes en el Caribe.
2. Un lugar perfecto para experimentar un mar de nubes (los Tepuys de Canaima)
Los tepuyes de Canaima, son las formaciones elevadas más antiguas del planeta. En algunos de ellos, como el Roraima, desde lo alto, las nubes se ven como un manto que literalmente simula un mar, con sus “olas” chocando con los acantilados del tepuy (de hecho, lo incluimos en una lista entre los mejores sitios del planeta para ver un mar de nubes).
3. Un mundo perdido en lo alto del Tepuy Roraima.
Si la diversidad a nivel suelo del Parque Nacional Canaima sorprende, no será menos lo que queda por encontrar en lo alto de los tepuyes. Como si fuera un mundo perdido, los tepuyes dispersos en gran parte en Canaima, constituyeron un ambiente ideal para el desarrollo de formas evolutivas únicas.
Las elevaciones son calificadas a menudo como “las Galápagos de tierra firme”, un sitio tan particular, que hace que la mayoría de seres vivos presenten adaptaciones especiales para sobrevivir. El TepuyRoraima, por ejemplo, fue el que inspiró a Arthur Conan Doyle para su novela “El mundo Perdido”, y tiene singularidades como las de cada imagen.
4. Un relámpago eterno (en lago Maracaibo, Venezuela)
En la cuenca del lago de Maracaibo, en Venezuela, se produce de manera casi continua una serie de relámpagos, fenómeno causado por el tipo de nubes, los vientos alisios que soplan sobre la superficie del lago en las horas de mayor evaporación, y el choque con el sistema montañoso de la zona. se conoce como relámpago de Catatumbo y produce nada menos que unos 60 destellos por segundo, un espectáculo que se ve desde kilómetros de distancia.
5. Un desierto en la costa del Caribe (Los Médanos de Coro)
Si todos esperamos playas paradisíacas en el Caribe, pocos imaginarían un auténtico desierto. Los Médanos de Coro son formaciones de arena dunares que sobrepasan los 8 metros de altura, conformando el desierto más grande de la costa del Caribe. Es un área protegida como un Parque Nacional, una extensión de arena a merced de los vientos alisios en el noroeste de Venezuela (en el estado Falcón).
6. Como un rincón de Alemania (y Holanda) en el Caribe (Colonia Tovar)
Desde mediados del siglo XIX en el estado de Aragua un grupo de inmigrantes alemanes (provenientes del estado alemán de Baden) se instalaron en lo que hoy se conoce como Colonia Tovar. Es un sitio que se conoce como la “Alemania del Caribe”, o la “Holanda del Caribe” (porque también hay numerosos descendientes de inmigrantes holandeses). El aspecto del lugar es de innegable estilo europeo, por lo que además es un sitio turístico que parece extrapolado directamente del Viejo Mundo.
7. Una alta densidad de delfines en libertad (en Mochima)
El Parque Nacional Mochima se encuentra en la costa este de Venezuela y además de ser un paraíso de playa e islas, es uno de los lugares del planeta donde es posible avistar delfines en libertad y en alta probabilidad de cruzarnos con ellos, por su alta densidad.
Hay cantidad de bahías, golfos, zonas de aguas profundas, hacia tierra zonas montañosas y mucha vegetación. Y en el agua, cantidad de delfines jugando y disfrutando a menudo entre las embarcaciones. Se encuentra entre los estados deSucre y Anzoátegui.
8. El abismo más grande del mundo.
Si faltaban lugares para el asombro en Venezuela, la cueva sima Humboldt sirve para seguir en la misma línea. Es nada menos, que el abismo más grande del mundo, un sumidero o cueva enorme situada en la meseta del tepuy Sarisariñama, que está dentro de un parque nacional (Jaua-Sarisariñama).
Lo de sitio curioso es en todo sentido: fue descubierto en años recientes (1961) por estar en un lugar por demás apartado y aislado, además de en medio de la jungla. De hecho, la cima está cubierta de selva, y no está sola, porque hay otras cuevas similares en el mismo tepuy. Se cree que son las cuevas más antiguas del mundo, y toda la biodiversidad de su interior aún se está estudiando. Se encuentra en el estado de Bolívar.
9. Paisajes de ensueño se esconden en Los Andes venezolanos
Venezuela es sin duda un país bendecido, tiene el mejor clima, la mejor gente y además tenemos playas, montañas, lagunas y hasta nieve. Todo esto sin alejarnos de nuestro terruño adorado.
Si de clima templado, paisajes de ensueño, picos exhuberantes desde dónde se puede apreciar la majestuosidad del territorio hablamos, sólo podemos hacer referencia a la región andina, que comprende los estados Mérita, Trujillo y Táchira, de los cuales no se puede recomendar un sitio nada más porque tienen muchos lugares espectaculares que todo venezolano debería conocer.
Como la Sierra Nevada con los ‘accidentes geográficos más hermosos’, los picos Bolívar, Humbolt y Bonpland , la laguna de Mucubají, el páramo La Culata y la laguna Negra con sus leyendas seres fantásticos que habitan en sus profundidades, en Mérida, el cálido y amable pueblo de Boconó en el estado Trujillo y La Grita en Táchira, solo por mencionar algunos sitios.
Si de fe y religión se trata, no se debe dejar de visitar el monumento a la Virgen de la Paz en el estado Trujillo y el pueblo de Isnotú, dónde nació José Gregorio Hernández, el Siervo de Dios.
1o. Por último, pero no menos importante: El Salto Angel
Sus 980 metros de altura lo convirtieron en el salto más alto del mundo. La cascada cae desde el Auyantepuy -el tepuy más extenso, pero no el más alto- dentro del Parque Nacional Canaima en el estado Bolívar.
Para llegar hasta este imponente salto se necesita navegar el río Carrao que luego se une con el Churún durante unas cuatro horas aproximadamente. En el camino se va rodeado de tepuyes y de una calma que estremece todos los sentidos.
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