Malachi Reeve, un niño de 18 meses, fue rescatado del mar por un pescador en una costa de Nueva Zelanda. El hecho ocurrió mientras los padres del infante dormían donde acampaban. Fue encontrado morado por el frío de las aguas.
El bebé había escapado de la tienda de los padres en un camping junto al mar.
La madre de Malachi, Jessica Whyte, dijo que sentía que su corazón había dejado de latir después de enterarse de que su pequeño niño había abierto la tienda en la que dormían y había entrado en el agua.
El Sr. Hutt pensó que el niño era una pequeña muñeca que flotaba en el agua, pero fue luego de que el niño lloró y se acercó dándose cuenta que era un bebé que se encontraba flotando en las aguas frías del océano.
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