La Policía colombiana ya maneja varias hipótesis sobre el crimen del fiscal paraguayo Marcelo Pecci en Cartagena. Una venganza por la intervención de Pecci en la extradición de un libanés a EEUU o un coletazo de un megaoperativo anti lavado de activos en Paraguay, son las principales líneas de investigación.
La investigación sobre el crimen del fiscal paraguayo Marcelo Pecci, ultimado por sicarios mientras disfrutaba su luna de miel en un hotel de la isla colombiana de Barú, comienza a arrojar las primeras hipótesis, mientras continúa la búsqueda de uno de los autores del homicidio, identificado en imágenes y en un discutido retrato hablado divulgado por la Policía de Colombia.
Apenas conocido el crimen, la Policía de Colombia conformó un grupo de trabajo especial que fue enviado al lugar del asesinato de Pecci para iniciar la investigación. El equipo incluyó cinco investigadores del equipo de Homicidios de la Policía, además de buzos, dactiloscopistas expertos en registrar huellas digitales y peritos morfológicos dedicados a establecer cómo se veían los sospechosos.
A un día de cometido el atentado, el director de la Policía colombiana, Jorge Luis Vargas, reveló las primeras líneas de la investigación.
«La primera hipótesis del crimen tendría relación con las investigaciones que adelantaba el fiscal Pecci contra el terrorismo internacional», comunicó la cuenta de Twitter del jerarca.
En conferencia, Vargas había asegurado que detrás del crimen había «un sistema de crimen organizado trasnacional con una alta planeación e inversión de recursos».
Por ese motivo, la Policía colombiana notificó del crimen a los 196 países adscriptos a Interpol y Europol para «que se sumen a la búsqueda, especialmente en América Latina».
Un artículo del diario colombiano El Tiempo consigna que, en el marco de esta línea de investigación, la Policía colombiana indaga si el asesinato de Pecci puede tener que ver con su participación como fiscal en un operativo montado junto con la DEA (Administración de Control de Drogas por sus siglas en inglés).
Aquella investigación logró detener, en 2018, al ciudadano libanés Nader Mohamad Farah, quien posteriormente fuera extraditado a EEUU, donde se lo acusaba de lavado de activos vinculados al terrorismo internacional. Las autoridades colombianas relacionan el caso con la organización libanesa Hizbulá y entienden que «células» en Colombia pudieron haber ejecutado el crimen como retaliación a la detención de Farah.
Sin embargo, los investigadores mantienen vivas otras líneas de investigación con implicaciones más regionales. Es que Pecci fue uno de los fiscales que participaron en la operación ‘A Ultranza Py’, uno de los mayores operativos contra el lavado de activos realizado en la historia de Paraguay.
En ese marco, y según consigna el diario colombiano, no se descarta que la concreción del asesinato haya quedado en manos del Primer Comando Capital, una organización criminal de Brasil con operaciones en varios países de Sudamérica, especialmente en Paraguay.
Las especulaciones también deben coincidir con lo que se sabe hasta ahora de los ejecutores de Pecci. Una de las informaciones manejadas por la Policía colombiana es que los dos hombres que llegaron a la playa en motos de agua tenían «acento caribeño».
De todos modos, la fiscal paraguaya Alicia Sapriza, una de los nexos del Ministerio Público de Paraguay con el caso, dijo a medios locales que habría «entre cuatro y cinco personas» involucradas materialmente en el homicidio.
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