Privados de libertad obtienen teléfonos inteligentes y con ellos hacen llamadas, envían mensajes y consiguen correos electrónicos.
Esto con la intención de engañar a usuarios para robarles dinero.
El criminólogo Juan Vásquez señala que obtienen estos dispositivos gracias a visitantes, personal de la prisión o incluso otros reclusos.
Asegura que muchos de estos celulares son robados y de ahí sacan los contactos para estafar, extorsionar y amenazar.
“Una de las maneras para robar datos es el hackeo del correo electrónico, porque allí se almacena mucha información”, expresó.
El consultado detalla que cuando los criminales manejan la información comienzan a llamar, algunos se hacen pasar por funcionarios de organismos como el Saime.
O también, fingen ser trabajadores de empresas como Cantv o Movistar, con la idea de robar datos.
Vásquez destaca que esta es una de las modalidades más usadas por reclusos, su intención principal es poder entrar a las cuentas bancarias de sus víctimas.
Al tener acceso al email, el delincuente puede ver los contactos telefónicos, redes sociales y plataformas donde la víctima está subscripta.
Para ello han usado la modalidad de phishing, donde mandan correos electrónicos con links fraudulentos para hackear a los usuarios.
Además, envían mensajes por WhatsApp fingiendo vender dólares, mas conocido como “Hola, soy María”.
Asimismo, deja en claro que si un recluso tiene acceso a un celular tiene a su disposición el ser parte de cualquier tipo de delito informático.
Incluyendo acoso y sextorsión.
Pranes planean secuestros
De igual manera, desde la prisión pueden planificar robos, secuestros e incluso asesinatos.
Por lo general, estos delitos son ordenados por pranes, quienes tienen aliados trabajando fuera de la cárcel.
El abogado penal, Alberto Contreras, explica que son actos de venganza y para infligir poder.
Usualmente, los encarcelados ordenan a su banda que investiguen a cierta persona, con la idea de secuestrarlo o asesinarlo.
Contreras detalla que los criminales desde la cárcel planean estos delitos y son ellos mismos quienes se encargan de llamar a familiares para amenazar.
Asegura que en muchos casos los reclusos pueden continuar en el mundo delictivo cuando están tras las rejas por causa de la corrupción y miedo que imparten.
Fuente: 2001
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