Despertarse temprano en los días de
trabajo y dormir más en los días libres quizá no sea tan reparador como
usted cree: un estudio nuevo sugiere que cuando se alteran los hábitos
de sueño rutinarios, aumenta el riesgo de diabetes y de enfermedades
cardiacas.
El estudio incluyó a 447 hombres y mujeres, de 30 a 54 años
de edad, que trabajaban al menos 25 horas a la semana fuera de casa.
Cada uno de ellos llevó una muñequera que registró su sueño y sus
movimientos 24 horas al día durante una semana. Se usaron formularios para evaluar el ejercicio que hicieron y sus hábitos alimentarios.
Casi 85% de los participantes durmieron
más tiempo en sus días libres que en los laborables, observaron los
investigadores. El resto se levantó antes en sus días libres que en los
que trabajaban.
Cuando había una gran diferencia entre
lo que dormían en los días que trabajaban y en los días libres, esas
personas tendían a tener unos peores niveles de colesterol y de insulina
en ayunas, una mayor resistencia
a la insulina, un tamaño de la cintura mayor y un índice de masa
corporal (IMC) mayor, según los hallazgos. El IMC es un estimado de la
grasa corporal basada en la estatura y el peso.
Este vínculo entre lo que los
investigadores llamaron el “jetlag social” y los factores de riesgo para
la salud se mantuvo incluso después de que tomaran en cuenta otras
medidas del sueño y conductas del estilo de vida, como la actividad
física y la ingesta de calorías. Los hallazgos del estudio se publicaron
el 18 de noviembre en la revista Journal of Clinical Endocrinology
& Metabolism.
“El jetlag social se refiere a la disparidad entre el ritmo circadiano biológico [el reloj corporal] de un individuo y los horarios
de sueño impuestos socialmente. Otros investigadores han hallado que el
jetlag social está relacionado con la obesidad y algunos indicadores de
la función cardiovascular”, comentó la autora
del estudio, Patricia Wong, de la Universidad de Pittsburgh, en un
comunicado de prensa de la Sociedad Endocrina (Endocrine Society).
“Pero este es el primer estudio que se
extiende a partir de esos trabajos, y muestra que incluso entre los
adultos con un buen estado de salud, que trabajan y cuyos horarios de sueño no sufren cambios tan extremos, el jetlag social puede contribuir a que tengan problemas metabólicos”, indicó Wong.
“Estos cambios metabólicos pueden contribuir a la obesidad, la diabetes y a las enfermedades cardiovasculares”, explicó.
Pero la asociación observada en este
estudio no demuestra una relación directa de causa y efecto entre los
hábitos inconsistentes de sueño y la aparición de estas enfermedades.
“Si se replica lo que hemos observado
aquí en futuros estudios, entonces quizá tengamos que pensar como
sociedad en el modo en que el trabajo moderno y las obligaciones
sociales están afectando a nuestro sueño y nuestra salud”, dijo Wong.
“Podría ser beneficioso que las intervenciones clínicas se centren en los problemas circadianos, en una educación en el lugar de trabajo que ayude a los empleados y a sus familias a tomar decisiones informadas sobre la estructuración de sus horarios, y en políticas que animen a las empresas a pensar en estos asuntos”, concluyó Wong.
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