En el barrio Negro Primero no había nadie que no hablara de Camila Sofía. La noticia de la desaparición de la niña corrió como pólvora por esas zonas populares del sur de Valencia. Muchos de sus habitantes se unieron a la búsqueda que terminó este sábado en un canal de agua en Trapichito. “El hombre de la bicicleta”, un supuesto sospechoso sobre el caso, habría sido detenido por funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), base Los Caobos, quienes iniciaron las averiguaciones para esclarecer el caso.
El jueves en la noche Belkis salió con su hija Camila para una campaña de cristianos. En medio de la prédica, la pequeña de 4 años se retiró del grupo y la perdieron de vista, cuentan algunos hermanos de la congregación a donde asisten. Enseguida los evangélicos encendieron las alarmas en el barrio y pronto se unieron los vecinos a buscar a la niña.
Nadie tenía ni idea de donde estaba Camila. Nadie la había visto por la calle Bolívar de Bicentenario III donde estaba la concentración de los cristianos, a quien sí vieron con suspicacia fue a un sujeto que estaba montado en una bicicleta en una esquina del grupo. Ese, supuestamente, sería el principal sospechoso de la desaparición.
Las horas pasaban y el desespero en la familia crecía. Ya era la 1:00 a.m del viernes y la búsqueda era infructuosa. Todos debieron regresar a sus hogares para evitar ser víctima del hampa, pero en la mañana siguieron indagando por el barrio. A través de WhatsApp ya rodaba una imagen de la niña con información detallada, por si alguien la había visto. Nada funcionaba.
Cerca de las 10:00 a.m del sábado un niño que jugaba cerca de un canal de agua en Trapichito, una comunidad cercana, localizó el cuerpo y avisó. Otra vez el rumor corrió por el barrio sobre el hallazgo de una niña muerta. Los padres de Camila, con la esperanza que no se tratara de su hija, llegaron al lugar poco antes que la levantaran los pesquisas del Cicpc. Al ver la cara de la niña, el llanto hablaba por sí solo.
No había palabra que consolara a Belkis. Este domingo, permanecía sentada, con su blusa rosada y falda marrón, en el porche de la casa donde llevaron el cuerpecito en el cajón blanco. Allí conversaba con otras personas. Confesaba no conocer la zona donde desapareció la pequeña Camila.
¡Camila, Camila! gritaba una joven frente al ataúd. Varios niños la acompañaban en llanto, que deja el dolor de perder a un ser inocente. Sobre todo en las circunstancias que rodearon la desaparición de la Camila Sofía. A las afueras de la casa permanecían varias personas que llegaron a apoyar a la familia.
Entre el grupo de los asistentes estaba el papá. No vivía con la niña, por eso poco sabía sobre lo sucedido. Solo confirmó que se trató de un asesinato, pues Camila tuvo fractura de cráneo producto, presuntamente, de un fuerte golpe con un objeto contundente que le produjo la muerte. Aclaró que un hombre está detenido por el caso. Desconocen con qué intención la rapto. No fue abusada.
Entre otro grupo, estaban las maestras y el director de la escuela donde la pequeña cursaba 2do nivel. Este lunes estarán suspendidas las clases por duelo.
En el sur de Valencia todos están alarmados y con deseos de justicia.
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