El dispositivo impresiona la primera vez que lo ves. Es grande
para los estándares de teléfonos, aunque no inmenso como la serie Note y
uno no se acomoda al tamaño de su pantalla a primera vista.
“Diseñado para humanos”, es una de las premisas de Samsung y su
Galaxy SIII, que está ya en las vidrieras de sus tiendas en Venezuela
(desbloqueado) y que debería llegar a la canasta navideña de las
operadoras a un precio bastante competitivo. Luego de casi tres semanas
probando el dispositivo, ya estamos listos para dar un veredicto.
Por fuera
El Galaxy SIII impresiona la primera vez que lo ves. Es grande -para los estándares de teléfonos, aunque no inmenso como la serie Note- y uno no se acomoda al tamaño de su pantalla a primera vista (luego entiendes que necesitas una pantalla así de grande). Pero lo que más impresiona es su delgadez y su peso. Aunque volumétricamente sea tan aparatoso, es muy liviano. Cabe perfectamente en el bolsillo de un jean de hombre aunque no debería calzar tan fácilmente en una cartera de mujer.
El punto débil es el plástico: Para un teléfono de lineas finas, curvas elegantes y peso imperceptible, el acabado deja algo que desear. El plástico de la tapa trasera es fácil víctima de las rayas. En ese aspecto, a los coreanos les falta algo de Jonny Ive. Claro, no se hicieron las pruebas de stress requeridas y que cuando inquirimos a una de las responsables de las comunicaciones de la empresa en Venezuela, Tulia Monsalve, causó está reacción.
El Galaxy SIII impresiona la primera vez que lo ves. Es grande -para los estándares de teléfonos, aunque no inmenso como la serie Note- y uno no se acomoda al tamaño de su pantalla a primera vista (luego entiendes que necesitas una pantalla así de grande). Pero lo que más impresiona es su delgadez y su peso. Aunque volumétricamente sea tan aparatoso, es muy liviano. Cabe perfectamente en el bolsillo de un jean de hombre aunque no debería calzar tan fácilmente en una cartera de mujer.
El punto débil es el plástico: Para un teléfono de lineas finas, curvas elegantes y peso imperceptible, el acabado deja algo que desear. El plástico de la tapa trasera es fácil víctima de las rayas. En ese aspecto, a los coreanos les falta algo de Jonny Ive. Claro, no se hicieron las pruebas de stress requeridas y que cuando inquirimos a una de las responsables de las comunicaciones de la empresa en Venezuela, Tulia Monsalve, causó está reacción.
Por dentro
Su procesador Quad-Core hace que muchas aplicaciones carguen más rápido que en iPhone, como el caso de Angry Birds Star Wars (1.7 vs 2.1 segundos). Claro que, si comenzamos a “adornar” el teléfono con “periquitos”, la cosa cambia. Los Widgets consumen muchísimos recursos e, intuitivamente, no es sencillo ver que programas están corriendo en segundo plano para detenerlos. Pero el teléfono y Android son inteligentes al minimizar su uso. Luego de instalar los widgets de Flipboard (en mi opinión, el único verdaderamente útil), Twitter y Youtube, los tiempos de carga se emparejaron (contra un iphone con 45 aplicaciones en su sistema).
Android en Venezuela no es un punto fuerte: Sí, sus apps suelen ser gratis pero, ¿Cómo se compran las pagas? Mientras en el pa´s hay decenas de tiendas que venden las tarjetas prepagadas de la iTunes Store Pero donde Samsung acierta es en su versión de Android. Lo hace más amigable e incluso… querible. Aunque el Galaxy viene pre-cargado con muchas aplicaciones específicas de la marca que NUNCA vamos a usar, su empeño gráfico merece aplausos por estar a la altura. La contraparte es que, alguno de sus features tardan en salir: La detección ocular para graudar el brillo de la pantalla tarda en aparecer (llegué a parecerme a Tusán tratando de hipnotizar el teléfono). Igual sucede con S-Voice, la respuesta de Samsung a Siri. Si bien se empeñaron en hacerlo más natural que la solución de Apple, las preguntas compuestas no son su fuerte.
Su procesador Quad-Core hace que muchas aplicaciones carguen más rápido que en iPhone, como el caso de Angry Birds Star Wars (1.7 vs 2.1 segundos). Claro que, si comenzamos a “adornar” el teléfono con “periquitos”, la cosa cambia. Los Widgets consumen muchísimos recursos e, intuitivamente, no es sencillo ver que programas están corriendo en segundo plano para detenerlos. Pero el teléfono y Android son inteligentes al minimizar su uso. Luego de instalar los widgets de Flipboard (en mi opinión, el único verdaderamente útil), Twitter y Youtube, los tiempos de carga se emparejaron (contra un iphone con 45 aplicaciones en su sistema).
Android en Venezuela no es un punto fuerte: Sí, sus apps suelen ser gratis pero, ¿Cómo se compran las pagas? Mientras en el pa´s hay decenas de tiendas que venden las tarjetas prepagadas de la iTunes Store Pero donde Samsung acierta es en su versión de Android. Lo hace más amigable e incluso… querible. Aunque el Galaxy viene pre-cargado con muchas aplicaciones específicas de la marca que NUNCA vamos a usar, su empeño gráfico merece aplausos por estar a la altura. La contraparte es que, alguno de sus features tardan en salir: La detección ocular para graudar el brillo de la pantalla tarda en aparecer (llegué a parecerme a Tusán tratando de hipnotizar el teléfono). Igual sucede con S-Voice, la respuesta de Samsung a Siri. Si bien se empeñaron en hacerlo más natural que la solución de Apple, las preguntas compuestas no son su fuerte.
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