Las autoridades venezolanas
estudian la posibilidad de permitir la importación al detalle, y pago en
dólares, de las compras de autopartes y otras materias primas que
serían empleadas para el ensamblaje de vehículos comprados usualmente
por la clase media.
La medida busca reactivar parcialmente el sector automotor que enfrenta
una crisis por la falta de insumos y el descenso de la producción.
El presidente de la mayor cámara de industriales del país,
Eduardo Garmendia, afirmó el martes que se está considerando el permitir
a los clientes particulares la tramitación a través de los
concesionarios de vehículos de la importación de partes y piezas
automotrices que serían canceladas en dólares y empleadas para el
ensamblaje de automóviles por parte de las empresas locales.
Garmendia explicó que los fabricantes de vehículos se
encargarían de traer al país las partes y piezas adquiridas por los
pequeños clientes, y precisó que esas importaciones se realizarían al
tipo de cambio del sistema marginal de venta de divisas cuya tasa está
en 198,8 bolívares por dólar. En Venezuela está vigente desde
hace doce años un control de cambio y operan tres tasas oficiales y una
cuarta del mercado negro.
El dirigente empresarial dijo a la emisora local Unión Radio que el
ensamblaje y el resto de operaciones locales se pagarían en bolívares, y
que lo único que haría en divisas es “la importación de las materias
primas”.
Agregó que este esquema de importación directa de partes y piezas solo
aplicaría para los vehículos adquiridos preferentemente por la clase
media y podría permitir la fabricación de unos 20.000 vehículos que
representan cerca del 10% de la capacidad de producción del mercado
local.
Las autoridades locales ni las ensambladoras de vehículos han emitido
comentarios sobre la propuesta de importación directa de partes y
piezas.
Las empresas privadas del sector son las que se encargan actualmente de la importación masiva de piezas automotrices.
El secretario general del sindicato de Ford Motors Venezuela,
Gilberto Troya, dijo la víspera a Unión Radio que el nuevo esquema de
adquisición de vehículos podría comenzar entre junio y julio “tomando en
cuenta que se deben esperar tres meses para que llegue la mercancía”
del exterior.
Desde hace más de un año la industria automotriz venezolana viene
enfrentando una crisis debido la falta de materia prima generada por el
retraso del gobierno en la venta de las divisas para importaciones. Esta
situación ha llevado a las siete ensambladoras locales a bajar
drásticamente la producción y las ventas.
General Motors despidió el mes pasado a 446 trabajadores que representaban cerca del 14% de su nómina.
Al cierre del 2014 la producción de vehículos en Venezuela cayó
72,46% en comparación con el año anterior, lo que implicó una merma en
la producción de 51.994 carros, según cifras de la Cámara Automotriz
Venezolana. Para el 2013 la producción alcanzó 71.753 unidades.
En Venezuela operan las ensambladoras Fiat Chrysler, Iveco Venezuela,
Ford Motor, Toyota, General Motors, Mack de Venezuela y Mitsubishi
Motors Corp (MMC).
En el sector de las ensambladoras laboran unos 10.000 trabajadores.
En el sector de las ensambladoras laboran unos 10.000 trabajadores.
Venezuela está sumida en una crisis económica con una galopante
inflación, severos problemas de desabastecimiento de productos básicos y
la recesión que analistas estiman que podría agravarse por el descenso
de los precios del petróleo que es la principal fuente de ingresos del
país.
Información de Agencias.-
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