A la espera de que algunos de los proyectos científicos que investigan cómo dar con la vacuna del coronavirus de hecho lo consigan, en el mundo surgen ideas para salir a las calles, volver al trabajo, hacer deportes, ir al banco o lo que sea como antes, o mejor dicho lo más parecido a antes.
En Israel un grupo de inventores confeccionaron un tapabocas para salir a comer.Se trata de un tapabocas con una boca a control remoto que permite a los comensales comer sin tener que quitársela.
Se aprieta una palanca, parecida al freno de mano de las bicicletas, para que se abra una ranura en la parte delantera de la mascarilla. Por allí pasa el tenedor o la cuchara con comida.
Los especialistas creen que podría reducir el riesgo de contagios en los restaurantes.
«La mascarilla se abrirá mecánicamente a mano, de forma remota o automática cuando el tenedor llegue a ella», contó Asaf Gitelis, vicepresidente de Avtipus Patents and Inventions, la compañía al frente del proyecto, al mostrar el dispositivo en sus oficinas cerca de Tel Aviv.
«Luego se puede comer, disfrutar, beber y al sacar el tenedor la mascarilla se cerrará y se estará protegido contra el virus y las otras personas que estén sentadas alrededor», agregó.
Según la empresa, el objetivo es fabricarla en unos meses y patentarla. Respecto del precio, si bien aún no tienen los números cerrados, estiman que se venderá a una cifra algo superior a la de las mascarillas simples que se usan en varios países. Quizá a unos tres dólares.
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