Durante un pase en vivo de
entrega de viviendas, el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo
Chávez, dijo que María Sojo es hoy “punta de lanza para las mujeres
venezolanas” reconociendo su esfuerzo y valentía
(Prensa Capital 06Jun12) A las 7:00 am, María Sojo realiza su jornada
cotidiana de aseo personal, prepara el desayuno y almuerzo, y deja los
uniformes listos a sus hijas para ir a la escuela. Así comienza el día de esta
mujer de 25 años, refugiada en Galerías La Fe de Macarao junto a sus dos niñas
y pareja.
Mientras María cumple con su
jornada laboral matutina como cabillera en la obra de construcción del Nuevo
Barrio Macarao y su pareja ejecuta su faena en una carnicería cercana, las
niñas de 7 y 8 años de edad son cuidadas por una señora de confianza del
refugio quien les dicta tareas dirigidas y las lleva a la escuela.
María, admirada por muchas
mujeres, hombres y reconocida por muchas personas, hasta por el presidente de
la República, Hugo Chávez, nunca imaginó que luego de ser ama de casa durante
14 años, sería cabillera en la obra donde se construye su propia vivienda. Hoy,
ver todo lo que ha creado y todo lo que hace es para ella verdaderamente
satisfactorio e indescriptible.
Y es que para ingresar a
trabajar en esta gran obra de Macarao, María debió cumplir ciertos pasos,
rigurosos y un tanto discriminatorios por parte de algunos hombres, hacia una
mujer que aspiraba ejecutar un trabajo que normalmente realiza un hombre, pero
contaba con una gran experiencia porque construyó junto al padre de sus hijos,
su primera casa en la urbanización Kennedy, sector Los Mujica de la misma
parroquia.
La
oportunidad de surgir
Como vocera del consejo
comunal del sector, tuvo que desalojar su casa afectada por las lluvias del
último trimestre del año 2010 y una vez en el refugio, se llevó a cabo una
captación sólo para hombres que querían laborar en la fabricación de sus
propias casas.
Percibía lejos la
oportunidad de laborar en una construcción que desde una montaña alta observaba
diariamente, como asomarse en un balcón y mirar un gran paisaje. Con la
esperanza siempre presente, se postuló, le reiteraron que era solo para
hombres, insistió hasta que logró el cometido un 16 de julio de 2011 y ese día
para ella todo cambió, sintió que un gran regocijo la invadía por completo.
Empezó barriendo los
apartamentos culminados, pero mirando siempre hacia el horizonte, una vez
terminada su tarea, se escapaba para armar junto a sus compañeros los cuartos,
o a lo que se le llama la elaboración de formaleta metálica o encofrado, pero
cuando su jefe se daba cuenta la mandaba a ejecutar sus faenas pertinentes y
esto sucedía varias veces durante el día.
Hasta que en un encuentro
con la jefa de Gobierno del Distrito Capital, Jacqueline Faria, María con
lágrimas en la cara sintió que se le presentó la “oportunidad del siglo”. Sus
palabras hacia la Jefa fueron: “quiero que me dé la oportunidad de surgir”, al
poco tiempo inició como ayudante de formaleta.
A pesar de presentar
problemas en la garganta debido a su alergia al polvo, aspiró siempre a crecer
y seguía escapándose para armar lo que para muchos era algo difícil, los núcleos,
listeles y vigas. Sucedía lo mismo, por no ser ayudante de cabilla le exigían
que no realizara dicha labor, pero nada era imposible para María.
Dos meses después, sus
ansias de conocer la llevaron a desempeñarse como ayudante de cabilla, los
minutos pasaron en cámara lenta cuando sus superiores le asignaron una tenaza.
No lo podía creer, lo veía como algo imposible, desde entonces pedían de su
ayuda.
La
esperanza firme de un futuro mejor
El 17 de mayo del presente
año, la Gran Misión Vivienda Venezuela a través del Gobierno del Distrito
Capital hizo entrega de 303 apartamentos en el Nuevo Barrio Macarao. Ese día
María llena de complacencia una vez más dejó deslizar sobre sus mejillas
lágrimas de acero, al ver que muchas familias que estaban es su misma situación
o peor, se mudarían a las viviendas que ella construyó junto a otros obreros.
María es hoy “punta de lanza
para las mujeres venezolanas”, como lo dijo el Presidente Hugo Chávez durante el
programa Aló Presidente Nº 376, transmitido el 8 de enero de 2012. Esto originó
que otras mujeres se integraran a esta construcción habitacional, algo que para
muchas era imposible.
Hoy el sueño de María Sojo
es otro. Así como crecen sus esperanzas en el ámbito laboral, desea que el día
que le asignen su vivienda sea de manos del Comandante Hugo Chávez.
… Son las 12 del mediodía
menos 10 minutos, María corre y se dirige nuevamente a su hogar, es la hora del
almuerzo, prepara la carne, les da de comer a las niñas, y a la 1 menos 30
minutos le espera un camino largo para ir a la escuela.
Cuando es ya la 1:05 pm,
María llega a su trabajo a almorzar, sin tomar tiempo de reposo inicia
nuevamente la jornada vespertina. A 10 minutos para las 5 pm sale del trabajo y
se dirige a la escuela con uniforme y hasta la tenaza en su cadera, algunos
días aprovecha las colas en moto de un compañero. 5:15 pm, hora de salida de
las niñas, se acerca el tiempo para disfrutar de la cena, conversar y hacer las
tareas, a pesar del agotamiento.
Los días viernes son de
disfrute familiar, llegan sus otros dos hijos de 10 y 5 años. Los seis juntos
comparten y se recrean con diversas actividades, con la esperanza -firme por
todo lo que ha vivido- de habitar muy pronto una casa digna, en una patria
nueva.
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