¿Llegará el día que la tecnología sea capaz de ver por nosotros mismos? La pregunta parece que le quemaba a una estudiante coreana de diseño que, harta de tener que parar de mirar Instagram mientras andaba por su ciudad, decidió darle respuesta con una de las creaciones más surrealistas que hemos visto en mucho tiempo, según reportó Tu Otro Diario.
Se trata de una cámara portátil que actúa como un tercer ojo digital. Sí, como lo lees, un ojo más que permite al usuario ver por dónde va andando sin tener que levantar la vista del teléfono móvil. ¿Nos hemos vuelto locos ya o es un invento con alguna aplicación útil?
Una creación ‘casi divina’
En muchas culturas orientales, el tercer ojo se interpreta como una señal divina que permite a su portador ver más allá del simple mundo físico para adentrarse en los recovecos más profundos de la mente. En este caso, no estamos ante tal invención, sino más bien ante una webcam portátil que se coloca sobre la frente para ofrecer mayor visión a su usuario.
Eso sí, la cámara ofrece mayor visión siempre y cuando estemos mirando a una pantalla. Algo que parece de lo más habitual en los tiempos que corren, donde todos hemos caminado por la ciudad sin apartar la vista del teléfono móvil. Ahí está la necesidad resuelta.
Sin embargo, todo parece indicar que su creadora, la ingeniera Minwook Paeng, tiene algo más que decir con su invento. “Al usar teléfonos inteligentes en una mala postura, las vértebras de nuestro cuello se inclinan hacia adelante, lo que cristaliza en el ‘síndrome del cuello de tortuga’ y los meñiques sobre los que apoyamos nuestros teléfonos se doblan en el camino”, ha explicado al medio británico Dezeen. “Cuando pasen algunas generaciones, estos pequeños cambios en el uso de smartphones se acumularán y crearán una nueva forma de humanidad completamente diferente”.
Una solución para el futuro
La solución que propone Paeng es contar con la ayuda de un tercer ojo mecánico que nos ayude. Este prototipo no solo permite grabar y ver lo que ocurre a nuestro alrededor, sino que además es capaz de encontrar obstáculos y se abre automáticamente cuando la cabeza se inclina hacia abajo.
En caso de detectar algún peligro, es capaz de emitir una señal de advertencia para alertar al usuario. El ojo puede detectar obstáculo hasta un metro por delante, lo que podría ser una gran ventaja para no chocar, por ejemplo, con una farola cuando caminamos por la acera.
Ver el mundo sin mirar
Esto permite a los usuarios navegar por sus redes sociales a la vez que caminan sin peligro de chocar. Gracias a su altavoz, a su giroscopio y al sensor ultrasónico en el centro del ojo, que se asemeja a una pupila. “Los smartphones han penetrado tan profundamente en la vida moderna que es imposible negar la evolución del phono sapiens”, explica Paeng.
“Espero que este acto de denunciar irónicamente lo que estamos haciendo con nuestros teléfonos móviles pueda ayudar a las personas a tomarse un tiempo para la autorreflexión”, concluye.
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