El 20 de junio emprendió el maratónico retorno a casa montado en bicicleta. Viajó junto a su perro Pío. En Chirgua sonó la música venezolana para recibirlo. Aquí una breve reseña de 87 días de travesía.
Un increíble regreso sobre ruedas a Venezuela, su país, protagonizó Douglas Pérez. Hace tres años se fue a Perú, pero por la pandemia quedó sin empleo en Lima y debió tomar la decisión de volver a casa, junto a su madre.
Regresó en compañía de Pío, su perro. Ambos hicieron un periplo de 87 días, unos 4.000 kilómetros, para llegar a Carabobo, donde vive su progenitora.
En redes sociales, la semana pasada, conmovió cómo el sector La Paredeña, en Chirgua, poblado carabobeño, recibió a este vecino, al hijo de la señora Candy Salpurido. Él venía recorriendo el trayecto final y detrás un camión lo siguió con música. Sonó la música venezolana, mientras niños y adultos lo saludaban. Hubo aplausos y fotos con este hombre, de 50 años, y, lógicamente, con su peludo color negro.
En Quito, capital de Ecuador, lo atracaron y le quitaron su celular. Allí la historia del pedalista se hizo conocida. Periodistas de Ecuavisa, planta televisiva de ese país, difundieron el material y contaron el sueño que tenía este venezolano, de retornar a su tierra y ver a su madre.
El 20 de junio emprendió el maratónico viaje a casa. En un inicio su idea era caminar hasta tierras venezolanas, al igual que miles de connacionales, pero su jefe le dio dinero para que comprara una bicicleta y facilitar su viaje.
La Prensa de Táchira, sobre Douglas Pérez, reseñó que otros cuatro venezolanos lo acompañaron en cierto momento. Cruzó Perú, Ecuador y Colombia. Al llegar a Cúcuta, Douglas Pérez dice que durmió en las instalaciones de una línea de autobuses, donde varios venezolanos trabajaban para tener mayor seguridad. Al día siguiente, tras la coordinación entre Migración Colombia y la Misión Nevado, Pérez logró cruzar a Ureña.
El 22 de agosto cruzó el Puente Simón Bolívar e ingresó al Táchira.
“Regresó a su país el 22 de agosto, donde tuvo que pasar 20 días en un refugio, le realizaron las pruebas para el coronavirus. Posteriormente, el 27 de agosto le hicieron otra prueba, pero la funcionaria le señaló que esa sería su fecha de ingreso y debía regresar a Ureña.
En la zona fronteriza debió desarmar su bicicleta y fue trasladado en los autobuses hasta la Villa Olímpica de Carabobo.
A El Pitazo contó que llegó a su estado en un autobús, junto a su perro Pío, en horas de la mañana del martes 15-S, al estado Carabobo, específicamente al refugio para migrantes ubicado en la Villa Olímpica.
"Luego del respectivo chequeo continuó rumbo a Tocuyito, municipio Libertador, en donde se encontró con la señora Candy. “Al fin con mi madre”, fue el mensaje enviado por Pérez a las 6:28 pm, junto a una foto de ambos, vía Whatsapp. Pérez manifestó estar feliz y agradecido con quienes, de una u otra manera, le ayudaron a cumplir su objetivo".
De Pío, la mascota, ha dicho: "Nunca me echó broma, ni me llevó al trote, solamente me acompañaba y me daba cariño, es el mejor compañero de verdad y mi Dios, que ese también me acompañó bastante".
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