Heces
duras, dolor e hinchazón son algunas de
las características del estreñimiento. Si bien no es una
enfermedad, éste puede ser presagio de un problema mayor. Parte de la solución
reside sobre una dieta rica en fibra, mucho líquido y ejercicios.
Niños,
jóvenes y adultos sufren de estreñimiento alguna vez en su vida. Éste es un
problema que no excluye edades o características específicas. En la
mayoría de los casos suele ser pasajero. Las alarmas se encienden cuando hay
dificultades para evacuar en un período superior a las 72 horas (tres días).
Dichas
dificultades se presentan como: esfuerzo exagerado para defecar, sensación
constante de querer ir al baño, acumulación de gases, heces duras y dolor. En
casos extremos, puede haber sangrado, lo cual representa una complicación más
grave; las hemorroides.
No
obstante, para entender los peligros del estreñimiento, se debe conocer las
tres clasificaciones del mismo. Cuando se presenta una situación que altera la
rutina de las personas, sea: deshidratación, alimentación poco
balanceada, cambios en la dieta, viajes, medicamentos que dan lugar al
estreñimiento como efecto secundario y estrés, aparece el estreñimiento transitorio.
Cuando
las personas se expresan como “¡Ay! Yo he sufrido de eso toda mi vida” existe
un problema que va más allá de lo transitorio, éste es el estreñimiento
crónico. Surge por problemas en algún músculo que intervenga al momento de
evacuar (sea diafragma o el esfínter anal), o a causa de enfermedades como el
megacolon, caracterizado por un aumento excesivo del tamaño del tubo muscular
encargado de producir y almacenar las heces.
Otro
tipo de estreñimiento, menos frecuente que el anterior descrito, pero con mayor
importancia a nivel clínico, ya que hace que aparece como resultado de otra
enfermedad, es el estreñimiento secundario, el cual es consecuencia de
enfermedades del tracto digestivo (fisuras anales y hemorroides),
colon irritable, e incluso (pero en casos más extremos) cáncer de colon.
A
pesar de lo mencionado, y sin ánimos de sonar alarmistas, el estreñimiento debe
estar bajo la observación de un médico. De igual modo, algunas soluciones
naturales, recomendadas por profesionales, pueden mejorar el día a día de las
personas que estén pasando por un estreñimiento transitorio.
Yogur
Este,
ayuda a la restauración y mantenimiento de la flora intestinal (bacterias
beneficiosas para los intestinos).
Un
estudio del 2007 llevado a cabo por “Alimentary Pharmacology and Therapeutics”
(revista médica), evaluó a 274 adultos con estreñimiento diagnosticado. De
manera aleatoria se les asignó consumir, por seis semanas, yogur tratado
térmicamente. A mitad del estudio y después de su culminación, se observó que
los participantes aumentaron la frecuencia de sus deposiciones. Asimismo,
notaron menos síntomas secundarios asociados al estreñimiento (hinchazón
abdominal y dolor).
Avena
Esta
fibra natural resulta clave para hacerle frente a la constipación. La cantidad
de fibra insoluble que posee fortalece al intestino (a través de la
estimulación de la flora intestinal) y permite defecar con mayor facilidad.
Otro
beneficio es la versatilidad de la avena; se puede desayunar o cenar, tomar en
batidos, comer en barras de cereal o galletas, y consumir de forma
dulce o salada.
Semillas
de lino
Con
su alto contenido en fibra, omega 3 y propiedades laxantes, favorecen el
tránsito intestinal. Se pueden espolvorear sobre ensaladas, batidos, o avena.
Se recomienda molerlas previamente puesto que el organismo no las digiere.
Ciruelas
pasas
Son
ricas en fibra y nutrientes. Se pueden comer hidratadas o deshidratadas.
Un consejo de abuelitas es colocar varias ciruelas secas (tres o cuatro) a
remojar con poca agua antes de dormir, y comerlas en la mañana.
También se les pueden agregar al yogur.
Aceite
de oliva
Funciona
como óptimo lubricante al momento de defecar heces duras y mejorar el tránsito
intestinal. Se sugiere agregar aceite de oliva en las ensaladas y guisos. Los
nutricionistas lo recomiendan sobre cualquier otro aceite vegetal.
Cabe
destacar que ninguna de las recomendaciones anteriores será 100% efectiva si no
se toma suficiente agua. La cantidad recomendada es dos litros diarios,
acompañados de ejercicios como flexiones del tronco, posición en cuclillas,
acompañados además de masajes abdominales.
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