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miércoles, 16 de septiembre de 2020

Remedios para que el estreñimiento no convierta el sanitario en un doloroso campo de batalla

Heces duras, dolor e hinchazón son algunas de las características del estreñimiento. Si bien no es una enfermedad, éste puede ser presagio de un problema mayor. Parte de la solución reside sobre una dieta rica en fibra, mucho líquido y ejercicios.

Niños, jóvenes y adultos sufren de estreñimiento alguna vez en su vida. Éste es un problema que no excluye edades o características específicas. En la mayoría de los casos suele ser pasajero. Las alarmas se encienden cuando hay dificultades para evacuar en un período superior a las 72 horas (tres días).

Dichas dificultades se presentan como: esfuerzo exagerado para defecar, sensación constante de querer ir al baño, acumulación de gases, heces duras y dolor. En casos extremos, puede haber sangrado, lo cual representa una complicación más grave; las hemorroides.

No obstante, para entender los peligros del estreñimiento, se debe conocer las tres clasificaciones del mismo. Cuando se presenta una situación que altera la rutina de las personas, sea: deshidratación, alimentación poco balanceada, cambios en la dieta, viajes, medicamentos que dan lugar al estreñimiento como efecto secundario y estrés, aparece el estreñimiento transitorio.

Cuando las personas se expresan como “¡Ay! Yo he sufrido de eso toda mi vida” existe un problema que va más allá de lo transitorio, éste es el estreñimiento crónico. Surge por problemas en algún músculo que intervenga al momento de evacuar (sea diafragma o el esfínter anal), o a causa de enfermedades como el megacolon, caracterizado por un aumento excesivo del tamaño del tubo muscular encargado de producir y almacenar las heces.

Otro tipo de estreñimiento, menos frecuente que el anterior descrito, pero con mayor importancia a nivel clínico, ya que hace que aparece como resultado de otra enfermedad, es el estreñimiento secundario, el cual es consecuencia de enfermedades del tracto digestivo (fisuras anales y hemorroides), colon irritable, e incluso (pero en casos más extremos) cáncer de colon.

A pesar de lo mencionado, y sin ánimos de sonar alarmistas, el estreñimiento debe estar bajo la observación de un médico. De igual modo, algunas soluciones naturales, recomendadas por profesionales, pueden mejorar el día a día de las personas que estén pasando por un estreñimiento transitorio.

Yogur

Este, ayuda a la restauración y mantenimiento de la flora intestinal (bacterias beneficiosas para los intestinos).

Un estudio del 2007 llevado a cabo por “Alimentary Pharmacology and Therapeutics” (revista médica), evaluó a 274 adultos con estreñimiento diagnosticado. De manera aleatoria se les asignó consumir, por seis semanas, yogur tratado térmicamente. A mitad del estudio y después de su culminación, se observó que los participantes aumentaron la frecuencia de sus deposiciones. Asimismo, notaron menos síntomas secundarios asociados al estreñimiento (hinchazón abdominal y dolor).

Avena

Esta fibra natural resulta clave para hacerle frente a la constipación. La cantidad de fibra insoluble que posee fortalece al intestino (a través de la estimulación de la flora intestinal) y permite defecar con mayor facilidad.

Otro beneficio es la versatilidad de la avena; se puede desayunar o cenar, tomar en batidos, comer en barras de cereal o galletas, y consumir de forma dulce o salada.

Semillas de lino

Con su alto contenido en fibra, omega 3 y propiedades laxantes, favorecen el tránsito intestinal. Se pueden espolvorear sobre ensaladas, batidos, o avena. Se recomienda molerlas previamente puesto que el organismo no las digiere.

Ciruelas pasas

Son ricas en fibra y nutrientes. Se pueden comer hidratadas o deshidratadas. Un consejo de abuelitas es colocar varias ciruelas secas (tres o cuatro) a remojar con poca agua antes de dormir, y comerlas en la mañana. También se les pueden agregar al yogur.

Aceite de oliva

Funciona como óptimo lubricante al momento de defecar heces duras y mejorar el tránsito intestinal. Se sugiere agregar aceite de oliva en las ensaladas y guisos. Los nutricionistas lo recomiendan sobre cualquier otro aceite vegetal.

Cabe destacar que ninguna de las recomendaciones anteriores será 100% efectiva si no se toma suficiente agua. La cantidad recomendada es dos litros diarios, acompañados de ejercicios como flexiones del tronco, posición en cuclillas, acompañados además de masajes abdominales.


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