¿Conoces el dedo
sonámbulo? ¿Acaso no se te hace familiar? … Es el único que existe
cuando estás con un ojo abierto y el otro cerrado, es aquel que pasa de
diminuto a hinchado, puf ¡qué corrientazo! ¿De dónde salió esa mesa, esa
esquinita nueva o esa silla mal parada? Qué mala noche, te has
fracturado el dedo más chiquito del pie, el popular meñique.
Sin duda, este tipo de
golpe doloroso, genera una sensación insostenible de corriente en todo
el cuerpo y un retumbe en la cabeza que no cesa. Este acontecimiento,
aunque no lo crean, es peligroso ya que les puede ocasionar una fractura
que les costará muchos días inmóviles.
¿Cómo puede un dedo tan pequeño generar un dolor tan grande?
Esta fractura tan conocida es el resultado de un golpe directo, todo, por andar caminando
descalzo en lugares con poca luz. La mayoría de las personas creen que
su pequeño dedo tiene un imán para tropezarse con objetos específicos
del hogar pero todo sucede por tu culpa. Estás descalzo, vas dormido, no
miras al piso o al frente y simplemente tienes muy mala suerte.
Es un mecanismo de giro del dedo que causa este tipo de fractura
Especialistas explican
que la razón, por la que se fracturan con frecuencia ese dedo del pie,
está en que las falanges que componen el dedo, son huesos delgados que
al ser expuestos a la fuerza de proyección que se imprime al dar el paso
y al toparse con un objeto sólido, condiciona la fractura al sobrepasar
su resistencia.
Y aunque el paciente
pueda apoyarse realizando una marcha protectora con el talón, hay
ocasiones en que la sensibilidad dolorosa es mucha y no permite el apoyo
con ese pie. En ocasiones menos frecuentes, hay una deformidad en el
dedo que se visualiza por una alineación diferente de la uña. Ante
estos síntomas lo recomendable es acudir para su atención y valoración médica al especialista en traumatología, a fin de realizar un diagnóstico y tratamiento adecuado y oportuno.
Asimismo, el tratamiento inicial consiste en administrar analgésicos
y antiinflamatorios e inmovilizar el dedo con cinta adhesiva junto
con el dedo próximo o vecino, que es cuarto dedo. Esta sindactilia entre
los dedos ayuda a inmovilizar en forma adecuada en caso que haya mucha movilidad entre los fragmentos de la fractura.
Este tipo de
inmovilización se puede mantener por un período de dos semanas en las
que se recomienda comenzar el apoyo inmediato con un zapato de suela
dura y punta ancha, para evitar que la suela flexible, al apoyar, haga
que los huesos del pie se hundan al caminar y precipite más dolor e
inflamación por la movilidad.
Existen ocasiones, en
que el dolor es más intenso y limita la marcha, en estos casos, se
indica la colocación de una inmovilización con yeso o fibra de vidrio
desde la pierna hasta los dedos del pie por un período corto, posterior a
lo cual se cambia en vendaje con cinta en los dedos y por el zapato
indicado.
“Se considera como normal que pueda haber dolor residual temporal con la colocación del calzado o actividades deportivas, pero desaparecen en unos meses”, expresó un especialista.
Sabemos que andar descalzo te da libertad, pero ¿Por qué no debes andar descalzo?
No, no es porque te
crecerá más el pie. Es probable que desde muy pequeño tus padres te
hayan dicho que no puedes estar descalzo porque te crecerá el pie pero,
en este caso, es para que prevengas ciertos accidentes.
Una de las principales razones por la que debes llevar , por lo menos, unas sandalias
puestas es que existe la probabilidad de que sea un simple golpe y no
pase de ahí ya que si estás descalzo puede presentarse, debido a la
fragilidad de los huesos de los dedos, una fractura.
No te duermas en el intento
De acuerdo a los remedios caseros te recomendamos descansar el dedo lo más aireado posible aplicando bolsas de hielo
para reducir la hinchazón. A recuéstate y eleva tu pie sobre el nivel
del corazón, toma calmantes como el Ibuprofeno y entablillado el dedo
con cinta. Esto, mientras acudes al doctor para hacerte los respectivos
rayos X para ver qué tan grave fue el golpe.
Lo cierto es que todos
hemos experimentado esa sensación, y el dolor que se siente al golpearse
el dedo del pie parece bastante desproporcionado respecto a su tamaño.
Por otro lado se concluye que el dolor es una percepción porque todo
está en tu cabeza. Ya sea una quemadura, un golpe con un martillo o una
piedra que cayó sobre el dedo de tu pie, ninguna de estos estímulos son
inherentemente dolorosos, sino que se trata de la manera en que el
cerebro reacciona ante esos estímulos dados.
La experiencia individual
de dolor para cada persona varía, y esto depende de una compleja
combinación de factores biológicos, psicológicos y culturales. Puede
estar influenciada por un cierto estado mental, por cuánta atención le
prestas al asunto o por tu memoria sobre otras experiencias dolorosas,
así como por la intensidad del estímulo y la ubicación del mismo.
Además, el fuerte dolor
en un dedo del pie puede tener también su componente evolutivo ya que
las infecciones suelen matar a muchas personas, y los pies, que están
frecuentemente en contacto con áreas peligrosas o infectadas, son
especialmente proclives a la infección o las heridas.
Y aunque, ya sabes la
razón por la que duele tanto golpearse el dedo del pie lamentablemente
esto no evitará que lo hagas nuevamente ni que cuando lo hagas no
experimentes dolor.
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