Este miércoles cuando la atención del mundo entero se encuentra centrada en la pandemia del COVID-19 la Madre Tierra celebra su día internacional, al parecer en medio de lo que parece un descanso para ella.
La mayoría de los países se vieron en la obligación de implementar la medida de cuarentena nacional para evitar la propagación del nuevo Coronavirus y mientras la mayoría están en casa, reduciendo el tráfico vehicular, con fábricas cerradas y disminuyendo el número y frecuencia de vuelos y embarcaciones, son algunos factores que han permitido que el nivel de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), que provocan el deterioro y cambio climático, disminuyan de manera considerable, un punto a favor para nuestro ecosistema.
Un día instaurado hace exactamente 50 años para crear conciencia acerca de los problemas de superpoblación, contaminación, conservación de la biodiversidad y medio ambiente, muestra cómo la rutina industrializada del hombre afecta no sólo el regalo más preciado de la existencia, sino también la salud del ser humano debilitando indudablemente su sistema inmunológico en primera instancia.
El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, invitó a los gobiernos a usar sus respuestas económicas a la pandemia para abordar lo que considera la "emergencia aún más profunda", el cambio climático, por lo que les pidió que no rescataran a las industrias altamente contaminantes.
"En este Día de la Tierra, todos los ojos están puestos en la pandemia de COVID-19, la prueba más grande que el mundo ha enfrentado desde la Segunda Guerra Mundial", dijo Guterres, en un comunicado, "pero hay otra emergencia aún más profunda, la crisis ambiental que se desarrolla en el planeta", agregó.
Según cálculos del Centro de Investigación en Energía y Aire Limpio (CREA), el cierre de fábricas y comercios por lo menos en China, al igual que las restricciones de traslados aéreos impuestas, ha producido una disminución en las emisiones de CO2 de, al menos, un 25%, debido a reducción en el consumo de combustibles fósiles como petróleo, gas o carbón, entre otros, una cifra que representa, a nivel global, una reducción del 6% de contaminación aproximadamente.
Por lo que al parecer la situación que enfrenta la humanidad y ha cobrado la vida de centenares, le ha relegado a la crisis climática una oportunidad para un planeta más sostenible y descarbonizado.
La congestión y los malos olores de las aguas estancadas en los canales de Venecia, Italia, provocó que uno de los lugares turísticos más reconocidos registrara contaminación ambiental de manera ascendente. Sin embargo, tras la cuarentena decretada y las fronteras cerradas, los canales muestran aguas cristalinas donde, por primera vez en décadas, se pueden ver las algas marinas, peces y has delfines.
Mientras que en Sudáfrica, varios pingüinos se han paseado por las calles de la ciudad ante la ausencia de transeúntes.
“La enfermedad de los hombres es la enfermedad de la naturaleza, porque cuando ella se enferma también se enferma el cuerpo humano”, reflexionaron los indígenas en la Sierra Nevada, de Santa Marta, Colombia en entrevista con el diario El Tiempo.
De esta manera, en este momento de la historia la Madre Tierra disfruta un poco la limpieza de su ambiente y océanos mientras el ser humano se queda en casa resguardando su especie y enfrentando, sin lugar a dudas, lo que es un episodio inolvidable de la humanidad.
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