El desarrollo del gateo en los niños antes del primer año de edad los ayuda a conectar ambos hemisferios cerebrales y a la maduración de diferentes funciones cognitivas. Así lo informó la fisioterapeuta Karla Gascué.
"Que
una persona adulta realice actividades cotidianas como bajar escaleras,
manejar bicicleta o bailar, depende en gran medida de si gateó en su primer año de vida", explicó.
Destacó
que con este ejercicio se desarrolla el patrón cruzado, que es la
función neurológica que hace posible el desplazamiento corporal y el
equilibrio del cuerpo humano.
La especialista
indicó que hay varios tipos de gateo, como el clásico, sobre las manos y
las rodillas; el sentado o "culeteo", en el que se desplazan en
posición sentada ayudados de una pierna flexionada y otra estirada, y el
tipo serpiente, que es arrastrándose. "El estilo de cada bebé va a
depender de varios factores, inclusive hereditarios, pero no importa
cuál sea, lo fundamental es que se desplacen de esta manera antes de
comenzar a caminar", precisó.
Agregó que otro de los beneficios es el desarrollo del enfoque de los ojos.
"Al
mirar al suelo para colocar la mano o la rodilla convenientemente, el
niño enfoca los dos ojos en un mismo punto a corta distancia, un
ejercicio que disminuye las posibilidades de estrabismo" detalló.
Gascué recomendó a los padres y representantes a estimular este modo de
desplazamiento y tomar con naturalidad cualquiera de los tipos de gateo
de su hijo.
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