Según un informe de la ONU, producto de la obesidad, a nivel
internacional se reduce el rendimiento en el trabajo y los gastos en
sanidad constituyen más de 3,5 billones de dólares o el 5% del PIB
mundial.
La obesidad y el sobrepeso constituyen, junto al hambre, un problema
global vinculado con la alimentación, y se han convertido en otros de
los retos que amenazan el desarrollo de la economía, por los niveles
alarmantes que alcanzan actualmente.
De acuerdo con datos divulgados en un reciente informe de la
Organización de Naciones Unidas (ONU) y reflejados en la versión en
español del sitio web de Russia Today, debido a la obesidad, a nivel
internacional se reduce el rendimiento en el trabajo y los gastos en
sanidad constituyen más de 3,5 billones de dólares o el 5% del PIB
mundial.
Los expertos señalan que la expansión del modo de vida occidental y
uno de sus “males”, la alimentación no saludable o comida basura, son
algunas de las causas de esta verdadera epidemia, que afecta, según
algunos datos, a 300 millones de personas con obesidad y más de mil
millones con sobrepeso.
Catar es uno de los países que se ha visto obligado a hacer frente a
este problema, con 250.000 afectados. El trabajo sedentario en la
oficina y la comida rica en ácidos grasos, sal y azúcar han venido
desplazando al modo de vida tradicional activo. Datos publicados en el
sitio web policymic.com revelan que hoy día se diagnostica obesidad a
más del 40% de los niños en edad escolar y el 45% de los adultos en ese
país árabe.
Por su parte, el informe “The State of Food and Agriculture 2013” de la FAO, basado en estadísticas de 2008,
refleja que en Estados Unidos el 31,8% de la población económicamente
activa tiene sobrepeso, índice dos veces mayor que en 1995. Uno de los
países más afectados de habla hispana es México, donde los índices de
obesidad ya alcanzan el 32,8%.
Reseña Russia Today que en su informe de 2012, el relator especial de
la ONU sobre el derecho a la alimentación, Olivier De Schutter,
proponía una estrategia para limitar este mal, la cual incluye, entre
otras medidas prioritarias, la introducción de impuestos a los alimentos
poco saludables. Así, un impuesto del 10% a las bebidas no alcohólicas
que perjudican a la salud podría reducir las ventas en un 8-10%. Sin
embargo, las grandes empresas de producción de alimentos y bebidas
estimaron estos planes como “inoportunos”.
Entre una de las causas del sobrepeso, los expertos señalan al jarabe
de maíz de alta fructosa. John Norris, uno de los autores de “Foreign
Policy”, cita el experimento con roedores realizado en la Universidad
Guelph, Ontario (Canadá), que demuestra que el jarabe de maíz de alta
fructosa produce los mismos cambios en el comportamiento que la cocaína.
Mientras tanto, este jarabe es el ingrediente básico de refrescos que
producen compañías estadounidenses como Coca Cola y PepsiCo, que
controlan el 40% del sector, con un volumen total de 532.000 millones de
dólares.
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