Luego de un mes de desencadenada la crisis diplomática, política,
social y de seguridad entre Bogotá y Caracas, los presidentes Juan
Manuel Santos y Nicolás Maduro, intentarán hoy en Quito solucionar el
impasse generado tras el cierre de la frontera que derivó en la
deportación de cerca de 2.500 colombianos y la huida al menos 20.00 por
temor a ser expulsados.
El 19 de agosto, Maduro anunció el cierre de la frontera con Colombia
en el Estado Táchira –por 72 horas- en el marco de una supuesta lucha
contra el contrabando y paramilitares.
La crisis entre estos países se agudizó el 08 de septiembre, tras la
decisión del presidente de Venezuela de cerrar otro paso fronterizo con
Colombia en la región de Zulia para ampliar las operaciones de seguridad
en la línea limítrofe binacional.
La reunión
La cita presidencial, prevista para las 14:00 de hoy en el Palacio de
Gobierno, se producirá nueve días después del encuentro entre las
cancilleres de Colombia, María Ángela Holguín, y de Venezuela, Delcy
Rodríguez en Quito, y la ofensiva diplomática que desplegó el Canciller,
Ricardo Patiño, dos días después, por esos países.
La semana pasada, Patiño reveló que al mediodía del lunes (14 de
septiembre) se reunió en Venezuela con Maduro, y en la noche del mismo
día, en Colombia con Santos, y aclaró que los presidentes aceptaron
encontrarse en Quito por una invitación de los titulares de Unasur,
Tabaré Vásquez, y de la Celac, Rafael Correa.
El ministro añadió, que si bien, la reunión de cancilleres el 12 de
septiembre pasado fue una oportunidad para conversar y definir el
mecanismo para poder enrumbar un diálogo de alto nivel, “sin embargo
todavía no había un acuerdo respecto a la fecha y a las circunstancias
en que se podría producir la reunión, por tanto, teníamos que lograr una
aceptación de parte de los presidentes; eso es lo que faltaba…”,
explicó.
No todo está dicho
Patiño cree que la reunión de Quito podría extenderse dependiendo de
la “dinámica” de la agenda que deberán definir los ministerios de
Relaciones Exteriores de Colombia y Venezuela.
A menos de una semana de su encuentro con Nicolás Maduro, el
presidente colombiano escribió en su cuenta oficial de Twi-tter : “Sobre
nuevos cierres en frontera con Venezuela: así no se acerca la
posibilidad de solución a problemas ni al diálogo respetuoso”, y agregó
“Estoy dispuesto a reunión con Presidente @NicolasMaduro, pero sólo para
encontrar soluciones concretas que permitan una frontera sana y
abierta”.
Mecanismo de diálogo
Al respecto, el internacionalista Eduardo Durán Cousín considera que,
lo deseable, tras el encuentro de los mandatarios, es evitar un
escalamiento mayor de la crisis e inaugurar el mecanismo de diálogo,
luego de observar que el problema se ha ido profundizando a raíz del 19
de agosto como consecuencia de la “diplomacia de micrófono”.
Durán cree que este mecanismo debe ser evitado, pero ve difícil suponer que en la cita se resolverán los problemas.
Los presidentes de Ecuador, Rafael Correa, y de Uruguay, Tabaré
Vásquez, que acompañarán el encuentro bilateral Santos-Maduro, deben
empeñarse por establecer un mecanismo de advenimiento entre las partes e
interponer sus buenos oficios para que se logre la reapertura de la
frontera y se evite a futuro la deportaciones de colombianos, sostuvo.
Carrera armamentista
Este especialista insiste incluso que un acercamiento entre las
partes debe llevar también a la necesidad de una superación de gastos en
temas militares “y que comienza a preocupar de acuerdo con la
publicación de un portal informativo ruso”.
Y, donde –según Durán- el presidente Maduro habría dispuesto la
adquisición de equipo militar aéreo. La posibilidad de una carrera
armamentista podría ser importante que en la cita de Quito también sea
evitada para no llegar a una confrontación ni verbal, ni de otra
característica, insistió.
La tensión
En los últimos días el presidente Santos conservó el tono mesurado,
pero incrementó las acciones dirigidas a mostrarle a la comunidad
internacional su visión sobre lo que considera una “crisis humanitaria”
en la frontera y, en consecuencia, sobre el hecho de que nada se logra
con su cierre.
Por su parte, Maduro anunció nuevos cierres y, casi a diario,
continuó su retórica dirigida a presentar los problemas de Venezuela
como fenómenos importados de Colombia.
También se conocieron dos sobrevuelos de aeronaves venezolanas que
violaron el espacio aéreo colombiano, lo cual –aunque se manejó con
prudencia y en todo diplomático– en un momento tan crítico incrementó
las preocupaciones. (SC-OG)
Salida difícil
° Si bien en la cita de hoy también estarán presentes los presidentes
Tabaré Vásquez, de Uruguay, y Rafael Correa, los protagonistas de la
cumbre de Quito son Juan Manuel Santos y Nicolás Maduro, quienes de
inmediato no lograrán mucho más que poner en blanco y negro sus
diferencias –en privado y no en público–, y a la larga son los que
tendrán que encontrar salidas.
Pero pocos esperan que esto ocurra antes de las elecciones
venezolanas del 06 de diciembre, porque en la difícil campaña que
enfrenta el chavismo, el discurso sobre la frontera es una de las pocas
cartas que puede presentar, señaló ayer la revista Colombiana Semana.
Recalcó que el encuentro “es un buen paso del cual, sin embargo, no puede esperarse mucho”.
Sin el voto del Ecuador
° La cita se producirá también tres semanas después de que una
propuesta de Colombia en la Organización de Estados Americanos (OEA)
para convocar a una reunión de cancilleres fue inaceptada por un solo
voto.
La propuesta colombiana obtuvo 17 votos a favor, cinco en contra, 11
abstenciones y un país ausente. A la propuesta le faltó un voto para la
mayoría requerida, por lo cual fue desestimada. Ecuador fue uno de los
cinco países que votó en contra de que se realice la cita de
embajadores.
A criterio de Eduardo Durán, al parecer el Gobierno colombiano, tras
el episodio en la OEA, “ha superado toda situación y está dispuesto al
diálogo bilateral”.
Los cierres
° Entre Colombia y Venezuela permanecen cerrados desde el 19 de
agosto cerca de 160 kilómetros de límite fronterizo de un total de 2.219
km.
La Guardia nacional Venezolana, mantiene, además, selladas las fronteras con alambres de púa.
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