La mascarilla presenta dos palmas de tamaño natural hechas de plástico transparente que se colocan alrededor de las orejas y que sirven para mejorar la percepción del sonido, según explica el director de la Budapest Festival Orchestra.
El destacado director de orquesta húngaro Iván Fischer ha presentado una mascarillas contra el coronavirus con dos manos de plástico que se adosan a las orejas y que mejora la experiencia musical en un concierto.
La mascarilla presenta dos manos de tamaño natural hechas de plástico transparente que se colocan alrededor de las orejas y que sirven para mejorar la percepción del sonido, según explica el director de la Budapest Festival Orchestra (BFZ).
"La mascarilla he generado interés internacional desde Japón y China hasta países europeos y americanos como EE UU y México", explicó este miércoles 16-S a Efe la jefa de prensa de la BFZ, Adél Tossenberger.
Fischer, en un video en el que presenta su invento, recuerda las ideas del compositor Wolfgang Amadeus Mozart de "que hay que convertir la necesidad en virtud".
"Ahora muchos usan mascarillas, algo que consideran
como una necesidad, lo que al mismo tiempo ofrece una posibilidad de mejorar la
acústica", explica el renombrado director de la BFZ.
Fischer recuerda que al poner las manos ahuecadas detrás de
los oídos la música suena "más cálida y fuerte" y que por eso ha
inventado "la mascarilla para mejorar la acústica"
Las dos manos transparentes ofrecen un sonido "que será
mucho más bello", mientras que la mascarilla cuenta con un diseño
especial.
Fischer expresa su esperanza de que muchos acudan a los conciertos en esas mascarillas para disfrutar "de una música más bella".
Las mascarillas ya están a la venta en la oficina de la BFZ por un precio de 22 euros (unos 26 dólares).
"Hemos recibido un mensaje de una persona que consideró
el invento una genialidad y opinó que Iván Fischer debería ser nominado al
Premio Nobel", contó Tossenberger con humor.
La jefa de prensa agregó que hay gente que considera la
mascarilla como un símbolo de la pandemia, mientras que otros la compran como
un objeto de decoración.
"Un cliente que compró la mascarilla, ya hace tiempo que quería algo semejante, porque oye mal y siempre ponía sus manos detrás de sus oídos para disfrutar los conciertos", explicó.
La BFZ volvió a actuar para el público en septiembre tras
una pausa de seis meses durante la pandemia. Los asistentes a sus conciertos
deben usar mascarillas durante los conciertos como medida de prevención.
El director es un decidido propagador del uso de las mascarillas
y en otro vídeo llama la atención a que los espectadores solo podrán acudir a
los conciertos de la BFZ sin síntomas, después de desinfectarse las manos al
entrar en el edificio y con el uso adecuado de las mascarillas durante todo el
recital.
"Los espectadores de la BFZ, que son gente muy
inteligente, saben muy bien que las mascarillas que se usan debajo de la nariz
no sirven para absolutamente nada", llama la atención, con un tinte de
humor, a una de las costumbres erróneas más generales al uso de las
mascarillas.
"Si alguien la usara por debajo de la nariz, le
pediremos que la suba y si no lo hace, suspenderé el concierto. Seré muy
severo", adelantó el artista.
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