Pensar en otra persona mientras tienes sexo es más común de lo que se cree. Aunque en el momento nos dejamos llevar por el frenesí, luego suelen asaltarnos dudas sobre la ética de esta situación.
¿Cuál es el límite que separa la fantasía de la traición? ¿Por qué me ocurre, si estoy enamorado de mi pareja? Te damos respuestas a estas preguntas en el siguiente artículo.
¿Se trata de una simple fantasía? ¿Ya no queremos a nuestra pareja? ¿Deberíamos decírselo? Miles de dudas se amontonan en nuestra mente y, sin que queramos, acaban haciendo mella en nuestro interior.
Hay que tener en cuenta que esto, bajo ningún concepto, es una infidelidad. El subconsciente puede jugarnos malas pasadas, pero eso no significa que no ames a tu pareja o que no disfrutes teniendo sexo con ella.
Tener fantasías con otra persona al practicar sexo con nuestra pareja es algo muy normal. De hecho, suele pasarle a todo el mundo en algún momento de su vida sexual.
El tema nos confunde y preocupa, sobre todo cuando se vuelve recurrente. ¿Por qué nos pasa? Es probable que la mayor parte de las veces sea por la monotonía sexual en la que solemos caer después de un tiempo de relación.
Proyectarnos con otra persona en la cama, imaginar que nos acaricia y nos complace pasa a ser la mejor herramienta para elevar la excitación y alcanzar el orgasmo.
Bajo estos parámetros, podemos decir que no está mal fantasear con otra persona. Si bien lo ideal es que nuestra pareja sea la principal fuente de deseo, a veces es sano dejarse llevar por quien calienta la imaginación.
De hecho, no. Es una parafilia conocida como alorgasmia. A pesar de que para muchos representa un problema, no es una alteración del pensamiento ni nada similar.
La cuestión es saber por qué se origina y si requiere alguna atención especial.
Si se utiliza en buenos términos, la alorgasmia es como una caja de herramientas para elevar el placer sexual.
Puede hacer más candentes los encuentros eróticos, permite innovar el ámbito sexual y, en general, contrarresta esos efectos negativos de la rutina.
Incluso cuando la situación se considera normal y sana, es primordial reconocer si existe un problema de pareja y en qué momento indica algo más profundo.
¿Qué separa la fantasía de la traición? La respuesta para esto está en cada uno. Una cosa es fantasear ocasionalmente con alguien y otra muy distinta es tener una fantasía recurrente con una expareja o alguien cercano.
Pensar en otra persona mientras practicas sexo con la que haya existido un vínculo sentimental previo es preocupante. En estos casos lo más apropiado sería acudir a un terapeuta para saber cómo superarlo antes de que afecte a la relación.
Y es que, aunque puede ser inofensivo si la otra persona no se entera, con el tiempo puede causar secuelas tanto en la relación, como en las emociones personales.
No poder controlarlo indica inconformidad con la pareja actual o un profundo deseo por ese otro alguien.
Algunas personas tienen el valor de hablar del tema con sus parejas. Muchas, inclusive, son tan abiertas con el tema que consiguen sacarle provecho para superar algunos de los bajones que sufren en el ámbito sexual.
Sin embargo, considerando el impacto que puede causar, lo ideal es tratar de superarlo sin que la otra persona lo sepa. Poner en conocimiento esta situación produce un cambio de actitud en el otro y aumenta el grado de desconfianza.
Pensar en otra persona mientras practicas sexo requiere de una reflexión personal: es primordial aclarar si es una simple fantasía o si indica que ya no estamos satisfechos con nuestra pareja actual.
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