Un grupo de la Universidad Brown en Rhode Island (EE.UU.) determinó un cambio molecular que podría explicar por qué unos vasos de vino pueden dañar la memoria durante días y por qué motivo los alcohólicos pueden recaer después de décadas de abstinencia.
El análisis fue realizado con moscas ,que a pesar de tener 10.000 neuronas a diferencia de los humanos que poseen 100.000 millones, comparten características básicas; el equipo liderado por la profesora Karla Kaun encontró una área del cerebro “clave” para justificar esta pérdida de memoria prolongada.
“Todas las drogas -alcohol, opiáceos, cocaína o metanfetamina- tienen efectos secundarios adversos y hacen que las personas tengan náuseas o les produzcan resaca, así que ¿por qué los encontramos tan gratificantes?“, se preguntó Kaun antes de empezar el estudio.
Se usaron herramientas genéticas para desactivar de manera selectiva genes clave mientras entrenaban a las moscas para que encontraran alcohol. y las mismas prefirieron Notch, que forma parte de una vía de señalización involucrada en el desarrollo de embriones, y el desarrollo y la función cerebral adulta en humanos y en todos los animales.
Notch activa un gen llamado receptor de tipo dopamina-2, que produce una proteína en las neuronas que reconoce la dopamina, el neurotransmisor que hace “sentirse bien”.
Kaun comentó que si este mecanismo funciona de la misma manera en humanos, “una copa de vino es suficiente para activar el camino, pero vuelve a la normalidad en una hora” Pero después de tres vasos, con un descanso de una hora de por medio, el camino “no vuelve a la normalidad” hasta después de 24 horas.
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