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lunes, 31 de agosto de 2020

Mujer mató a su hija de tres años al asestarle nueve puñaladas en Cúcuta

La sangre que cubría la piel blanca de Kimberly Monaga, era la de su hija de tres años.

Un atroz crimen ocurrió a las 3: 30 de la tarde del sábado 29 de agosto, en la calle 24 del barrio Nuevo en Cúcuta, luego que una madre apuñalará a su niña.

El diario La Opinión,  indicó que el suceso fue reportado por el padre de la menor, ya que al llegar a la vivienda, la homicida lo recibió llena de sangre e informándole: «Maté a la niña».

Las palabras de Kimberly, dieron paso a la tragedia suscitada, pues el hombre, aterrado, corrió al cuarto del inmueble, presenciando el cuerpecito de su hija, tirada en la camita y bañada en sangre.

El llanto arropó de dolor a Everson Rodríguez Ortiz, padre de la pequeña y con ello la fatídica noticia. Habitantes de la barriada, consternados, gritaron en una sola voz ‘justicia’, al tiempo que las autoridades policiales eran notificados del caso.

La Policía informó que una vez en la vivienda, procedieron con la captura de la mujer de 21 años, quien al parecer tiene problemas mentales.

Rodríguez dijo que su compañera sentimental venía presentado comportamientos incoherentes, sin embargo, nunca fue llevada a un centro médico especializado.

Dolorosa cita

Según reseñó La Opinión, la mujer le escribió a través de WhatsApp a su compañero Everson Rodríguez que tenían que verse con urgencia, como fuera, el sábado. Sin más detalles.

Así fue que, acudiendo al llamado de Kimberly, el minero le cumplió puntual la cita.

Presuntamente, cuando Rodríguez tocó la puerta de la casa, Monaga le abrió  con su cuerpo y su ropa cubiertos de sangre. Acto seguido, le dijo “maté a la niña”.

El papá atemorizado corrió en busca de su pequeña y la encontró muerta sobre una colchoneta, en la habitación.

Presentían la maldad

Horas antes del crimen y ante los extraños comportamientos de la madre, residentes del barrio alertaron a la Policía de que algo raro estaba ocurriendo. Pero, al llegar,  la patrulla encontró a la mujer con su hija, que no presentaba ninguna señal de violencia. Todo parecía normal.

“Ella no dejaba acercar a nadie, porque decía que el coronavirus iba a matar a su hija. Además, pedía que viniera un pastor y una vaca. 

Yo le dije que estaba mal de la cabeza”, dijo un vecino.

Al parecer, Monaga les pidió a los uniformados que le ayudaran a abrir la puerta, porque se había quedado por fuera. 

Los agentes accedieron a colaborarle y enseguida se retiraron.

Sin embargo, al retirarse la comisión, Kimberly mató a su hija.



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