El interés en el otro o el deseo sexual no desaparecen solo por convertirse en adulto mayor. Lo que sucede, en realidad, es que la sexualidad se transforma teniendo como base las experiencias vividas en los años de juventud.
Un artículo de DoctorAki, redactado por Giselle Bernal, reseña que los imaginarios sociales llevan a que los profesionales de la salud, las familias y el propio adulto mayor evite el tema de la sexualidad y eso no es correcto.
Contrario a las creencias, sí es común que los adultos mayores mantenga su vida sexual activa, especialmente cuando aún conviven en pareja y no sufren alguna enfermedad degenerativa.
Es decir, aunque envejecer, según la Organización Mundial de la Salud, OMS, “es la consecuencia de la acumulación de una gran variedad de daños moleculares y celulares a lo largo del tiempo, lo que lleva a un descenso gradual de las capacidades físicas y mentales (…)”, no necesariamente estos efectos son exactos en una edad específica.
Dependiendo las condiciones de su entorno social y los hábitos saludables que se hayan adoptado durante los años anteriores, algunos adultos mayores pueden disfrutar de excelente salud y una sexualidad activa.
Experimentar de forma sana el sexo en la tercera edad depende de los cambios que se vivan en la vejez. Por lo tanto, tener claros cuáles son esos cambios, en hombres y mujeres, también permite enfrentar el listado de mitos que rodean la sexualidad de los adultos mayores.
Adultos mayores en la cama
Según el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento, del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos, las mujeres y hombres experimentan cambios como:
Mujeres:
Inicio de la etapa de la menopausia.
Descenso de los niveles de estrógeno.
Sensación de sequedad y adelgazamiento vaginal, que hace que las relaciones sexuales sean incómodas.
Disminución del deseo sexual.
Tardanza en el tiempo de excitación sexual.
Hombres
Inicio de la etapa de la andropausia.
Descenso de los niveles de testosterona.
Tardanza en el tiempo de excitación sexual.
Necesidad de mayor estimulación para lograr las erecciones y el orgasmo.
Es necesario más tiempo para lograr la eyaculación.
Por su parte, la OMS indica que “la sexualidad en la vejez está influenciada por numerosos cambios fisiológicos que se producen como parte del proceso de envejecimiento en los hombres y en las mujeres, así como por múltiples factores psicosociales y socioambientales”, de acuerdo con el Informe mundial sobre el envejecimiento y la salud.
Finalmente, lograr una adaptación a dichos cambios ayudará a tener una vida sexual placentera y saludable a cualquier edad. Por supuesto, una buena salud también es importante
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Pareja-romántica-adultos-mayores
MITOS Y VERDADES DEL SEXO EN LA TERCERA EDAD
Mito: ausencia de relaciones sexuales.
Verdad: en párrafos anteriores ya se han desmentido, todo depende de las condiciones sociales y de salud de cada adulto mayor.
Mito: impedimento del hombre para lograr una erección.
Verdad: no es impedimento sino mayor tiempo de espera para que el pene logre una erección, dicha erección también puede llegar a no ser tan firme o tener poca duración. Ahora bien, la enfermedad vascular sí produce disfunción eréctil.
Mito: ausencia de lubricación de vagina de la mujer.
Verdad: es una sensación de sequedad que puede tener alternativa consultando al ginecólogo, quien puede recomendar lubricantes, por ejemplo.
Mito: los adultos mayores pueden sufrir un infarto mientras mantienen relaciones sexuales.
Verdad: únicamente sucede si la persona ya tiene enfermedades cardíacas graves o si toma medicamentos para conseguir una erección sin el control médico previo.
Mito: falta de deseo sexual por parte de la mujeres.
Verdad: los cambios en la forma o tamaño del cuerpo, pueden afectar la autoestima de una mujer; la confianza y el tipo de relación con su pareja hará la diferencia.
CONSEJOS FINALES PARA UNA SEXUALIDAD SANA EN LA TERCERA EDAD
Envejecer no se traduce en el final de la actividad sexual. Disfrutar al máximo la sexualidad ayuda a mejorar la calidad de vida en ambos géneros, según la OMS, pues beneficia la salud física, la salud mental y la autoestima.
Algunos consejos que pueden facilitar una mejor vida sexual a esta edad son: tener pareja estable, visitar al médico regularmente, adoptar hábitos saludables, disponer de una casa propia y tener privacidad; hablar siempre con la pareja las inquietudes y dudas sexuales, ampliar la definición de sexo pues los besos, caricias y otras formas de contacto también pueden ser satisfactorias.
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