El uso de una mascarilla de alta calidad conocida como FFP3 puede proporcionar una protección de hasta el 100% contra el COVID-19, según un nuevo estudio realizado por el Cambridge University Hospitals (CUH) NHS Foundation Trust.
El estudio demostró un descenso significativo de las infecciones entre el personal de primera línea del hospital después de que sus máscaras faciales pasaran de ser FRSM (máscaras quirúrgicas resistentes a los fluidos) a respiradores FFP3.
«Una vez que se introdujeron los respiradores FFP3, el número de casos atribuidos a la exposición en las salas COVID-19 se redujo drásticamente; de hecho, nuestro modelo sugiere que los respiradores FFP3 pueden haber reducido la infección en las salas a cero», dijo el Dr. Chris Illingworth, de la Unidad de Bioestadística del MRC de la Universidad de Cambridge, según The Guardian.
Los organismos profesionales llevan mucho tiempo haciendo campaña para que el personal reciba mejores equipos de protección personal. Los datos se recopilaron durante un programa de pruebas periódicas de COVID-19 en el centro. Los resultados se publican en un documento preliminar que no ha sido revisado por los expertos.
El Dr. Mark Ferris, uno de los coautores del estudio, dijo que los investigadores desarrollaron un modelo matemático para analizar los riesgos a los que se enfrentaba el personal del hospital que atendía a los pacientes con COVID-19. Según su modelo, el riesgo de infección directa por trabajar en una sala de COVID-19 antes del cambio del equipo de protección respiratoria era 47 veces mayor que el riesgo de exposición en la comunidad.
Probar el uso de mascarillas FFP3
Ferris afirmó que el personal se contagiaba de COVID-19 a pesar de hacer todo lo que se le pedía en términos de control de infecciones. Por ello, cuando la segunda ola de la pandemia empezó a golpear el pasado diciembre, los gestores de Cambridge tomaron la decisión local de mejorar la protección en las salas rojas.
«Lo único que quedaba por probar y que podía marcar la diferencia eran las mascarillas FFP3, y así fue», dijo el Dr. Ferris, según reportó la BBC.
Así, en diciembre de 2020, el hospital actualizó sus equipos de protección respiratoria a los respiradores FFP3, que, una vez colocados, proporcionan un sellado hermético alrededor de la nariz y la boca, lo que ayuda a impedir que la infección transmitida por el aire se respire y se expulse. Los respiradores pueden clasificarse como FFP 1, FFP 2 o FFP 3, siendo el número más alto el que proporciona la mayor protección.
Las vacunas «no son una panacea»
Por su parte, Saffron Cordery, director ejecutivo adjunto de NHS Providers, citado por The Guardian, dijo que los resultados eran un recordatorio de que no hay lugar para la complacencia.
«Como hemos visto, las vacunas están rompiendo el vínculo entre las infecciones, los ingresos hospitalarios y las muertes por COVID-19. Por eso es tan importante que el mayor número posible de personas que puedan optar a ellas se vacunen», dijo.
«Pero no son una panacea, y los líderes de la confianza reconocen la importancia continua del control riguroso de la infección, el equipo de protección personal eficaz y el distanciamiento social para contrarrestar la propagación del COVID-19».
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