Muchas mujeres deciden hacer uso de los biopolímeros, pues son más 
económicos que las prótesis. Pero los riesgos son mayores, por lo que se
 debe investigar si el tratante es un especialista.
 La bioplastia es el procedimiento médico para infiltrar o rellenar 
determinadas partes del cuerpo humano, usando químicos como ácido 
hialurónico, siloxanos o siliconas industriales, entre otras sustancias.
 Estos materiales son frecuentemente inyectados en pacientes por 
personal no médico, lo que aumenta los riesgos.
El asunto con los
 biopolímeros médicos usados para modificar el cuerpo es que deben pasar
 por medidas muy especiales de higienización durante su fabricación. Son
 muy diferentes a los biopolímeros de uso industrial, que se usan 
ilegalmente para tratamientos estéticos. 
Algunos de estos 
químicos son derivados de la silicona líquida. Cuando se inyectan bajo 
la piel, el cuerpo las encapsula, generando granulomas o siliconomas, 
que parecen bultos o tumores.
Pueden producir reacciones 
inflamatorias o infecciones, así como migración arterial o venosa, o 
hacia las vías respiratorias; lo que puede causar edema pulmonar, 
embolismo y la muerte. Los problemas pueden aparecer años después de su 
uso, pues son sustancias de origen vegetal o derivados del petróleo que 
el cuerpo no absorbe. 
Algunos testimonios de venezolanas afectadas
“A
 los cuatro años de haberme inyectado biopolímeros, empecé a tener 
reacciones a partir de mi embarazo, los glúteos eran unas piedras 
calientes, me daba fiebre. Esos ciclos iban y venían, estaba un mes mal,
 tres meses bien y otro mes mal, hasta hace cinco meses que fue la 
última crisis que me dio, estuve muy grave y me tuvieron que operar de 
emergencia”, confesó Indira Torres, víctima de los biopolímeros.
La
 periodista Tailee Castellanos también afirmó que después de inyectarse 
biopolímeros en los glúteos, presentaba fuertes dolores, enrojecimiento 
en la piel y un bulto en el coxis que no le permitía caminar. Tenía 
celulitis sacrococcígea por migración de implante.
Astrid de la 
Rosa declaró que se inyectó biopolímeros. Al año, parte de la sustancia 
migró a la región lumbar, por lo que se  le “formaron seis quistes que 
presionan el nervio ciático”. Manifestó también que le “producen muchos 
dolores en las piernas, afecciones en la columna, dolores muy fuertes. 
(…) Me vi bastante mal, me hospitalizaron, tenía afectados los riñones, 
la sangre, el hígado y el páncreas”.
“Me inyecté en 2009. A los 
tres meses comencé a padecer dolores en la espalda por una inflación que
 afecta a las vértebras dorsales. Cada vez que me dan los dolores, no me
 puedo sentar, ni acostarme, ni caminar”, afirmó Lidis Márquez.
Por
 su parte, la paciente Fernanda Olivares comentó: “Me inyecté una 
sustancia llamada Metacol. He presentado cambio de coloración de piel, 
dolores en mis glúteos”. Dice que “hay médicos que nos ofrecen 
tratamientos antialérgicos, antiinflamatorios, pero no nos dan garantías
 de que estas sustancias no migren. A mí no me ha migrado aún, pero en 
cualquier momento puede suceder”.
Mary Perdomo, afectada por 
migración de biopolímeros, manifestó que son un problema de salud 
pública. “Ya este problema es una enfermedad denominada alogenosis 
iatrogénica. Deben costearla los seguros”, dijo. “Algunos hacen creer a 
las pacientes que es ácido hialurónico, pero ése es un producto 
carísimo. Nadie te va a poner 500 cc del ácido por tan poco dinero.”
Hablan los números sobre biopolímeros
La
 campaña “No a los biopolímeros en Venezuela” afirma en su blog que 
2.904.314 mujeres se han  aplicado biopolímeros, tratamiento prohibido 
desde diciembre de 2011 por el Ministerio de la Salud. En 2011 hubo 866 
denuncias y se realizaron 5.530 inspecciones en spas y clínicas, 240 
fueron clausuradas.
En 2012 MinSalud ha recibido 400 denuncias de
 complicaciones. “Más del 30% de las venezolanas tienen biopolímeros”, 
informa la Sociedad Venezolana de Cirugía Plástica, Reconstructiva y 
Maxilofacial. Además señalan que “el 100% de las pacientes requieren 
atención psiquiátrica, porque esto lesiona su autoestima. No es fácil 
decirles que no hay solución”.
Informan que sectores 
inescrupulosos e irresponsables contrabandean parafina para la industria
 automotriz y la emplean para tratamientos estéticos, por lo que el 100%
 de los pacientes va a presentar una reacción. La mayoría de las 
víctimas presenta problemas entre el segundo y quinto año del 
procedimiento.
Las terribles consecuencias de usar biopolímeros
Ramón
 Zapata, vicepresidente de la Sociedad de Cirugía Plástica, indicó: 
“Muchas clínicas no tienen el permiso ni el cuidado sanitario, no hay 
personas capacitadas para colocar estos productos que además generan 
complicaciones gravísimas. Inyectar estos compuestos de aceites en las 
venas o en una zona donde no sea la correcta puede ocasionar la muerte 
del paciente”.
“Los médicos dermatólogos, cirujanos plásticos, 
son los autorizados para realizar dichas inyecciones, pero actualmente 
no existe un tipo de relleno aprobado en Venezuela que sea permitido 
como el biopolímero, el ácido, la silicona. Todas estas sustancias 
inyectables van a producir una reacción inflamatoria y pueden traer 
consecuencias a largo plazo.”
“Lo primero es prevenir. Podemos 
salvar a alguien que no se deje inyectar por alguien no calificado. 
Esperamos la aprobación de una nueva resolución donde se aplique el 
cierre de estos establecimientos y se ofrezcan penas legales para las 
personas que no son médicos y están aplicando esta sustancia”, manifestó
 Zapata.
Una segunda opinión
Un hematoma,
 hormigueo o un pequeño granito son las primeras señales. Si la 
sustancia es rechazada por el organismo y aparecen las complicaciones, 
pueden conducir  a sepsis y hasta la muerte. El doctor Gabriel Medina 
Silva explicó los riesgos.
“La paciente está tranquila, pero no 
es así, las complicaciones pueden aparecer más tarde o más temprano.” Y 
agregó: “Ninguna de las formas libres inyectadas son adecuadas para el 
uso, no importa como lo vendan, si es para glúteos o pómulos”.
El
 problema más común es la migración de la sustancia hacia otras partes 
del cuerpo. “El organismo lo reconoce como un cuerpo extraño y es una 
forma natural de defensa que se formen pelotas y que se trate de acercar
 a la superficie.”
“Son complicaciones que traen consecuencias a 
nivel social, de pareja y familiar, afecta a toda la vida y lo que en 
principio fue felicidad a la final te das cuenta que duró muy poco”, 
afirmó el médico.
“El paso a seguir es extraer la mayor cantidad 
del material, es casi imposible extraer el 100% porque está mezclado 
también con el tejido, pero al menos se trata de disminuir la presión 
que ejerce y solucionar el problema, a veces se necesita reintervenir a 
la persona en varias oportunidades.”
Si las personas desean 
aumentar el tamaño de alguna zona de su cuerpo, sin tener que recurrir a
 invasivos procedimientos o sustancias, es propicio el ejercicio regular
 y la buena alimentación, más que dar tanta importancia a los patrones 
de belleza que imponen las hegemonías mediáticas, para la 
mercantilización de la imagen. 
Los pacientes que han usado 
biopolímeros, pero no han presentado síntomas, jamás deben inyectarse en
 los glúteos. Deben evitar traumatismos y vigilar la aparición de ardor,
 inflamación, cambio de color oscuro o enrojecimiento, palpación de 
nódulos o masas. 
A pesar de las advertencias y la prohibición, 
muchas personas continúan asistiendo a clínicas no autorizadas, lo que 
pone en riesgo su salud y su vida.
(Con informacion de La Iguana Tv)
 
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