De acuerdo con las autoridades, tras la caída la trasladaron a un centro veterinario, pero no logró sobrevivir.
Poco después ocurrió un segundo caso en el que un perrito huyó descontrolado por el miedo causado por los estallidos de los fuegos artificiales y terminó atropellado. Por suerte en este caso, los veterinarios determinaron que no presentó politraumatismos de gravedad, pero sí un cuadro de estrés severo y comportamiento agresivo, posiblemente derivado del episodio de terror que experimentó.
Ante estos dos casos la Alcaldía de Medellín reiteró el llamado a no usar pólvora durante las celebraciones de diciembre. La Administración Distrital advirtió que los animales no necesitan estar cerca de la pólvora para sufrir daños graves ya que el ruido, la vibración y hasta el olor pueden desencadenar crisis de pánico, huidas, accidentes y alteraciones del comportamiento que pueden extenderse durante semanas o meses.
Se trata de un mal que no solo afecta a las mascotas, sino también a la fauna silvestre, que reacciona de forma brusca ante los estallidos.
“El impacto de la pólvora no solo se mide en quemados o emergencias en personas. Cada estallido puede significar una tragedia para los animales. Evitar la pólvora es un acto de protección y responsabilidad con la vida. Desde la Alcaldía hacemos un llamado para que no se utilice la pólvora, ya que nuestra fauna silvestre y doméstica se está viendo seriamente afectada y, como lo vimos, ya cobró una vida”, expresó Elizabeth Coral, subsecretaria de Protección y Bienestar Animal.
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