Por:  Emma Grand
19/01/13.-Luego
 de casi 40 años de la desaparición forzada del joven estudiante por 
cuerpos represivos de la IV república, la Fiscalía hace el hallazgo con 
la ayuda de dos testigos, uno de ellos implicado en el crimen. Este 
reportaje de Ciudad CCS reconstruye con datos nunca antes conocidos la 
historia de Noel desde su secuestro, en junio de 1973, hasta este nuevo 
capítulo de indagación judicial. 
Los restos 
mortales del joven estudiante de Economía de la Universidad Central de 
Venezuela (UCV) y dirigente de Bandera Roja (BR), Noel Rodríguez, yacían
 desde hace casi cuarenta años en un nicho sin identificar del 
Cementerio General del Sur en Caracas.
Noel fue 
“salvajemente torturado hasta su muerte”, manifestó la Fiscal General de
 la República, Luisa Ortega Díaz, en una rueda de prensa para  informar 
sobre el hallazgo del cadaver del joven universitario y de los 
resultados de la investigación antropológica y forense realizada por 
este organismo.
La indagación 
reveló que el cuerpo encontrado en el nicho era del militante 
revolucionario y que murió a los pocos días de ser secuestrado por una 
comisión de la Dirección de Inteligencia Militar (DIM) el 29 de junio de
 1973 producto de las contusiones a las que fue sometido.
La fiscal 
Ortega Díaz recordó que por este caso hay una persona privada de 
libertad y reveló que hay dos más que tienen órdenes de captura, sin 
mencionar sus identidades.
Los agentes de la DIM
No fue hasta 
que el Ministerio Público (MP) iniciara la investigación de la 
desaparición de Noel, que el maestro técnico Felipe Díaz Marín, ex 
agente de la Dirección de Inteligencia Militar (DIM), informara en 
condición de testigo a los fiscales responsables del caso el lugar donde
 desapareció al joven.
Según Díaz 
Marín, la orden provino del entonces jefe  de la DIM de la región del 
Distrito Federal, Miranda y Vargas, el coronel (hoy retirado) José 
Antonio Omaña Hernández, quien pasó de testigo a imputado por este 
crimen que ocurrió hace 39 años, y que el MP comenzó a investigar en 
2010.
El testimonio 
que el Ministerio Público recoge de Díaz Marín es que Omaña Hernández lo
 instruyó a llevar el cuerpo de Noel primero a la funeraria Virgen del 
Valle, ubicada en Bellas Artes, muy cerca del Hospital Luis Razzeti, en 
Caracas y, posteriormente, al camposanto capitalino.
“El fiscal me 
preguntó por el cadáver de Noel Rodríguez. ¡Cómo yo voy a saber dónde 
está el cuerpo de ese joven si yo no lo conozco!”, dijo Omaña Hernández 
al ser consultado por Ciudad CCS en su casa, donde permanece detenido, 
al tiempo que señaló que después de su imputación en octubre pasado por 
el caso de la desaparición del estudiante de Derecho de la UCV fue que 
se enteró de quién era el joven.
La fecha de la 
muerte de Noel aún se desconoce, mas la última vez que alguien lo vio 
con vida fue el día de su secuestro por parte de una comisión policial 
todavía sin identificar, meses antes de culminar el primer mandato del 
ex presidente copeyano Rafael Caldera (1969-1974), que se caracterizó 
por la continuación de una política represiva que se inició con Romulo 
Betancourt (1959-1964) y Raúl Leoni (1964-1969).
El
 maestro técnico Felipe Díaz Marín, sentado y de camisa roja al fondo, 
en los nichos del Cementerio General del Sur junto al equipo del 
Ministerio Público realizando los trabajos de exhumación.
 
Entre Maderero y Glorieta
La calle que 
está entre las esquinas de Maderero y Glorieta, perpendicular a la 
avenida Baralt (al sur del centro de la ciudad), parece no haberse 
inmutado con el tiempo.
Casi cuarenta 
años después, en esa cuadra de hoteles continúan las mismas 
edificaciones típicas de aquellos años —unas más antiguas— corroídas por
 el tiempo.
Noel vivía en 
una vieja casona de finales de siglo XIX, ubicada en esa cuadra, que fue
 dispuesta como residencia en esos años. “Noel dormía en un cuarto 
construido en la azotea de la morada, aislado del resto de los 
inquilinos”, relató a Ciudad CCS Elio (nombre ficticio para proteger su 
identidad) quien conoció a Noel en ese lugar y que hoy, a sus 71 años de
 edad, se desempeña como pequeño comerciante en la capital.
En el frente de este domicilio, pintado de color rosa, aún se observa el número que lo identifica, el 34.
 
En esta casona, ubicada entre las esquinas Maderero y Glorieta, en el centro de Caracas, Noel Rodríguez vivió sus últimos años.
 
El traidor de la Digepol
El 
administrador de la residencia donde vivía Noel era Humberto Sánchez 
Torrealba, curiosamente un ex agente de la Dirección General de Policía 
(Digepol), quien además de alquilar habitaciones, arrendaba un espacio 
para que trabajadores informales de la zona guardaran su mercancía, 
indicó Chuo Villarroel, quien en 1973 pagaba por guardar su mercadería 
en esta casa al igual que Elio y que actualmente se desempeña como 
pequeño comerciante en el centro de Caracas.
“Humberto se 
creía más marxista que el Che (Ernesto Guevara). Era muy metido. Yo como
 tenía el cabello largo me insinuaba si estaba interesado en participar 
en grupos rebeldes. Yo había estado en la guerrilla, pero me mantenía 
bajo perfil”, comentó Villarroel, a quien un compañero que estuvo preso 
en la cárcel La Modelo, a mediados del sesenta, le dijo que Sánchez 
Torrealba era agente policial.
Una nota del 
diario El Nacional publicada el 11 de junio de 1966 confirma lo dicho 
por el amigo de Villarroel, debido a que informaba que Sánchez Torrealba
 había comparecido “ante el Juez Tercero de Instrucción para rendir 
indagatoria sobre el caso del desaparecido profesor  Alberto Lovera”.
La foto que 
acompañaba la nota revelaba la imagen de Sánchez Torrealba vestido de 
traje y corbata, lentes de pasta y un cigarro en la boca, con la 
siguiente leyenda:“Sánchez Torrealba, ya esposado y listo para ser 
trasladado nuevamente a la Cárcel Modelo, señaló que él ‘era testigo del
 caso Lovera y además de los casos Víctor Soto Rojas y Trino Barrios’”, 
los dos últimos militantes revolucionarios continúan desaparecidos.
Según relató 
Sánchez Torrealba al diario de circulación nacional, la Digepol lo 
apresó y torturó por denunciar al político José Vicente Rangel los actos
 de torturas que presenció contra militantes revolucionarios durante su 
permanencia como agente de ese organismo.
Sánchez 
Torrealba había encargado la residencia durante la estadía de Noel a un 
muchacho llamado José Miguel (nombre ficticio para proteger su 
identidad) quien tenía en ese momento 16 años y que hoy, a la edad de 
56, se desempeña como pequeño comerciante en Barquisimeto, estado Lara.
Ni solo ni en la Pelota
La versión 
—repetida por casi cuarenta años— de que una comisión de la Dirección de
 los Servicios de Inteligencia y Prevención (DISIP) detuvo a Noel 
Rodríguez en la esquina de La Pelota en la avenida Urdaneta el 29 de 
junio de 1973, fue desmentida en noviembre de 2012 por un testigo que se
 encontraba con él ese día, y que decidió hablar 39 años después.
El testigo era el encargado de la residencia donde vivía Noel, el muchacho que se decidió llamar José Miguel en este reportaje.
“Ese día yo 
estaba acostado en mi cama. La noche anterior había ayudado a Humberto 
(Sánchez Torrealba) a embalar una ametralladora por petición de Noel. Yo
 sabía que él  militaba en Bandera Roja, pero no imaginaba que podía 
tener ese tipo de armamento. Yo era un muchacho, era muy inocente”, 
relató José Miguel en entrevista telefónica a Ciudad CCS.
“Humberto tocó insistentemente la puerta de la residencia. Me buscaba 
para que lo acompañara a llevar el arma. Yo no lo quería acompañar, así 
que me hacía el dormido para no abrirle, pero me sorprendió a pata mío, 
nunca supe cómo entró a la casa”, contó José Miguel.
“Me levanté y 
cedí en acompañar a Humberto a llevarle la ametralladora a Noel. Yo no 
sabía para dónde íbamos. Me subí al auto de Humberto, un volkswagen 
color verde último modelo, era de agencia. No sabía cómo hacía, pero él 
siempre conseguía plata prestada”, prosiguió.
José Miguel 
contó que ese día Sánchez Torrealba tomó la avenida Baralt, aunque no 
recuerda con claridad el trayecto, seguramente siguió por La Panteón, 
luego San Bernardino, y desde allí tomó la Cota Mil hasta llegar a Los 
Ruíces,  cerca de VTV, pues en esos años la también conocida avenida 
Boyacá, hacia el oeste de la ciudad, se extendía hasta San Bernardino y 
hacia el este hasta El Marqués. “Recuerdo que ahí (a los alrededores de 
la sede del canal del Estado) nos encontramos con Noel. Estaba vestido 
con una camisa color  beige y llevaba puesta una chaqueta. Me llamó la 
atención que se había desrizado el cabello. Humberto me contó que dos 
días antes habían agarrado preso a un conocido de él, no sé si fue 
Gabriel Puerta Aponte. Por eso el cambio que se había hecho en su 
imagen”, contó.
“El auto se detuvo, yo me pasé para la parte de atrás y Noel subió al 
puesto de copiloto del carro”, José Miguel prosiguió su relato.
“Arranca y da 
la vuelta que el compañero no ha llegado”, le instruyó Noel a Humberto 
estando dentro del vehículo, recordó José Miguel, pero el compañero de 
Noel nunca apareció.
“Cuando dimos 
la vuelta y regresamos, un poco más arriba de donde está la sede de VTV,
 nos interceptó un vehículo volkswagen color gris sin identificación y 
al bajarse las personas que lo abordaban nos gritaron: ‘Quietos, es la 
policía’”, relató.
 
El
 testigo que vio por última vez a Noel Rodríguez antes de que los 
detuvieran una comisión policial dijo que se encontró con el estudiante 
cerca de VTV
 
Dos pistolas, una ametralladora
Recordó José 
Miguel que dos noches antes de que fueran capturados por la comisión 
policial, Noel cargaba un libro. “Yo era un muchacho, ¡qué revolución ni
 que nada!, no sabía nada. El libro estaba sobre una mesa de la 
residencia, puse mi mano sobre él para revisarlo y Noel me lo impidió 
rápidamente poniendo su mano sobre la mía. No me dejó verlo”.
Ese día que los detuvo la comisión policial Noel llevaba su libro bajo el brazo.
“Los policías 
nos bajaron del vehículo y requisaron de inmediato a Noel. Le sacaron de
 la parte de atrás del pantalón un arma y de la chaqueta una cantidad de
 municiones que llevaba encima. En el libro le encontraron una pistola”,
 relató.
Durante la 
detención, también recordó José Miguel, uno de los policías le dijo a 
Sánchez Torrealba que hablara, y éste le respondió que “en la oficina”.
—¿Qué oficina? A ti lo que te voy a dar es unos cuantos golpes, le respondió el oficial.
Al lugar, 
resaltó José Miguel, llegaron unos cuatro o cinco carros más  “y nos 
montaron por separado en los vehículos. Primero se llevaron a Noel, 
después a Humberto y luego a mí”, indicó.
“La tirria era 
conmigo porque tenía puestas unas alpargatas”, comentó José Miguel 
refiriéndose a la clara intención del Estado en esos años de reprimir al
 campesino, a quien se le acusaba de guerrillero.
“A todos nos 
metieron en un monte, siempre he pensado que nos llevaron a El Junquito,
 por el clima y la vía. A Noel lo golpearon de primero”.
José Miguel 
recuerda que Noel fue el más golpeado de los tres y que Sánchez 
Torrealba fue el que recibió menos golpes. “Me acuerdo que un tal Fidel,
 un gordito de cabello risado, dijo que Noel era muy arrecho para llevar
 golpes”.
Después de la 
golpiza, los tres fueron montados nuevamente en los vehículos por 
separado; a José Miguel lo llevaron preso al Cuartel San Carlos,  y a 
partir de ahí perdió la pista de Noel.
La oficina de la DIM quedaba en el edificio del Cuartel San Carlos.
 
El
 testigo que vio por última vez a Noel Rodríguez con vida fue preso en 
el Cuartel San Carlos por unos días después de su detención junto al 
estudiante.
 
Lo llevaron a Cocollar
En julio de 
1973, Carlos Betancourt, ex jefe de Bandera Roja y ex primer comandante 
del Frente Guerrillero Antonio José de Sucre, fue detenido por una 
comisión de la DISIP y llevado a la sede de este organismo en Los 
Chaguaramos.
“Ese día en la 
mañana una fuente muy confiable me dijo que Noel estaba en el Comando 
Técnico de Operaciones de Cocollar, ubicado en el estado Sucre. Entonces
 pedí hablar con el director de la DISIP, Remberto Uzcátegui, para 
denunciar esa situación. Después no se supo nada más de Noel”, manifestó
 Betancourt -actualmente retirado de la política y residente en Maturín,
 estado Monagas- Ciudad CCS.
Por su parte, 
Pastor Espín, ex Bandera Roja y miembro actual de la Fundación Juan 
Chacón Lanza, en conversación telefónica con Ciudad CCS, dijo que él 
estaba preso en Cocollar cuando un militar se le acercó a las 11:00am 
del 27 de julio de 1973 y le contó que había llegado un compañero suyo 
en muy malas condiciones. “En la tarde, como a las 4:00pm, se me vuelve 
acercar el militar y me cuenta que mi compañero seguía muy mal y que se 
llamaba Noel Rodríguez”, relató Espín.
Al día 
siguiente, indicó, lo visitó su compañera sentimental, Delia. “Le dije 
que Noel estaba en el Cocollar, que se encontraba en muy mal estado, y 
le pedí que le informara a Carlos Betancourt para que se hiciera pública
 su detención”.
Posteriormente,
 el diario regional Antorcha, que circulaba al oriente del país, tituló 
en una nota de contraportada, el 19 de agosto de 1973, que Noel había 
muerto en el campamento antiguerrillero de Cocollar.
Los padres de 
Noel manejaban una información de que su hijo había muerto el 6 de 
agosto de ese año por causa de las torturas que había sufrido en 
Cocollar, pero cuando llegaron al campamento a recoger el cadáver de su 
hijo no lo encontraron.
Omaña 
Hernández, el único imputado por la desaparición de Noel, y a quien sus 
abogados le informaron que de la exhumación realizada en los nichos del 
Cementerio General del Sur en octubre de 2012 lo que se encontró fue el 
cuerpo de una joven de 14 años y no el de Noel, se preguntó 
reflexivamente: “Si Noel fue llevado a Cocollar y murió allá ¿No era 
lógico que lo enterraran en el cementerio que había en el Cocollar?  
¿Para qué yo ordenaría que lo trajeran a Caracas y lo enterraran en el 
Cementerio General del Sur?”.
Asimismo, 
refirió despectivamente que Díaz Marín era un maestro técnico y que  no 
tenía la capacidad para recibir ese tipo de trabajos. “Yo jamás lo 
hubiera designado a él para hacer algo así”, comentó en referencia a la 
acusación que en su contra hizo Díaz Marín sobre la orden de trasladar 
el cuerpo de Noel al camposanto capitalino.
Agregó que para esos años la DIM se encargaba sólo de investigar casos 
dentro de las Fuerzas Armadas y que era la Disip la que reprimía.
 
En
 Cocollar existía un Comando Operativo antiguerrillero donde un testigo 
aseguró que había estado Noel Rodríguez después de su detención en 
Caracas.
 
No hablarás sin mí
La última vez 
que Elio vio a Humberto Sánchez Torrealba fue en la plaza Miranda, en el
 centro de Caracas, días después de su detención junto a José Miguel y 
Noel.
“Yo vi a Humberto acercarse con los brazos cruzados y con una actitud extraña”, relató Elio a Ciudad CCS.
—Me preguntaron por ti, le dijo Sánchez Torrealba a Elio.
—¿Y Noel?, le cuestionó Elio en respuesta.
—¿Cuál Noel? No lo conozco, contestó Sánchez Torrealba.
—¿No conoces a Noel?, le replicó Elio a Sánchez Torrealba sorprendido y no le preguntó más.
“Luego de esa conversación decidí irme de Caracas, sentí miedo y que algo terrible pasaba”.
Elio se 
encontró a José Miguel en Barquisimeto durante los días en que los 
padres de Noel, Zenaida Mata de Rodríguez y Gregorio Rodríguez, 
realizaban una huelga de hambre en protesta frente al Estado por la 
desaparición de su hijo.
“Yo fui a 
Barquisimeto para que José Miguel me contara lo que había pasado ese día
 que los detuvo la comisión policial”, dijo Elio a Ciudad CCS.
“José Miguel no quería decirme nada, tenía miedo, pero logré persuadirlo”, prosiguió.
“Después de 
conocer lo que había pasado, y luego de intentos fallidos de denunciar 
esa situación con dirigentes políticos en Caracas, pensé que lo mejor 
era mantenerlo en silencio por un tiempo”.
En la última 
conversación que tuvieron, Elio le dijo a José Miguel que nunca hablara 
sobre lo que había pasado con nadie para proteger su vida, pues cada mes
 era visitado por un agente policial, pero que recordara que tenía un 
compromiso moral con los padres de Noel.”Tú vas a contar lo que pasó 
sólo conmigo y cuando yo te diga”, le sentenció Elio.
 
Ex
 guerrilleros que guardaban su mercadería en la casa donde residía Noel 
Rodríguez trabajaban en los alrededores de la plaza Miranda.
 
Comandos represivos
Jorge 
Rodríguez, fundador de la Liga Socialista y asesinado en 1976 por 
organismos estatales de exterminios, denunció por esos años el 
funcionamiento de estos cuerpos.
“En Venezuela 
existen comandos represivos que cumplen sus funciones como un medio para
 ejecutar prácticas punitivas y motivadas por odios personales hacia 
quienes ejercemos oposición revolucionaria al sistema”, denunció 
Rodríguez en una carta que escribió desde la cárcel de Maracaibo en 
agosto de 1972.
Prosiguió 
Rodríguez que estos comandos represivos o “gang de la muerte han sido 
denunciados ante el Congreso Nacional y el Fiscal General de la Nación 
sin resultado alguno”.
Acusó a Carlos 
Nuñez Tenorio, dependiente de la DIM y la Disip, de encabezar el gang de
 la muerte y responsabilizó a ese comando de exterminio de los 
asesinatos del profesor Alberto Lovera, del campesino Juan Chacón Lanza,
 los militantes revolucionarios Víctor Soto Rojas, Trino Barrios, 
Belisario Marín, los estudiantes Luis Alberto Hernández, Noel Rodríguez y
 el abogado Ángel Alberto Aguilar Serradas.
Serradas, 
denunció Rodríguez, fue secuestrado y torturado hasta su muerte por los 
agentes de la DIM Rafael Emigdio Pacheco, Antonio Guedez y Jesús Ramón 
García, por órdenes del maestro técnico Felipe Díaz Marín y del coronel 
Ibrahim Vegas Echezuría, quienes lo acusaban de tener información sobre 
la muerte del inspector Carlos Núñez Tenorio.
 
El
 líder estudiantil y revolucionario Jorge Rodríguez denunció sin 
respuesta del Congreso y la Fiscalía el funcionamiento de grupos de 
exterminios de la cuarta república.
 
El asesinato de
 Serradas ocurrió en el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez y fue 
investigado. Apresaron a los agentes  Pacheco, Guedez y García por el 
crimen, y a Vegas Echezuría y a Díaz Marín por mentir.
En un 
comunicado publicado el 27 de noviembre de 2012, la Fundación Juan 
Chacón Lanza, que debe su nombre al campesino asesinado y desaparecido 
en los años sesenta, destacó que los gobiernos de la cuarta república 
(1958-1998) aplicaron una política de violencia, planificada, que logró 
exterminar a centenares de jóvenes, reprimir a partidos de izquierda, 
estudiantes, campesinos, intelectuales, implementando, entre otras 
barbaridades, “la figura de losDesaparecidos. Los Teatros de Operaciones
 (TO) fueron creados para desaparecerlos luego de ser torturados y 
obtener información”.
La investigación
Meses antes de 
aprobarse la Ley para Sancionar Crímenes, Desapariciones, Torturas y 
Violaciones de los Derechos Humanos por Razones Políticas en el período 
1958-1998, el Ministerio Público dio inicio a la investigación de la 
desaparición del estudiante y militante revolucionario Noel Rodríguez.
“En 2010 
adelantamos un conjunto de acciones para ubicar los restos de Noel y 
otros venezolanos que fallecieron en cámaras de torturas”, reveló la 
fiscal general de la República, Ortega Díaz.
El Ministerio 
Público interpuso un recurso de revisión en el Tribunal Supremo de 
Justicia para reabrir el caso de Noel Rodríguez Mata, Felipe Malaver 
Moreno, Víctor Soto Rojas, Alejandro Tejero Cuenca y Nicolás Montes 
Beltrán, debido a que en 1998 “se produce una decisión donde se declara 
el término de las averiguaciones sobre estos casos”, destacó la fiscal.
Luego de esta 
acción, fue designado un equipo de fiscales y expertos de la Unidad 
Criminalística contra la Violación de los Derechos Fundamentales.
La Fiscalía 
citó en octubre de 2012 al coronel retirado José Antonio Omaña Hernández
 como testigo del caso, a quien posteriormente imputan y dan arresto 
domiciliario días después.
El maestro 
técnico Felipe Díaz Marín también fue citado como testigo del caso y es 
quien informa al Ministerio Público dónde ocultó el cuerpo de Noel, 
según él, por órdenes de Omaña Hernández.
En las primeras
 exhumaciones realizadas por los fiscales a los nichos del Cementerio 
General del Sur no encontraron el cuerpo de Noel. Los abogados 
defensores de Omaña Hernández aseguran que hallaron el cadáver de una 
joven de 14 años en el nicho donde Díaz Marín dijo que ingresó a Noel, 
según la versión del coronel retirado dada a Ciudad CCS.
No obstante, un
 sepulturero del Cementerio General del Sur contactado por los fiscales y
 que trabajó en los años en que desapareció Noel, actualmente jubilado a
 sus 84 años de edad, recordó una situación extraña por las semanas en 
que fue asesinado el estudiante revolucionario.
El señor reveló
 que en esos meses vio llegar al camposanto un vehículo que no era 
fúnebre, del cual salieron personas  que no estaban vestidas de luto ni 
lloraron en el acto de sacar el ataúd y colocarlo en uno de los nichos.
Ese episodio no se le borró nunca de la cabeza, y justo en el lugar donde recordó que fue colocado el cajón fúnebre estaba Noel.
MiniBiografía Noel Rodríguez Mata
Noel Rodríguez 
Mata nació en el Valle de Pedrogonzález, estado Nueva Esparta. Hijo de 
Zenaida Mata y de Gregorio Rodríguez.Sus padres nunca abandonaron la 
lucha por encontrar el cuerpo de su hijo desaparecido, que por este 
crimen acusaron directamente al presidente Rafael Caldera.
Noel estudió el
 bachillerato en El Tigre, estado Anzoátegui. Militó en esos años en la 
Juventud del Movimiento Izquierda Revolucionario (MIR). Luego viajó a 
Caracas, donde inició estudios en la Universidad Central de Venezuela 
(UCV) de Derecho.
Su mudanza 
coincidió con la división del MIR, de la cual se desprendieron los 
partidos políticos Bandera Roja (BR) y Organización Revolucionaria (OR).
 Noel se unió a las filas de BR, que para principios de los años setenta
 estuvo liderado por Américo Silva, Gabriel Puerta Aponte y Carlos 
Betancourt.
Noel fue 
responsable estudiantil de la UCV por Bandera Roja, organización que 
estaba en la clandestinidad por no apegarse a las supuestas políticas de
 pacificación de Caldera.Luego de la muerte de Jesús Márquez Finol 
(Motilón), Noel es designado jefe del Distrito “Fabricio Ojeda” y al 
mismo tiempo se le nombró suplente principal en la Dirección Nacional de
 BR en todo el país.Noel no se casó ni tuvo hijos.
El historiador 
Oscar Bataglini, quien compartió con él actividades políticas 
estudiantiles, lo recordó como un joven muy alegre, ameno y que agradaba
 a quien lo conocía. Tenía 27 años cuando lo asesinó un comando policial
 del gobierno de Caldera.
Su madre estaba
 recién operada de un riñón cuando lo desaparecieron. Hoy tiene 86 años 
de edad y en varias oportunidades mencionó que no moriría sin antes 
encontrar el cuerpo de su hijo.
 
Noel Rodríguez estudiaba Derecho en la Universidad Central de Venezuela y era dirigente del partido Bandera Roja
 
 
La madre de Noel esperó casi cuarenta años para saber del cuerpo de su hijo.
 
MiniBiografía José Antonio Omaña Hernández
José Antonio 
Omaña Hernández, coronel retirado, fue jefe de la Dirección de 
Inteligencia Militar (DIM) de la región del Distrito Federal, Miranda y 
Vargas durante los dos últimos años del primer gobierno del copeyano 
Rafael Caldera (1969-1974).
Su padre, José 
Antonio Omaña Vega, de profesión odontólogo y de la élite andina, fue 
fundador de Copei y amigo del ex presidente Caldera.Omaña Hernández, 
también oriundo de Los Andes, aseguró no haber tenido cercanía con 
Caldera, mas si la tuvo con Luis Herrera Campíns, con quien dijo haber 
tenido una amistad y a quien describió como un hombre bonachón.
Estudió en la 
“Escuela de Las Américas” en Panamá, donde en una oportunidad solicitó 
en un escrito que todos los países del continente americano debían 
tratarse como iguales.Omaña Hernández tiene dos hijas que viven en 
México y un hijo, llamado José Antonio Omaña, quien al igual que él y su
 esposa Luz viven en San Antonio de Los Altos.  Es el único imputado por
 la desaparición de Noel Rodríguez.
A sus 74 años, 
Omaña Hernández se jacta de tener una salud de hierro. Hace tres años 
fue operado de cáncer de colon, información que difundió el periodista 
Nelson Bocaranda por Twitter el día de su imputación y detención 
domiciliaria.
Bocaranda no es
 amigo de la familia de Omaña Hernández, pero sí alguien conocido.Desde 
su operación, asegura que pese a la recomendación de su médico, de 
chequearse cada tres meses, no ha ido a la primera consulta.Acérrimo 
opositor al gobierno del presidente Hugo Chávez, en Internet pueden 
encontrarse algunos escritos de su autoría atacando la gestión 
chavista.De trato agradable, exhibe en las paredes de la sala de su casa
 los cuadros que en su “época de poder” le fueron regalados.
MiniBiografía Felipe Díaz Marín
Felipe Díaz Marín es el testigo más importante del Ministerio Público en el caso de la desaparición de Noel Rodríguez.
Fue quien 
informó al fiscal responsable del caso -que se inició en octubre de 
2012- dónde escondió el cuerpo de Noel, según él, por órdenes del 
entonces jefe de la Dirección de Inteligencia Militar (DIM) de la región
 del Distrito Federal, Miranda y Vargas, José Antonio Omaña Hernández.
Sólo se conoce 
de él que era maestro técnico y que tenía órdenes de seguir al 
estudiante de la Universidad Central de Venezuela Jorge Rodríguez, según
 confirmó  Omaña Hernández para Ciudad CCS. En varios artículos y cartas
 publicadas, Jorge Rodríguez (padre)  denunció ser seguido por agentes 
de la DIM por órdenes del Maestro Técnico Felipe Díaz Marín.
Asimismo, Díaz 
Marín estuvo involucrado en el secuestro y posterior asesinato del 
abogado Ángel Alberto Aguilar Serradas en 1974, caso que se investigó en
 su momento y cayeron presos Rafael Emigdio Pacheco, Antonio Guedez y 
Jesús Ramón García, agentes criminales de la DIM. Díaz Marín y el 
coronel Ibrahim Vegas Echezuría dieron las órdenes para detener y 
torturar a Serradas. A Díaz Marín sólo se le juzgó por mentir en ese 
juicio.
MiniBiografía Fundación Juan Chacón Lanza
La Fundación 
Juan Chacón Lanza debe su nombre a un campesino quemado vivo y 
desaparecido en el Teatro de Operaciones 4, ubicado en Cocollar, estado 
Sucre, bajo las órdenes del Teniente Coronel Enrique Lozano Otero.
Esta Fundación,
 presidida por Wilfredo Martínez e integrada, como él, por ex 
guerrilleros y militantes revolucionarios, investiga los casos de 
torturados, asesinados y desaparecidos en los gobiernos de la cuarta 
república.
Omar Narváez 
Aché, en representación de la Fundación, acompañó e indagó en el caso de
 la desaparición del estudiante y militante revolucionario Noel 
Rodríguez, trabajo que logró con el apoyo de la Alcaldía de Caracas, el 
Ministerio Público, la defensoría del Pueblo, el Fondo Editorial Ipasme,
 el Archivo de la Revolución, familiares y amigos de Noel Rodríguez y el
 diario Ciudad CCS.
Asimismo, la 
Fundación Juan Chacón Lanza hace un pedido a las autoridades competentes
 de rescatar la residencia donde vivió Noel Rodríguez sus últimos años 
de vida para convertirla en un espacio de reconocimiento de estudiantes,
 campesinos, intelectuales y militantes revolucionarios que fueron 
reprimidos por las políticas de violencia de la cuarta república.
Esta 
edificación, que tiene un gran significado para quienes participaron en 
la lucha revolucionaria de los años sesenta y setenta, y que conocieron a
 Noel, está ubicada entre la esquina de Maderero y Glorieta, 
perpendicular a la avenida Baralt.
Fuente: Ciudad Caracas
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