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jueves, 22 de septiembre de 2011

Pareja lesbiana venezolana concibe bebé in vitro

Con apenas 19 semanas y tres días de gestación, ya golpea el vientre de su progenitora. Su llegada al mundo, prevista para la primera semana de diciembre, traerá a la familia Arena Aguilera una alegría inolvidable. Su nombre será Diego Alejandro, y al abrir los ojos por primera vez, sentirá un afecto poco común: el amor de dos madres. La historia la cuenta el diario zuliano La Verdad.

Nancy Aguilera (28), quien trabaja en la industria farmacéutica, conoció hace tres años en una discoteca de Caracas a Patricia Arenas (23), diseñadora gráfica, a quien asegura amar con toda su alma. El deseo de Nancy de ser madre nunca se vio opacado por su condición de homosexual. Soportó insultos y humillaciones. Sin desmayar ante las dificultades, hoy se siente la mujer más feliz del mundo. Luego de un proceso de fecundación in vitro (FIV), en sus entrañas crece el bebé con quien formará "su familia perfecta".


Es el primer caso de una pareja de lesbianas en Venezuela que concibe un hijo por fecundación asistida, al menos públicamente. La gallardía de estas jóvenes revolucionó las redes sociales. La homomaternidad se difunde vertiginosamente entre cientos de seguidores de Twitter a través de la cuenta @homomaternidad. 


La polémica pareja concedió esta entrevista al rotativo zuliano:


- ¿Cómo y cuándo se conocieron?


- Nancy: Nos conocimos hace tres años. Nos presentó mi hermano menor. Él tenía una fiesta planificada a la que yo no quería ir, pero lo acompañé. Íbamos con sus amigos. El lugar era una famosa disco de ambiente (Revolución), en la ciudad de Caracas. Allí fue donde nos conocimos.


Lo recuerdo como algo muy natural. Yo soy la única persona homosexual de mi familia, pero por alguna razón que desconozco mi hermano quería ir para ese bar. Una semana después Patricia y yo comenzamos a salir. (Cuando iniciaron la relación Nancy tenía 25 años y Patricia 20).


- ¿Están casadas?, ¿piensan hacerlo?


- N: Averiguamos bastante sobre el tema, pero tenemos una limitante por las leyes venezolanas. Casarnos en otro país es imposible porque en los lugares que se acepta el matrimonio gay, es requisito indispensable ser residente para contraer nupcias.


Por supuesto que poder casarnos en algún momento es un sueño. No habrían terminado de firmar la ley cuando esa misma semana iniciaríamos los preparativos del matrimonio.


- ¿En qué momento decidieron ser madres?


- N: Yo creo que el sueño de toda mujer es poder tener una familia, una persona que esté a tu lado para poder constituir un hogar. Asumimos una noche que ya estábamos en la edad. Nosotras comenzamos a vivir juntas poco después de conocernos y decidimos tener una relación bastante seria (ya llevan tres años juntas). Luego de muchas conversaciones, concluimos que debíamos intentar un hijo juntas, ya que somos personas económicamente estables para hacerlo.


- ¿Cómo fue el proceso?


- Patricia: Bueno, el instinto maternal ambas lo teníamos. Las dos siempre hemos sido dadas con los niños; tenemos muchos sobrinos y con todos compartimos. Luego de hablarlo, tomamos la decisión de que fuera mi esposa quien debía salir embarazada.


- N: Básicamente lo que decidimos fue quién iba a tenerlo en esta oportunidad, porque deseamos tener más hijos en un futuro no muy lejano. En ese momento resolvimos que fuese yo por ser la mayor. El próximo hijo que tendremos saldrá del vientre de Patricia.


- ¿Cuál fue el método que utilizaron para concebir?


- N: Para la gestación hicimos un procedimiento de fecundación artificial (In Vitro) bastante interesante; lo que más deseábamos era que nuestro bebé tuviera características similares a las de nosotras. En ese momento comenzamos a visitar a los institutos fertilizantes de Venezuela para escuchar opiniones.


- P: Diferentes encontronazos con médicos que son muy mente cerrada tuvimos que soportar. Varios rechazaban la idea de nuestra maternidad.


- N: Luego de tantos problemas decidimos ir a un doctor especialista en fertilidad. Llegamos a una clínica reconocida de Caracas e iniciamos un proceso que requirió de seis meses de preparación. Posteriormente tuvimos una cita con un andrólogo, que es el encargado de ver las características físicas de ambas para buscar un donante genético (una muestra de semen) que tuviese las mismas características.


Esa muestra viene del exterior para que no haya choque entre personas que puedan ser hermanos, pero que tienen distintos padres. Siempre quisimos evitar eso. El procedimiento se llevó a cabo el pasado 10 de mayo de este año.


- ¿Cuántos meses tienes de embarazo?, ¿no conocen ni remotamente al donante?


- N: Estoy en la semana 19 (el quinto mes). Nosotras, al igual que el donante, firmamos un convenio de confiabilidad en el cual ni él conoce nuestra identidad, ni nosotros la suya. Sencillamente, el donante tiene un código en un banco el cual nosotros podremos utilizar en el futuro para tener más hijos.


- ¿Cuál es el sexo del bebé?


- P: Es un niño. Se va a llamar Diego Alejandro.


- Desde que tomaron esta decisión, ¿cuál es el momento más duro que les ha tocado vivir?


- P: El momento más difícil lo vivimos en la visita al segundo médico. Allí el doctor nos sentó a la dos para darnos su punto de vista. Afirmaba que el hijo iba a ser de una sola persona. Nosotros debimos comprenderlo porque ese era su esquema y no debíamos tratar de lidiar con una persona que no entendía la finalidad de un hijo. Eso fue muy duro.


- N: Básicamente él me dijo que, como yo era la persona que iba a tener el niño en el vientre, independientemente del procedimiento que eligiéramos, el pequeño sólo iba a ser mi hijo y radicalmente trataba de explicarle a Patricia que ese no era su bebé. Esa no es la posición que nosotros tenemos ni vamos a tener y mucho menos compartimos.


Yo creo que un hijo es una decisión de dos personas. Padre es el que enseña valores, el que da educación y el que facilita un techo para vivir. Más allá de juzgar la parte de la legalidad, hay muchas familias que crían a un niño que no es biológicamente de ellos, pero le imprime más cosas buenas que sus propios padres.


- Su hijo de seguro les preguntará por qué tiene dos madres, ¿qué le responderán?


- N: Debemos preparar al niño desde un principio. En ningún momento vamos a versionar la historia de otra manera para que él entienda que dos personas se pueden amar como lo hacen sus madres, y que es tan natural como lo que puede sentir cualquier otra persona.


Si es bueno tener una madre, tener dos será muchísimo mejor. Y por la parte masculina que debe tener, no nos preocupamos, porque tiene muchos primos, tíos y sus dos abuelos. La gente tiene el trauma de que porque eres una pareja gay, el niño va a ser gay, pero si esa fuera la premisa, si mis padres son heterosexuales yo también debería serlo y no es así.




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