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jueves, 21 de enero de 2021

¿Puede el aire que respiramos prevenir el Alzheimer? La ciencia lo explica

 

En la búsqueda de una cura para el Alzheimer, los científicos han descubierto que no solo los factores genéticos aumentan los riesgos de una persona de desarrollar la enfermedad, así como la demencia. La contaminación del aire también influye. ¿Cómo?

La causa más común de la demencia es la enfermedad de Alzheimer, que destruye lentamente la memoria, el pensamiento, el comportamiento y, finalmente, la capacidad de una persona de llevar a cabo las tareas diarias. Ahora los científicos comprobaron que se puede disminuir las posibilidades de envejecer con la temible enfermedad si se vive en un ambiente con aire limpio.

Debido a que se cree que la fase silenciosa de la demencia comienza décadas antes de la manifestación de los síntomas, los hallazgos recientes advierten que la exposición a la contaminación del aire durante la mitad y el principio de la vida puede ser igual, o incluso peor, que la exposición en la última etapa de la vida. Por ello, concluyen que es imprescindible reducir la exposición humana al PM2,5.

«Desafortunadamente, es más fácil decirlo que hacerlo», escribió en The Conversation el profesor asociado de medicina preventiva de la Universidad de California del Sur (Estados Unidos) Jiu-Chiuan Chen, que encabezó los estudios.

La demencia afecta a nivel mundial a unos 50 millones de personas, de las cuales alrededor del 60% viven en países de ingresos bajos y medios, según información de 2020 de la Organización Mundial de la Salud. Cada año se registran cerca de 10 millones de nuevos casos. Se calcula que entre un 5% y un 8% de la población general de 60 años o más sufre demencia en un determinado momento.

La contaminación del aire influye en el Alzheimer, ¿por qué?

En 2017 Jiu-Chiuan encabezó una investigación que demostró que los procesos de envejecimiento del cerebro empeoran por la contaminación del aire, y que pueden aumentar el riesgo de demencia.

El estudio evidenció cómo las mujeres mayores que vivían en lugares con altos niveles de PM2,5  —las partículas finas producidas por vehículos y plantas de energía— sufrieron casi el doble de pérdida de memoria y una contracción cerebral similar al Alzheimer, pero no las mujeres mayores que vivían en zonas con aire más limpio. Estos resultados se lograron considerando inclusive otros factores de riesgo de demencia, como el tabaquismo, la falta de ejercicio y la terapia hormonal.

En un nuevo estudio publicado en 2020, Jiu-Chiuan analizó el cambio en los cerebros de 712 mujeres, con una edad promedio de 78 años y que no tenían demencia, ante diferentes niveles de PM2,5. Todas ellas se sometieron a escáneres cerebrales por resonancia magnética al comienzo del estudio, y cinco años después. ¿Los resultados?

-Las mujeres mayores que vivían en lugares con altos niveles de PM2,5, eran 24% más propensas a tener una contracción cerebral similar a la observada en los pacientes con la enfermedad de Alzheimer. Es decir que el riesgo de demencia aumentaba 24% en comparación a las mujeres mayores que vivían con aire más limpio.

«Quizás lo más alarmante es que estos cambios cerebrales parecidos al Alzheimer estaban presentes en mujeres mayores  sin problemas de memoria. El encogimiento de sus cerebros era mayor si vivían en lugares con niveles más altos de PM2,5 en el exterior, incluso cuando esos niveles estaban dentro del estándar actual de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos», señaló Jiu-Chiuan.

También hallaron que la memoria episódica —que implica recuerdos de eventos específicos y se ve afectada tempranamente por la enfermedad de Alzheimer— disminuía a medida que aumentaba la concentración de PM2.5.


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