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viernes, 2 de agosto de 2024

Entérate qué heridas de la infancia repercuten en la edad adulta

 

Las heridas de la infancia son experiencias traumáticas y dolorosas que ocurren durante los primeros años de vida de la persona. En otras palabras, son los patrones, dificultades o experiencias fuertes que se repiten en los primeros años de la niñez.

Éstas tienen un impacto significativo en el desarrollo emocional y psicológico, y hasta en el bienestar físico y mental de las personas; incluso, si no se sanan de manera adecuada, repercuten en la edad adulta.

¿Cómo trabajar las heridas de la infancia?

La clave está en reconocerlas y buscar ayuda de los profesionales de la salud mental, para que sean quienes orienten al respecto.

Generalmente las heridas de la infancia aparecen en las relaciones personales con sus pares o parejas, en sus emociones no controladas o en los pensamientos que se tienen de sí mismo.

Aunque se dude, todas las personas tenemos estas heridas, aunque no hayamos vivido una infancia dolorosa. Es decir, estas heridas puedes surgir a partir de cualquier experiencia difícil.

En tal sentido, si crees que esto te está afectado tu día a día, respira de manera consciente, permítete sentir lo que estés sintiendo, conecta con las emociones y suelta. Es imprescindible dejar salir la causa para solucionarlo y no seguir generando malestares. Recuerda vivir el proceso sin juzgarte ni rechazarte.

Lesiones internas

Conocer cuáles son esas lesiones internas que no te permiten vivir a plenitud durante la edad adulta, es esencial para poder buscar opciones de sanarlas. Si aún las desconoces, te compartimos cuáles son las heridas de la infancia más comunes:

– Abandono. Cuando los padres han estado ausentes emocional y físicamente. En la adultez se busca la atención de otros a costa de cualquier cosa, además, asusta la soledad, por lo que hacen cualquier cosa para no estar solo.

– Rechazo. Si de niño no fue aceptado tal y como era, de adulto, si se siente rechazado huye y hasta es posible sentir que no pertenece a ningún lugar.

– Humillación. Durante la infancia es posible que sufrieras de burlas y te avergonzaran, por lo que en la adultez, anulas tus necesidades por las de los demás. Incluso, puede costarte aceptarte y cuidarte.

– Injusticia. Si fueron fríos y duros contigo cuando niño, ahora de adulto escondes lo que sientes y no expresas tus emociones.

– Traición. En caso de que de niño no te cumplieron con lo que te prometieron, ahora de adulto vigilas todo para controlarlo todo y evitar el peligro y la traición.


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