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viernes, 27 de julio de 2018

Nueva modalidad de estafa se convierte en la pesadilla de los usuarios de Instagram

En la mutación del delito todo es posible. Si usted  tiene una cuenta de Instagram con más de mil seguidores y publica en su perfil con frecuencia, esté muy alerta. Califica para ser una nueva presa fácil de los delincuentes 2.0 y el modus operandi que se ha convertido en la pesadilla de varios “influencers” de las redes sociales y usuarios en general.  

Se trata de estafadores que hackean cuentas de Instagram que contengan una importante cantidad de seguidores y luego  la usan para estafar. ¿Cómo?  Publican “ofertas” de venta o compra de dólares por un precio un poco más bajo de lo que esté estipulado en las páginas de banda del mercado negro.

Los estafadores, usurpando la identidad de la víctima, ofrecen, por lo general,  sumas superiores a los mil  dólares. Intercambian los datos de las cuentas bancarias para el pago mediante mensajes directos; todo lo hacen por esa vía, jamás, ofrecen detalles de sus contactos telefónicos.

“Me hackearon la cuenta y publicaron una historia en la que decía que vendía cinco mil dólares, después otra imagen que vendía 2.000 por Bank of America. Por ser una figura pública, a mi me siguen no solo conocidos, amigos y familiares, también otras personas que admiran mi carrera, quienes son más vulnerables a caer en la estafa porque no me conocen personalmente, ni tienen mis contactos”, contó a Panorama el futbolista de la Vinotinto y jugador del equipo Deportes Tolima, de Colombia, Yohandry Orozco,  víctima hace un mes del novedoso método de la cyber delincuencia. 

El deportista aseguró que varios de sus seguidores en Instagram, de Maracaibo y de otras ciudades de Venezuela, cayeron en la estafa y perdieron su dinero. “Eso me causó problemas porque hubo varias víctimas que pensaron que verdaderamente era yo el que estaba cometiendo un fraude por mis redes sociales y me demandaron”, dijo.

“Algunos conocidos estuvieron a punto de caer también en el fraude, pero cuando me llamaban para concretar el supuesto negocio, se daban cuenta que era todo una mentira de grupos de delincuentes que estaban detrás de todo”, señaló el jugador.

Los reportes  de estafa se elevan en Maracaibo y en otras ciudades del país como Punto Fijo, Valencia, Caracas y Barquisimeto, capitales donde hay mayor número de denuncias en los cuerpos policiales.

Los @delincuentes suelen aportar cuentas bancarias jurídicas para la transacción, de esa forma su verdadera identidad no queda al descubierto y es más fácil de engañar a la víctima.

La mayoría  de los victimarios tiene números de cédulas ubicados en los 20 millones, es decir, que son personas jóvenes entre los 20 años y 30 años; conocedores de la tecnología y el universo de las redes sociales.  Saben a cabalidad cómo funcionan y cuáles son los mecanismos de seguridad y protección al usuario, para vulnerarlos.

Los estafadores incluso pueden operar desde otros países, pero dan cuentas bancarias venezolanas. La mayoría de los estafadores son venezolanos que emigraron a otros países, de tal  forma que, de ser descubiertos, cuyas probabilidades son pocas,  ya estarían prófugos de la justicia venezolana.

El diseñador de moda Douglas Tapia tiene  diez meses con su cuenta de Instagram hackeada, en la que contaba con más de 127K  y mil fotografías de su carrera profesional.  Pese a que realizó muchos intentos  para recuperar su dominio en la red social, no pudo lograrlo y debió abrir una nueva cuenta en la que suma 11 mil seguidores. Lo peor de todo es que aún los delincuentes siguen usando su identidad para estafar.

“Después de terminar una sesión fotográfica con mi equipo, quise subir una imagen a mi cuenta y me di cuenta que había sido hackeado. El delincuente también cambió mi email para que yo no pudiera recuperar la contraseña y borró mis contactos. Colocó el usuario como privado  y después bloqueó a varias personas cercanas”, narró el diseñador internacional.

Tapia siguió varias de las instrucciones que indica Instagram para recuperar cuentas, pero no pudo lograrlo.  Presume que el hacker fue una persona cercana a él o sabía mucho de su vida, por la forma como actuó. “Al otro día de haber sido hackeado, volé  a Los Ángeles para la Semana de la Moda, ese viaje fue propicio para que los estafadores hicieran de las suyas.  Cuando mis seguidores escribían por mensaje directo que querían comprar los dólares, ellos le respondían que todo lo debían hacer por DM porque  yo me encontraba fuera del país. También coincidió con un momento muy difícil de mi vida que fue  los días en que mi mamá estaba muy delicada de salud, por lo que la gente pensaba que estaba vendiendo los dólares para costear los gastos médicos de mi madre, quien falleció mientras yo estaba en Estados Unidos”,  recordó. Douglas Tapia calcula que  a su nombre estafaron  casi 20 mil dólares. Solo a una de sus seguidores le quitaron cinco mil dólares en el fraude de instagram.

“Cuando llegué a Venezuela del viaje a Los Ángeles, me entraron muchas llamadas perdidas y mensajes de personas reclamándome que les había robado su dinero. Un caso en particular me lamentó mucho y fue el de una venezolana que emigró a Argentina para ayudar a su familia y perdió cinco mil dólares en la estafa”,  contó.

Tapia creó una nueva cuenta de Instagram y pidió el favor a sus conocidos que “postearan” la imagen con la alerta de que no cayeran en la trampa de la estafa de los dólares.

No solo  las figuras públicas son vulnerables a los hackers, también personas comunes, pero deben tener  una importante cantidad de seguidores, y es que mientras más seguidores tenga la cuenta, más probabilidades hay de que alguien muerda el anzuelo.

Funcionarios  de la Dirección de Delitos Informáticos del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas de la delegación Zulia informaron que a diario reciben denuncias de personas que han sido hackeadas por los delincuentes 2.0 y también de víctimas que han sido estafadas y han perdido grandes cantidades de dinero.

Sin embargo, la acción de los cuerpos policiales para estos casos es complicada, hasta que  haya pruebas tangibles de la estafa. La recomendación de los cuerpos policiales es un llamada a la precaución de no comprar nada por instagram o  cualquier otra red social, si no se tiene un contacto directo con el comprador.

Según los detectives del Cicpc, la mayor cantidad de estafadores están en la Costa Oriental del Lago, en el estado Zulia, en el centro del país y el oriente.

La bailarina zuliana Iris Fuentes se convirtió en otra víctima de los hackers, pero afortunadamente pudo lograr recuperarla.   

“Ese momento fue muy difícil, porque no solamente usan tu credibilidad para robar a los demás, sino que también  el delincuente tiene acceso a parte de tu vida privada. Tiene contacto con tus amigos y conocidos, puede revisar cada movimiento que haces y hasta puede llegar a extorsionarte”,  lamentó.

Todas las víctimas coincidieron en que Instagram no tiene un mecanismo eficiente para poder recuperar las cuentas en caso de ser hackeadas  y tampoco los organismos policiales para atacar estas mafias del 2.0.




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