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sábado, 29 de septiembre de 2012

Ojos de satélite Miranda alertas para orientar el desarrollo de Venezuela

El satélite Miranda estará en el espacio ultraterrestre desde este viernes 28 de septiembre de 2012, a las 12 de la noche. Vivirá, al menos, 5 años en el espacio y nos proveerá imágenes del territorio venezolano que permitirán predecir y monitorear, eficientemente, eventos naturales; crear espacios públicos para el buen vivir de los ciudadanos; planificar y gerenciar la ocupación y crecimiento de las áreas rurales y urbanas.
La aeroespacial VRSS-1 (sigla del inglés Venezuela Remote Sensing Satellite ‘Satélite Venezolano de Percepción Remota’) dispone de 28 cámaras que captan la energía visible más la energía infrarroja, y generan imágenes satelitales de 2.5 metros hasta 10 metros de resolución espacial.
Miranda suministrará imágenes de zonas urbanas, carreteras, áreas deforestadas y agrícolas; suelos, vegetación, cursos de agua. Estos datos servirán para conocer la distribución del territorio y de las comunidades, las potencialidades de la tierra, zonas de deslave e inundaciones, y la localización de ambientes en donde se desarrollan vectores infecciosos.
La trascendencia del satélite Miranda está sustentada, justamente, en el uso social. Este artefacto podría impulsar una agricultura de precisión en Venezuela: los datos satelitales, adquiridos con este aeroespacial de observación terrena, posibilitan el uso efectivo de la tierra, la estimación de cosechas y el conocimiento de los ciclos de los cultivos.

Ciencia de punta, con visión social
“¡Es una MARAVILLA poder tener ese aparato! Significa tener una aproximación amorosa al territorio nacional, en unos términos que no hemos tenido nunca antes; porque, siempre, teníamos que alquilar horas de servicio satelital de otros aeroespaciales, que están montados bajo una visión y un concepto de mercancía. En cambio, Miranda se lanza bajo un enfoque de desarrollo efectivo del territorio”, expresa Clemente Scotto, pionero en impulsar en Venezuela el Plan de Desarrollo Urbano Local.
Disponer de la información del satélite Miranda permite hacer juegos de planificación y visión estratégica, y evidentemente, transformar, decidida y científicamente, los eventos naturales. Esto se traduce en un proceso de revolución”.
Los catastros, por ejemplo, ahora, van hacer mucho más sencillos. Para los planes de ordenamiento territorial nacional, regional y local, los organismos del Estado contarán con el registro permanente de cómo van creciendo las ciudades, los pueblos: de dónde se están construyendo casas nuevas, dónde hay ocupación nueva del territorio y desborde de la densidad planteada.
“¡Oye! Es una diferencia clave entre tener y no tener. Porque, lo otro es: mirarlo desde lejos y recibir una copia de la información: al final de cuentas, son otros los que tienen la información; quienes, incluso, pueden tener lujo de detalles que nosotros no vemos. Ahora no: teniendo nosotros el satélite Miranda podemos ocuparnos de obtener los datos que requieren los geógrafos, los planificadores, urbanistas y todos los que nos apasionamos por el camino de la plena democracia —que incluye el rescate de la soberanía del espacio donde nos toca vivir; el tiempo histórico que nos toca vivir como generación, con la responsabilidad que podemos tener hacia la nuevas generaciones; y que no sea una forma alocada, como lamentablemente y dolorosamente lo hemos hecho”.
Para Scotto, la primera aproximación, significa el conocimiento de la realidad geográfica y la dimensión geohistórica en la ocupación del territorio. Eso da lugar a dos elementos claves. Uno: el conocimiento y la compresión, no solamente de la geomorfología; sino, también, de toda esa dinámica que está envuelta en los eventos naturales —valga decir: los terremotos, las inundaciones, los huracanes, la sequía y sus efectos; que son asuntos colados en el cambio climático, de cuyas consecuencias no estamos exentos.
“Dos: la dimensión humana de la ocupación del territorio, que envuelve el desarrollo y la existencia viva de los pueblos y de las ciudades. Más allá del evento del lanzamiento de un satélite de observación de la tierra, es el hecho transformador con sentido social, como estrategia para planificar el desarrollo del sistema nacional de ciudades, incluso, en una conexión suramericana y caribeña”.

Miranda le da una huella distinta a Venezuela
Con Miranda, Venezuela podría colaborar con países que sufren alguna catástrofe o tener imágenes que sirvan para la agricultura, la planificación y la defensa de otras naciones.
Jorge Arreaza, ministro del Poder Popular para Ciencia, Tecnología e Innovación, señala que Venezuela podría ofrecer servicios satelitales a otros países en “planes de negocios”. “Las imágenes podríamos venderlas o regalarlas, según sean las capacidades de cada Estado. También, podríamos establecer acuerdos de intercambio de imágenes con otros países. Obviamente, los países del Sur serán nuestra prioridad… A los privados, sí les venderíamos las imágenes”.
Una imagen satelital de 2.5 metros de resolución espacial tiene precios que oscilan entre 5 mil 400 y 7 mil euros. Lo que significa que, para obtener un mapeo de todo el territorio venezolano, debíamos pagar más de 1 millón 500 mil euros.
“Sin embargo, más que si antes gastábamos 7 mil euros en una fotografía satelital, y ahora no, es el impacto social que tendrá el satélite. Las imágenes de Miranda servirán para decir dónde se van a hacer los urbanismos, cuántas vidas se pueden salvar… Lo principal es que Miranda es un satélite que nos garantiza soberanía”.
Como expresa Arreaza, la aeroespacial VRSS-1 nos asegura el acceso inmediato a la información, y eso, no tiene precio. Antes, podíamos permanecer casi 1 año esperando por una imagen satelital que íbamos a comprar, y cuando llegaba, ya la imagen no nos servía para nada: llegaba fuera de tiempo.
“Miranda tiene un valor agregado propio: nos permitirá hacer todos los estudios que queramos, cuando queramos y como queramos”.
El satélite orbitará alrededor de la Tierra 14 veces al día y pasará entre 2 y 4 veces por Venezuela. Tiene capacidad para tomar 350 imágenes por día, de 1300 megabytes por segundo. Sólo tendrá las limitaciones generales que presenta cualquier satélite, en época de fuerte nubosidad.
Las imágenes del satélite son de uso público, a excepción de las concernientes a la seguridad del país, que el Estado decida reservarse.

Miranda tendrá 3 meses de pruebas de órbita, y será el 15 de enero de 2013 cuando pasará al control venezolano, desde la Estación Terrena, que está ubicada en la Base Aeroespacial Capitán Manuel Ríos (Bamari), parroquia El Sombrero, municipio Julián Mellado, estado Guárico.
Bamari fue construida, especialmente, para el proyecto del satélite Simón Bolívar. Estas instalaciones están siendo actualizadas para, también, localizar el Segmento Terreno del satélite Miranda.
La Patria primero
José Luis Berroterán, viceministro de Formación para la Ciencia y el Trabajo, explica que, con el modelaje del satélite Miranda, se puede asegurar la detección de actividades ilícitas (minería ilegal, pistas clandestinas de aterrizaje, cultivos nuevos en la frontera); y obtener información para la planificación de parques industriales, el aprovechamiento de los patrones de consumo y el mejoramiento de las rutas de distribución de alimentos.
De igual forma, la tecnología de Miranda ayudaría a disminuir el impacto humano en las reservas naturales: con la información satelital, sabríamos qué áreas debemos tocar o no. Así, el Estado podría tomar decisiones acertadas para la conservación, defensa, protección y mejora ambiental.
El satélite Miranda —que contó con una inversión de 140 millones de dólares— le permitirá a Venezuela:
  • Avanzar en la nueva geometría del poder y del territorio.
  • Realizar mapas cartográficos.
  • Evaluar las cosechas y los recursos hídricos.
  • Optimizar la planificación urbana, industrial y de infraestructura.
  • Demarcar zonas indígenas.
  • Establecer áreas de influencia de las distintas comunidades.
  • Localizar áreas de potencial marino, agrícola, ganadero, gasífero y petrolero.
  • Capacitar personal en materia espacial y astronomía.
  • Reforzar la seguridad y defensa de la Nación.
  • Obtener información sismológica para prevención de desastres.
  • Cooperar en proyectos de desarrollo, bilaterales y multilaterales.
  • Evaluar los patrones y cambios en el uso del territorio.
  • Consolidar las Grandes Misiones Vivienda Venezuela y AgroVenezuela, así como planificar nuevos desarrollos de centros poblados.
Una mirada soberana y responsable
Hasta donde se ha podido establecer, el satélite Miranda orientará un sistema de desarrollo mucho más armónico y eficiente para los venezolanos, por medio de datos precisos y actualizados del territorio nacional y de las actividades de sus habitantes. Para Chávez, con el satélite Miranda, Venezuela está entrando en el futuro.
El titular de la cartera de Ciencia, Tecnología e Innovación anunció que, antes del 7 de octubre de 2012, podrían mostrarle al país las primeras imágenes del satélite. Por ejemplo, se podrían tener imágenes del territorio yanomami, de la Faja Petrolífera del Orinoco o de zonas agrícolas.
En palabras de Scotto: “Después de que estemos montados en esta carretera, podemos comenzar a aumentar la velocidad. Lo importante es que cada uno pueda existir en el espacio donde está, haciendo identidad y responsabilidad por el tiempo y lugar que le toca vivir”.

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