Después de 25 días de entrenamiento, un estudio realizado por
investigadores de la Universidad de California reveló que las aves
pueden identificar entre tejidos sanos y enfermos.
Puede que no sean las aves más
inteligentes o incluso más agradables del mundo, pero las palomas, según
demostraron una serie de experimentos recientes, tienen la capacidad de
distinguir entre tejido canceroso y sano en mamografías y diapositivas
digitalizadas.
De acuerdo a los
investigadores que publicaron el estudio en la revista Plos One, las
palomas lograron en total acertar en el 99% de los casos.
Los
experimentos liderados por el profesor de patología Richard Levenson de
la Universidad de California en Davis, Estados Unidos, demostraron que
estas aves pueden aprender, si reciben un entrenamiento adecuado, a
identificar tejido mamario canceroso.
En el laboratorio
En una de las pruebas, el equipo de Levenson les presentó a ocho palomas 144 imágenes en blanco y negro y en color.
Después
de cada imagen, la paloma debía pulsar una tecla azul o amarilla para
indicar a qué categoría pertenecía el tejido (sano o enfermo).
Cada
acierto fue recompensado con comida, mientras que después de cada
fallo, las palomas debían seguir viendo nuevas imágenes hasta volver a
dar en el blanco.
En dos semanas la
precisión aumentó de 50% a 85%. Y para evitar que pudieran identificar
las imágenes por memorización, se fueron intercalando nuevas.
El
segundo experimento –que involucró la identificación de
microcalcificaciones, que suelen estar asociadas a la presencia de
cáncer– también fue exitoso.
Ni la ausencia de color ni el cambio en la compresión de las imágenes perturbó la habilidad de las palomas.
Las respuestas combinadas de los ocho individuos dieron un resultado final de 99% de precisión.
La
única prueba que mostró resultados menos alentadores fue una en que las
aves debían identificar masas sospechosas en las mamografías.
Si bien detectaron su presencia, no lograron determinar si éstas eran de carácter benigno o maligno.
Aunque hay que reconocer que esta tarea es extremadamente difícil incluso para radiólogos de mucha experiencia.
¿Palomas en el consultorio?
¿Pero
cómo es posible que un animal con un cerebro más pequeño que la punta
de un dedo pueda, después de 25 días de entrenamiento, ponerse al mismo
nivel que un radiólogo experimentado con años de estudio?
"Puede
que no sepan escribir poesía, pero han tenido millones de años para
desarrollar las habilidades que tienen para navegar un mundo muy
complicado y peligroso", explica Levenson.
"¡Por eso no me sorprende que puedan practicar patología!", añade el investigador.
Pese
a lo diminuto de su cerebro, estas aves tienen una gran inteligencia
visual que, de hecho, supera a la de los seres humanos.
Mientras que nuestros ojos tienen tres receptores de colores, los de las "ratas con alas" tienen cinco.
Además,
explica Edward Wasserman, profesor de la Universidad de Iowa y coautor
del estudio, tienen una mejor visión periférica que los seres humanos.
Y no hay que olvidar que pasan horas mirando el suelo buscando semillas e insectos para comer.
Esto las convierte en expertas para detectar anomalías en medio de patrones visuales complejos.
Sin
embargo, el talento recién descubierto de las palomas no significa que
puedan reemplazar a los radiólogos en los consultorios médicos.
Lo
que el equipo cree es que se las puede utilizar para ayudar a
investigadores e ingenieros a evaluar nuevas técnicas de análisis por
imágenes.
Fuente: Agencias Noticias
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