La visita conyugal se inicio el miércoles
de manera normal en el mencionado establecimiento carcelario pero cuando
llegaron varias motos de alta cilindrada y vehículos donde se
trasladaba un grupo de mujeres, el asunto se complicó.
Los llamados “líderes negativos” de la Penitenciaría General de
Venezuela (PGV), ubicada en el estado Guárico, secuestraron a tres
sargentos y a un capitán de la Guardia Nacional. Esto porque no les permitían que pasaran motos y vehículos donde se trasladaban sus respectivas parejas, según testimonios.
La visita conyugal se inicio el miércoles de manera normal en el mencionado establecimiento carcelario ubicado en San Juan de los Morros (Gua). Pero cuando llegaron varias motos de alta cilindrada y vehículos donde se trasladaba un grupo de mujeres, el asunto se complicó.
El capitán Juan Carlos Cova impidió el ingreso de los vehículos, situación que enfureció a los pranes de la PGV. Es allí como, a punta de armas largas, decidieron secuestrar a los sargentos Efraín Gregorio Santana García, Elvis José Gómez Fernández y Oswaldo Enrique Olivero Mejías. Estos militares estaban asignados a la custodia del portón principal de la PGV.
Al observar la situación, el capitán Cova se acercó a mediar pero fue amenazado de muerte por parte de los pranes quienes le advirtieron que la amenaza también abarcaría a los sargentos secuestrados. A los 40 minutos aproximadamente el capitán accedió a la petición de los pranes y dejó pasar los carros y las motos. Al final, los sargentos fueron liberados sanos y salvos.
La visita conyugal se inicio el miércoles de manera normal en el mencionado establecimiento carcelario ubicado en San Juan de los Morros (Gua). Pero cuando llegaron varias motos de alta cilindrada y vehículos donde se trasladaba un grupo de mujeres, el asunto se complicó.
El capitán Juan Carlos Cova impidió el ingreso de los vehículos, situación que enfureció a los pranes de la PGV. Es allí como, a punta de armas largas, decidieron secuestrar a los sargentos Efraín Gregorio Santana García, Elvis José Gómez Fernández y Oswaldo Enrique Olivero Mejías. Estos militares estaban asignados a la custodia del portón principal de la PGV.
Al observar la situación, el capitán Cova se acercó a mediar pero fue amenazado de muerte por parte de los pranes quienes le advirtieron que la amenaza también abarcaría a los sargentos secuestrados. A los 40 minutos aproximadamente el capitán accedió a la petición de los pranes y dejó pasar los carros y las motos. Al final, los sargentos fueron liberados sanos y salvos.
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