Sonriente y
luego de ser dada de alta de la Maternidad Dr. Armando Castillo Plaza,
María Mercedes Quintero Olivares, de 98 centímetros, y 21 años, tocaba
con manos su barriga de siete meses de embarazo (30 semanas). Dentro
de su vientre lleva a Mathías Daniel, quien de acuerdo con los estudios
médicos, posiblemente nazca con la misma condición que ella tiene:
acondroplasia (trastorno del crecimiento de los huesos que ocasiona el
tipo más común de enanismo).
La
pequeña María, pero grande de corazón, como dice su madre, Margelis
Olivares, tiene fe de llegar a feliz término el nacimiento de su bebé,
que vendrá al mundo por medio de una cesárea.
“Me hospitalizaron porque tenía una infección en la orina y baja
hemoglobina, que estaba apenas en seis. Con el tratamiento que me
pusieron en la maternidad lograron elevarla hasta 10, pero aún necesito
seguir tomando hierro”, contó ayer recién llegada del hospital, en casa
de su abuelos de crianza, Emérito Morales y Rosa Uzcátegui, en el barrio
Los Pescadores.
En la ‘Castillo Plaza’ estuvo recluida en el área de alto riesgo obstétrico durante 12 días. Llegó allí por su complicación y los doctores le manifestaron la necesidad de llevar el embarazo por lo menos a las 34 semanas de gestación. “Ellos no quieren que el bebé sea prematuro y tampoco quieren que ninguno de los dos tengamos que ir la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos)”.
“Yo solamente deseo que mi bebé nazca bien, y como mujer llevo mi vida normal como cualquier persona”, expresó con una dulce sonrisa.
En la ‘Castillo Plaza’ estuvo recluida en el área de alto riesgo obstétrico durante 12 días. Llegó allí por su complicación y los doctores le manifestaron la necesidad de llevar el embarazo por lo menos a las 34 semanas de gestación. “Ellos no quieren que el bebé sea prematuro y tampoco quieren que ninguno de los dos tengamos que ir la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos)”.
“Yo solamente deseo que mi bebé nazca bien, y como mujer llevo mi vida normal como cualquier persona”, expresó con una dulce sonrisa.
El amor de María es un joven, de 16 años, a quien conoció hace un año y cuatro meses. Ambos quedaron prendados uno del otro en un ‘open’ del liceo Alejandro Fuenmayor, institución donde ella se graduó como bachiller. “Unas amigas me invitaron, allí nos conocimos y nos enamoramos”, dijo.
La historia de María Mercedes ha conmovido a todos los marabinos. Ella busca superarse, incluso, empezó sus estudios universitarios de administración de empresas por medio de las becas Jesús Enrique Lossada, pero tuvo que detener su preparación por el embarazo.
Los 29 kilos de peso que lleva hoy, 10 más que antes que saliera en estado, no le impiden moverse a buscar lo que necesita para su bebé, pues su familia es humilde y el papá de Mathías trabaja en una bloquera. “Él me ha respondido, nosotros vivimos juntos en Los Bucares, pero como me mandaron reposo estoy en casa de la familia de mi mamá, por Las Tuberías”.
La mamá de María, Margelis, recuerda que cuando la segunda de sus tres hijos nació (24 de diciembre de 1992) en el ‘Pons’ midió 43 centímetros y pesó dos kilos 750 gramos.
“Su cabecita era mucho más grande que el tamaño de su cuerpo y los doctores solamente le hacían fotos y fotos y nadie me daba una respuesta. Yo desistí porque un médico me dijo que María Mercedes solamente iba a vivir hasta los 3 años, la encomendé al Señor y aquí está con nosotros”, dijo la progenitora.
Recuerda la pequeña marabina que tenía ocho años cuando vio su primer período menstrual. Frente a lo anticipado de su desarrollo, los especialistas recomendaron que tomara medicamentos para retrasar el proceso hasta los 12 años. Cuando cumplió sus 15 años medía 92 centímetros.
El sueño de María es tener una casa propia para ella y su Mathías Daniel. Asegura que ha hecho la solicitud en tres oportunidades al Gobierno, pero aún no ha recibido una respuesta. Hoy requiere medicamentos como ácido fólico, ferronex, entre otros, además, de una serie de productos para el bebé.
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