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sábado, 8 de diciembre de 2012

Los árboles más viejos y más grandes del planeta se están muriendo

Los árboles más viejos y más grandes del mundo, que son los organismos vivos más antiguos del planeta, están desapareciendo de manera alarmante, advirtieron este viernes científicos australianos y estadounidenses.
Los resultados de un estudio publicado por la revista Science concluye que en todas partes los árboles más grandes y viejos están amenazados de desaparición si no se aplican políticas de preservación.
“Es un problema mundial que concierne a casi todos los tipos de bosques”, indicó David Lindenmayer de la Universidad Nacional de Australia, jefe del programa de investigación.
“Al igual que los grandes animales, como los elefantes, los tigres o los cetáceos, cuya población está declinando fuertemente, una serie de indicios muestran que estos árboles corren el mismo riesgo”, señala el estudio.
Lindenmayer comenzó este estudio con colegas de la Universidad James Cook de Australia y de la Universidad de Washington en Estados Unidos tras haber trabajado con con muestras desde los años 1860 tomadas en bosques suecos.
Los investigadores constataron la inquietante desaparición de los grandes árboles, de entre 100 y 300 años de edad, en partes de Europa, América del Norte y del Sur, África, Asia y Australia.
Los serbales de Australia, los pinos de Estados Unidos, las secuoyas de California o los baobabs de Tanzania son las principales especies en peligro.
Los incendios forestales no son los únicos responsables ya que la tasa de mortalidad es diez veces superior a la norma, incluso en los años sin incendios.
Este fenómeno es, según los científicos, el resultado de una combinación de factores tales como el calentamiento climático, la deforestación y la necesidad de tierras agrícolas.
“Estamos hablando de la desaparición de los organismos vivos más grandes del planeta y de organismos que tienen un rol determinante en la regulación de la riqueza de nuestro mundo. La tendencia es verdaderamente muy preocupante”, declaró Bill Laurance, de la Universidad James Cook.
Los grandes árboles son lugares de nidificación y de vida para casi un 30% de las aves y los animales de nuestro ecosistema. Son también enormes pozos de carbono, importantes reservas de sustratos que permiten el desarrollo de una multitud de organismos y también influencian la hidrología.
 
 
 
 
 
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