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lunes, 25 de febrero de 2013

Los bebés lloran con los ojos abiertos por miedo y cerrados por dolor



Ver al bebé llorar y no saber la razón es algo que puede desesperar a más de uno, incluso a madres y padres con experiencia. A entender el lloro de un recién nacido puede ayudar el trabajo realizado por investigadores de la Universidad de Murcia y la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED).
Tras estudiar el llanto de 20 bebés de entre 3 y 18 meses, han llegado a la conclusión de que los bebés lloran por enfado o miedo cuando tienen los ojos abiertos y por dolor cuando los mantienen cerrados.
Y es que no es fácil saber por qué llora un recién nacido, sobre todo para las madres y los padres primerizos, y aunque los principales motivos son hambre, dolor, enfado o miedo, los adultos no reconocen fácilmente qué emoción es la que provoca sus lágrimas.
"El llanto es la principal forma que tienen los bebés de comunicar las emociones negativas y, en la mayor parte de los casos, la única manera que tienen de expresarlas", recuerda el investigador de la Universidad de Valencia, Mariano Chóliz, según recoge la plataforma Sinc.
Los resultados –publicados en Spanish Journal of Psychology– indican que las principales diferencias se presentan en la actividad ocular y en la dinámica del llanto. En este último, los expertos han comprobado que tanto los gestos como la intensidad del lloro se van incrementando gradualmente si se debe a un enfado, mientras que aparecen en su máxima intensidad desde el primer momento en el caso del dolor y del miedo.

Ojos abiertos o cerrados

Cuando un bebé llora, la actividad muscular de su rostro se caracteriza por una gran tensión en la frente, las cejas o los labios, la apertura de la boca y la elevación de las mejillas.
En este sentido, según detalla Chóliz, cuando los bebés están enfadados la mayoría mantienen los ojos medio cerrados, con una mirada aparentemente sin dirección o, por el contrario, fija y prominente. Su boca está abierta o entreabierta, y la intensidad del llanto aumenta progresivamente.
En el caso del miedo, los ojos permanecen abiertos casi todo el tiempo. Es más, a veces tienen una mirada escrutadora, mueven la cabeza hacia atrás, y el llanto aparece de forma explosiva, después de un aumento gradual de la tensión.
Por último, el dolor se manifiesta con los ojos cerrados casi todo el tiempo, y en los pocos momentos en los que están abiertos, la abertura es mínima y distante de la mirada. Además, existe un alto grado de tensión en la zona ocular y el ceño fruncido. El llanto, que desde el principio alcanza su intensidad máxima, comienza de forma repentina e inmediatamente después del estímulo.

La habilidad para reconocer emociones

Por otra parte, los expertos han observado también cuál es el grado de precisión que tienen los adultos para reconocer la emoción que provoca el llanto. De esta forma, han comprobado que los padres no suelen identificar claramente qué emoción es la que induce el llanto, especialmente cuando se trata de enfado y miedo.
Ahora bien, según explica Chóliz, aunque los padres no sepan reconocer bien la causa, cuando los bebés lloran porque les duele algo les provoca una reacción afectiva "más intensa" que cuando lloran por estar enfadados o tener miedo. (Con informacion de YVKE Mundial) 

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