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martes, 27 de agosto de 2013

“LA MATÉ, LA MATÉ”, llegó gritando este hombre al templo de la mujer evangélica que violó y asesinó debajo de una alcantarilla

José Guillermo Atencio Atencio, de 25 años, antes de confesar  a la policía la violación y asesinato de una mujer evangélica  debajo de una alcantarilla  en el sector Cuatro Bocas del municipio Mara, entró a un templo evangélico gritando,  “yo la maté, yo la maté”.
El repudiado crimen ocurrió a eso de las siete de la noche del pasado domingo a unos 200 metros del CDI de La Sierrita, vía hacia Cuatro Bocas. La víctima, Ayarelis Josefina Perche Ferre (37), caminaba hacia un templo evangélico cuando fue sometida por Atencio. El comisario Heberto Alfonso, jefe del CICPC-Zulia, aseguró que el sujeto mató a la mujer con un arma blanca y minutos después llegó a la iglesia donde esta iba para confesar el crimen.
El hallazgo de Ayarelis sorprendió a toda la comunidad de esa zona del municipio Mara. Estaba semidesnuda y sin vida cuando la encontraron. De no ser porque su homicida confesó aún el crimen hubiera sido un misterio.
Los investigadores del CICPC presumen que José Guillermo Atencio estaba bajo los efectos de estupefacientes cuando abusó de su víctima. Funcionarios del CBPEZ fueron quienes lo detuvieron y luego lo colocaron a la orden del CICPC.
Este delincuente calificado como un “Monstruo” reside en esa misma zona y es catalogado como una piltrafa humana. De este sólo sabían que cometía delitos menores y era un asiduo consumidor de droga.
Uno de los hermanos de la víctima aseguró que es la tercera vez que ocurre este tipo de violación pero en sólo dos casos el desenlace a culminado en asesinato. Hace dos años una mujer fue violada y asesinada en la misma circunstancia en el sector Tamare de Mara.
Ayarelis Josefina Perche no conocía a su victimario al igual que sus parientes. El sujeto estaba debajo de la alcantarilla en la vía a Cuatro Bocas a la espera que pasara cualquier mujer para atacarla. Desafortunadamente Perche pasó por ese lugar a esa hora luego que acompañó a una de sus hermanas al CDI de la Sierrita.
Esta humilde mujer era madre de tres hijos y trabajaba en una tostada propiedad de su hermano Guillermo Perche.




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