Cuerpos de seguridad continuaron el lunes la búsqueda de José Tovar Colina y sus cómplices en centro del país.
El miércoles, 11 de diciembre, en la tarde, la Guardia Nacional y la
policía judicial fueron advertidos sobre la llegada al barrio
Bicentenario de El Sombrero, Guárico, de uno de los delincuentes más
buscados del país: José Antonio Tovar Colina, apodado el Picure.
El
hombre, de 25 años de edad, llegó al lugar donde creció manejando una
camioneta Toyota 4Runner, para participar en un festín que se celebraría
desde el viernes en la cancha de la comunidad. El evento fue llamado
Gran Rumba Tren del Llano.
Poco a poco, la zona fue tomada por los
miembros armados de la organización comandada por Tovar. Versiones
extraoficiales indican que el viernes fue asaltado un agente del Sebin
en la misma estación de servicio donde el 22 de julio integrantes de la
banda mataron al funcionario del Cicpc, Renny Jesús Mejías, de 35 años
de edad, en venganza por haber prestado un camión para transportar los
bienes decomisados de un hotel propiedad de Tovar.
La policía
judicial organizó una operación con más de 200 efectivos enviados desde
la Brigada de Acciones Especiales y de los estados Aragua y Guárico. El
tiroteo del sábado causó ocho muertos y nueve heridos, según el último
parte suministrado por el ministro de Interior, Miguel Rodríguez Torres.
Entre las víctimas fatales está un inspector del Cicpc, José Manuel
Fernández; así como un lugarteniente de Tovar, José Bernardino Galindo,
alias Tucusito. Pero el líder de la banda logró escapar, y hasta el
lunes en la tarde seguía prófugo, junto con un grupo de sus más cercanos
colaboradores.
Menú delictivo. La organización del Picure
comenzó como una pequeña banda de ladrones de vehículos en 2008. Los
atracadores le quitaban las camionetas a los hacendados de Guárico y el
sur de Aragua para luego exigir dinero por devolverlas.
A la
extorsión derivada del robo de automóviles se unió la aplicada contra
los dueños de fincas, comercios y constructoras. Un organigrama
elaborado en la Guardia Nacional reveló que dos de los fallecidos el
sábado en la madrugada fungían como enlaces entre el grupo delictivo y
los sindicatos que dominan el tendido de la vía férrea en Guárico: José
Gregorio Campos, alias Goyito, y Anderson Solórzano, apodado Morroco.
La
organización también incursionó de lleno en el tráfico de drogas.
Fuentes militares informaron que lo hacían de dos formas: mediante la
custodia de cargamentos en el centro del país y también por la venta al
mayor en El Sombrero. Esto originó enfrentamientos con otras bandas ya
establecidas. El 7 de febrero de 2012, por ejemplo, asesinaron a Luis
Abad Maluenga e hirieron a Wilson Torrealba durante un tiroteo en el
barrio Campo Alegre.
En la actualidad, el grupo del Picure
contaría con 25 miembros, algunos de ellos soldados de la Fuerza Armada
Nacional plenamente identificados. Los muertos o detenidos han sido
remplazados por nuevos cuadros. Usan armas cortas, así como también
fusiles Colt AR-15, AK-103 y FAL. Tenían en su poder al menos un
lanzagranadas antitanque (AT4), que fue recuperado en septiembre. Entre
sus últimas adquisiciones figuran dos fusiles rusos hurtados en agosto
de la base aérea de El Sombrero.
Cadáveres en San Juan. Hasta
ayer en la tarde permanecían en la morgue de San Juan de los Morros los
cadáveres de los ocho integrantes de la banda fallecidos el sábado.
Entre ellos, los de Bethzabeth Aponte y Mileidis Belisario. Fuentes de
la Fiscalía señalaron que varios internos de la Penitenciaría General de
Venezuela presionaban para que los entregasen a sus familiares.
El
Cicpc busca al Picure en San Juan de los Morros, Calabozo, El Sombrero y
Barbacoas, donde aún opera parte de sus redes delictivas.
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