El peligro latente de
“agotar” el espectro radioeléctrico durante la próxima década impulsó el
desarrollo de un nuevo canal de transmisión de Internet.
Así, se desarrolló el Li-Fi, (Light Fidelity), una tecnología que permite la transmisión de datos a través de ondas lumínicas emitidas por luces tipo LED.
El responsable de esta evolución es Harald Haas,
director del departamento de Comunicaciones Móviles de la Universidad
de Edimburgo, quien lideró el trabajo que buscó optimizar la transmisión
de datos a través de dispositivos electrónicos.
Así, el especialista comprobó que un
“cambio de intensidad de la luz”, imperceptible para el hombre, puede
enviar datos a gran velocidad, constituyéndose en un dispositivo más
eficiente, barato y rápido que la actual conexión inalámbrica.
Sin embargo, aclaró Haas, el Li-Fi no es rival del Wi-Fi, sino que deben verse como complementarios – aunque puede brindar acceso a Internet 100 veces más rápido y descargar el equivalente a 23 DVD en un segundo-.
“El Li-Fi no puede tener señal en una
montaña donde no haya luz”, detalló, a la vez que mencionó algunos casos
en los que la transmisión vía LED puede ser más útil: “Podemos hacer
que los faros delanteros y traseros LED de los autos puedan enviar
información a otro coche”. También, se sortearían los problemas de
conexión Wi-Fi en los aviones: “Se podrían usar las luces que iluminan
los asientos” para proveer Internet, detalló al diario ‘El País’.
Sin embargo, hay dos variables negativas
que se deben considerar: primero, los dispositivos con Li-Fi sólo
funcionan cuando están conectados de manera directa a la luz y no pueden
alejarse de ella; y, por último, al necesitar tecnología adicional,
como lectores, se pueden volver demasiado costosos.
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