¿A quién no le ha pasado que durante las
noches no puede dormir y lo que hace es levantarse de la cama, caminar a
la cocina, abrir la nevera y buscar qué comer? Seguramente a muchos,
incluso a ti también.
El agente causal de esta
reacción es que la ausencia de sueño incrementa los niveles en sangre,
una señal química que amplia el gusto por la comida. Pero no
cualquier comida, por lo general, son alimentos poco saludables como los
dulces, las golosinas o las comidas saladas con alto contenido en
grasa, así lo demostró un estudio publicado por la revista Sleep.
El estudio se basó en establecer el vinculo que existe entre dormir poco y el aumento de peso. Para ello, se sometió al experimento a 14 jóvenes
voluntarios sanos, que privados de sueños no pudieron resistirse a todo
tipo de chucherias (galletas, caramelos y hasta papas fritas),
golosinas y salados que los científicos definen como aperitivos
altamente “gratificantes”.
Los jóvenes no pudieron resistirse a la tentación de saborear y de gustar estos aperitivos y lo más sorprendente es que habían transcurrido sólo dos horas desde que éstos habían ingerido alimentos que cubrían el 90 % de sus necesidades calóricas diarias.
El estudio reseña que las consecuencias de la ausencia de sueño inciden en el apetito y tiene mayor impacto en las últimas horas de la tarde y las primeras de la noche. Este tipo de hábitos están íntimamente relacionado con el aumento de peso.
“Descubrimos que la falta de sueño estimula una señal que puede aumentar el aspecto hedonista de la ingesta de alimento,
el placer y la satisfacción a través de la comida”, indicó la
endocrinóloga de la Universidad de Chicago, Erin Hanlon, una de las
creadoras del estudio.
La falta de sueño, dijo la experta, “parece aumentar” el sistema endocannabinoide del cerebro -el mismo al que afecta el ingrediente activo de la marihuana- para incrementar el deseo de tomar alimento.
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