Por: Fatima Morillo
Asistir a una consulta ginecológica no
tiene que ser siempre porque se inició la vida sexual o para el control
del embarazo. Lo más recomendable es ir desde la primera menstruación
para hacer chequeos y verificar que todo está en perfecto estado.
No
solo las chicas que están activas sexualmente tendrán enfermedades o
problemas ginecológicos puesto que existen algunos de estos que se dan
frecuentemente antes y después de iniciarse íntimamente, como lo son el
síndrome de ovarios poliquísticos y vaginitis.
Además,
está el cáncer de cuello uterino, el cual tiene factores predisponentes
que son: la edad de las primeras relaciones sexuales, la multiplicidad
de parejas y que esas parejas a su vez sean promiscuas.
Síndrome de ovarios poliquísticos:
Es
un problema de salud frecuente en las adolescentes. Aunque no se
conocen sus causas, parece estar relacionado con un desequilibrio
hormona y un incremento en la producción de insulina.
Cuando
se tiene este síndrome, los ovarios producen grandes cantidades de
andrógenos, la hormona masculina, y esto afecta el desarrollo y
liberación del óvulo, es decir que, a veces, en vez de formarse y
madurar el óvulo, se desarrollan quistes en los ovarios, que son
bolsitas llenas de líquido. Esta bolsita no se libera durante la
menstruación, como debería ocurrir con el óvulo, estas crecen y siguen
aumentando de tamaño, esto produce que las chicas no tengan presencia de
menstruación o tengan periodos irregulares.
Sus
síntomas son: periodos muy fuertes o irregulares, aumento de peso,
obesidad o dificultad para mantener un peso normal, hirsutismo, poco
cabello en la cabeza, acné y poros obstruidos, oscurecimiento y
engrosamiento de la piel alrededor del cuello, axilas o senos,
hipertensión, colesterol alto o diabetes.
Las
chicas que padecen esta afección son más proclives a la infertilidad,
crecimiento excesivo de vello corporal, obesidad, diabetes, cardiopatía,
hipertensión, sangrados uterinos anómalos y cáncer.
Esta
enfermedad no tiene cura, aunque si se trata a tiempo se puede
controlar. El paso más importante consiste en diagnosticarlo, ya que el
hecho de recibir un tratamiento adecuado reduce las probabilidades de
que los pacientes desarrollen efectos secundarios o colaterales graves.
Este síndrome desencadena una serie de problemas que son: amenorrea, dismenorrea, oligomenorrea e hipermenorrea.
Amenorrea:
Es
la falta de menstruación en una mujer. Se pueden clasificar en dos
grandes grupos: amenorreas primarias y amenorreas secundarias. Las
amenorreas primarias son aquellas en las que una mujer nunca ha
menstruado, a pesar de haber alcanzado una edad en la que esto ya
debería haber ocurrido, y que se establece entre los 16 y los 18 años
como máximo; y las amenorreas secundarias son aquellas que le suceden
por algún motivo a una mujer que hasta ese momento menstruaba con
regularidad.
Sus causas pueden ser
anomalías hormonales, hipogonadismo o hipogonadotropo, pubertad
retrasada y síndrome de Kallman. Otra de las causas son las anomalías de
los genitales, síndrome de Turner, síndrome de Swyer, síndrome de
Morris, de Rokitansky e Himen imperforado.
Dismenorrea:
Es
una irregularidad de la función menstrual que se caracteriza por
períodos dolorosos que aparecen con la menstruación. Muchas adolescentes
experimentan calambres menstruales justo antes y durante sus períodos
menstruales. Para algunas, el malestar es más que molesto. Para otras,
puede ser lo suficientemente grave como para interferir con las
actividades cotidianas por unos días cada mes.
Sus
síntomas son dolor sordo, de larga duración, palpitante o calambres en
la parte baja del abdomen, dolor que se irradia a la zona lumbar y los
muslos. Hay algunas que experimentan náuseas, vómitos, heces líquidas,
transpiración o mareo.
La dismenorrea
es un problema tratable, existen medicamentos y tratamientos caseros
que disminuyen el dolor. Si el dolor es causado por un trastorno
subyacente, como endometriosis o fibromas, se necesitará de cirugía para
reducir los síntomas.
Oligomenorrea:
El ciclo
menstrual regular dura de 28 días, aproximadamente, en el caso de la
oligomenorrea este ciclo es más largo, pudiendo alcanzar los 90 días. Se
deben hacer análisis hormonales entre el tercer y el quinto día del ciclo para determinar cuál es la causa de sufrir este trastorno.
Sus
causas pueden ser: obesidad, trastornos alimentarios o pérdida
repentina de peso, glándula del tiroides hiperactiva, hacer ejercicio
excesivo, enfermedades emocionales o psíquicas, aumento de los niveles
de prolactina, síndrome del ovario poliquístico y crecimiento de la
producción de andrógenos.
Hipermenorrea:
Se
llama “hipermenorrea” a la hemorragia menstrual abundante, que se
traduce en el aumento de paños que debe cambiarse la mujer durante la
menstruación. Para que la cantidad de menstruación sea normal debe haber
una buena contracción del útero, el endometrio cubrirse adecuadamente
del tejido epitelial y la coagulación de la sangre tiene que ser normal.
Este
problema tiene diversas causas, que pueden ser: alteraciones de la
contracción del útero, aumente de la superficie sangrante del útero,
congestión del útero, alteraciones de la sangre y enfermedades
generales.
Vaginitis:
Es
una inflamación de la pared mucosa de la vagina, que normalmente se
acompaña de afectación vulvar, por lo que es más común hablar de
vulvovaginitis. Esta inflamación es más frecuente en niñas y
adolescentes. Las mujeres padecen de vaginitis a lo largo de su vida.
Sus
causas pueden ser infecciones, reacciones alérgicas, traumatismos o
cuerpos extraños en el interior de la vagina y hormonales. Sus factores
de riesgo son: inmunodepresión, tratamientos prolongados con
antibióticos de amplio espectro y corticoides, anticonceptivos orales,
embarazo, diabetes, obesidad, usar ropa muy ajustada y el cigarrillo.
Sus
síntomas son: picazón, hinchazón, enrojecimiento de los tejidos y una
secreción vaginal extraña denominada leucorrea. El flujo vaginal normal
es blanco, heterogéneo y carece de olor; cualquier cambio en las
características del mismo puede indicar la presencia de una vaginitis
infecciosa.
Si tiene síntomas de
alguno de estos problemas es necesario asistir a la consulta
ginecológica, para así controlar estos problemas. Para evitar
infecciones en el aparato reproductor se recomienda no usar ropa
ajustada, utilizar jabones íntimos que controlen el pH, no sentarse en
baños públicos tal y como recomiendan las mamás, tías y abuelas, no
abusar del ejercicio, entre otras cosas.
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