En vista del exitazo que ha tenido esta cinta en todas las
salas del país desde su estreno, nos pusimos en contacto con su creador
pa’ que nos contará con lujos y detalles cómo se siente al ver que un
gentío loco está fascinado con su comedia en la gran pantalla.
El director Luis Carlos Hueck, creador de la película Papita, maní y tostón,
no tiene palabras para explicar la felicidad y el orgullo que siente al
ver la respuesta que ha tenido del público criollo con su comedia, que
echa el cuento de cómo el amor puede más que la rivalidad que se vive en
nuestro país todos los años gracias a la temporada de beisbol nacional.
Al conversar con el director, sentimos cómo se le cortaba la voz de alegría al ver que todo el esfuerzo y trabajo que le puso durante más de cinco años a un proyecto por fin se ve hecho realidad en la gran pantalla, alcanzando un exitazo que nunca se imaginó, si no que lo digan las más de 650.000 personas que se han tripeado un mundo su primera película.
“De verdad que nunca me imaginé que la película iba a tener tantas vistas a tan solo un mes de su estreno. Creo que no encuentro las palabras adecuadas para explicarte lo contento que estoy al ver la cantidad de venezolanos que están disfrutando una idea que tuve y que pude llevar a la pantalla grande”.
Hacer esta peli para Hueck no fue soplar y hacer botellas, porque tuvo que fajarse full. Entre la preproducción, la búsqueda del dinero para hacerla, la filmación y la edición se tardó más de cinco años: “La idea de hacer una peli con este tema se me ocurrió estando en el estadio viendo un Caracas-Magallanes. Pensé que el beisbol era un sello clásico del venezolano y que valía la pena contar esta historia. De ahí en adelante luché y no descansé hasta tenerla lista”.
A medida que pasaba la conversa, sentimos que Luis Carlos era un costilla más del Propio, de hecho cuando agarró confianza nos retó entre risas a montarnos en el carrito de helados que sale en la peli y hasta nos contó que es caraquista de corazón y que una vez tuvo una novia magallanera, pero que la cosa no funcionó: “Una vez tuve una novia que le iba a los Navegantes pero no vayan a creer que la relación se terminó porque yo soy caraquista (risas), nada que ver, fueron otras las razones”.
Al conversar con el director, sentimos cómo se le cortaba la voz de alegría al ver que todo el esfuerzo y trabajo que le puso durante más de cinco años a un proyecto por fin se ve hecho realidad en la gran pantalla, alcanzando un exitazo que nunca se imaginó, si no que lo digan las más de 650.000 personas que se han tripeado un mundo su primera película.
“De verdad que nunca me imaginé que la película iba a tener tantas vistas a tan solo un mes de su estreno. Creo que no encuentro las palabras adecuadas para explicarte lo contento que estoy al ver la cantidad de venezolanos que están disfrutando una idea que tuve y que pude llevar a la pantalla grande”.
Hacer esta peli para Hueck no fue soplar y hacer botellas, porque tuvo que fajarse full. Entre la preproducción, la búsqueda del dinero para hacerla, la filmación y la edición se tardó más de cinco años: “La idea de hacer una peli con este tema se me ocurrió estando en el estadio viendo un Caracas-Magallanes. Pensé que el beisbol era un sello clásico del venezolano y que valía la pena contar esta historia. De ahí en adelante luché y no descansé hasta tenerla lista”.
A medida que pasaba la conversa, sentimos que Luis Carlos era un costilla más del Propio, de hecho cuando agarró confianza nos retó entre risas a montarnos en el carrito de helados que sale en la peli y hasta nos contó que es caraquista de corazón y que una vez tuvo una novia magallanera, pero que la cosa no funcionó: “Una vez tuve una novia que le iba a los Navegantes pero no vayan a creer que la relación se terminó porque yo soy caraquista (risas), nada que ver, fueron otras las razones”.
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