Tras años liderando los destinos de la empresa antes conocida como
Research In Motion, Mike Lazaridis renunció a su cargo hace ya un buen
tiempo. Sin embargo, siendo partícipe de la mesa directiva y su espíritu
emprendedor no se ha detenido, y — de hecho — sigue ligado a los
aparatos portátiles, pero esta vez orientados a la medicina.
Convencidos que el futuro de los diagnósticos estará guiado por procedimientos poco invasivos y altamente efectivos, Lazaridis y Doug Fregin — ambos co-fundadores de RIM — se embarcaron en un proyecto que podría hacer realidad los tricorders médicos de Star Trek.
Para eso han anunciado que pondrán a disposición de quienes quieran explorar esta idea, y desarrollar soluciones que guíen hacia productos utilizables, un fondo de inversión privado que pone a disposición USD $100 millones y todo el capital intelectual necesario para propiciar las condiciones necesarias para el surgimiento de esta tecnología cuántica, buscando además convertir a Waterloo — en Canadá — en el polo más importante de desarrollo de soluciones de nanotecnología y física cuántica del mundo.
“El tricorder médico sería asombroso, toda la idea de pruebas de sangre, resonancias magnéticas (…) imagina si pudieras hacer todo eso con un dispositivo único. Que pueda ser posible y posible sólo por la sensibilidad, selectividad y resolución que podemos conseguir de sensores cuánticos hechos a base de estos progresos en la física cuántica”, explicó Lazaridis.
El plan comienza ahora a sentar sus bases, y los resultados de esta revolución deberían comenzar a verse en dos o tres años más en forma de productos — probablemente no tricorders, pero otra clase de elementos que ayuden a ir hacia allá, para lo que apoyarán a un puñado de emprendedores selectos y empresas pequeñas que trabajen en distintas disciplinas para progresar en la creación de estos dispositivos.
Convencidos que el futuro de los diagnósticos estará guiado por procedimientos poco invasivos y altamente efectivos, Lazaridis y Doug Fregin — ambos co-fundadores de RIM — se embarcaron en un proyecto que podría hacer realidad los tricorders médicos de Star Trek.
Para eso han anunciado que pondrán a disposición de quienes quieran explorar esta idea, y desarrollar soluciones que guíen hacia productos utilizables, un fondo de inversión privado que pone a disposición USD $100 millones y todo el capital intelectual necesario para propiciar las condiciones necesarias para el surgimiento de esta tecnología cuántica, buscando además convertir a Waterloo — en Canadá — en el polo más importante de desarrollo de soluciones de nanotecnología y física cuántica del mundo.
“El tricorder médico sería asombroso, toda la idea de pruebas de sangre, resonancias magnéticas (…) imagina si pudieras hacer todo eso con un dispositivo único. Que pueda ser posible y posible sólo por la sensibilidad, selectividad y resolución que podemos conseguir de sensores cuánticos hechos a base de estos progresos en la física cuántica”, explicó Lazaridis.
El plan comienza ahora a sentar sus bases, y los resultados de esta revolución deberían comenzar a verse en dos o tres años más en forma de productos — probablemente no tricorders, pero otra clase de elementos que ayuden a ir hacia allá, para lo que apoyarán a un puñado de emprendedores selectos y empresas pequeñas que trabajen en distintas disciplinas para progresar en la creación de estos dispositivos.
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