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martes, 27 de octubre de 2015

Educacion sexual: Conoce cuáles son los errores más comunes en el sexo oral

En líneas generales, podría decirse que el sexo oral es una de las prácticas sexuales más sencillas de realizar y una de la que más disfrutan tanto hombres como mujeres. Según el estudio sobre Actitudes y Prácticas Sexuales del Centro de Investigaciones Sociológicas (cuya última edición se publicó en 2008) el 61,3% de los españoles reconoce haber realizado alguna vez sexo oral, lo que quiere decir que 4 de cada 10 españoles no han disfrutado nunca de él.
El miedo al rechazo, no saber cómo desenvolverse en situación, tabúes propios de otros tiempos o como el grado de higiene íntima de la otra persona (de tan sencilla y divertida solución como proponer una ducha juntos antes de practicarlo), hacen que algunas mujeres y hombres eviten disfrutar del placer oral propio o rechacen acercarse a los genitales de nadie. Y no saben lo que se pierden cuando se practica correctamente.
Como todo en la vida, siempre hay un margen de mejora en la técnica. Conocer los proncipales fallos que se suelen cometer puede darnos la clave para no estropear el momento. Expertos en la materia como la sexóloga Ada Cadell recomiendan echar un vistazo a lo que debemos evitar al dar o recibir sexo oral para conseguir que la otra persona alcance un orgasmo placentero sin igual y convertirnos en unos ases en el terreno.

Los errores comunes de ellas

Hacerlo en silencio
Aunque suene contradictorio, durante el sexo oral las mujeres son más propensas a permanecer con la boca cerrada, entiéndase, sin decir ‘ni pío’. Al tener los labios ocupados no los utilizan para comunicarse con la otra persona y esto es un error que impide en muchas ocasiones conseguir el grado óptimo de placer o llevar el ritmo adecuado. Ni qué decir que no hacer ningún sonido de placer que demuestre que ella también está excitada y disfrutando de la situación saca a los hombres de contexto y puede convertir el momento en algo incómodo. Las miradas y los gestos con los ojos pueden resultar la forma más sensual para hablar sin tener que emitir palabras.
Ir demasiado rápido
“Realizar una mamada satisfactoria suele resultar sencillo”, asegura Cadell en Yahoo, especialmente gracias a que los hombres suelen sobreexcitarse ante esta situación. Sin embargo, muchas mujeres realizan la felación directamente sin ningún juego previo. La boca y el miembro viril son los únicos protagonistas del encuentro, y es precisamente la falta de preliminares como besos, caricias, lametones o la intervención de manos o pies lo que puede ralentizar que los hombres alcancen el orgasmo y hacerlo más aburrido y rutinario. El gran problema es cuando se une la rapidez de entrar en acción con la de conseguir el clímax del otro. Las prisas nunca son buenas consejeras…
Cambiar el ritmo
Es recomendable variar el ritmo y la intensidad mientras se practica una felación para sorprender a la otra persona con sensaciones inesperadas. Alargar el acto para disfrutar de más tiempo de placer es siempre una buena idea, menos cuando el hombre ha alcanzado ese punto de no retorno en el que inevitablemente siente que va a tener un orgasmo. Frenar el ritmo de los acontecimientos en seco, en la mayoría de los casos por incomodidad en la postura o por cansancio cervical, “es tan molesto como frenar a alguien en medio de un estornudo”, ejemplifica Cadell.
Saltarse las cuatro S
La también autora del libro The Sexy Little Book of Oral Pleasure (ALPHA) y de toda una serie de documentales sobre el tema, explica que existen varias técnicas que ella ha denominado como las cuatro S –por sus siglas en inglés– que ayudan a las mujeres a triunfar mientras realizan sexo oral:
1. La bofetada (slap). No se refiere a nada doloroso,sino a darse leves golpecitos con el pene erecto del hombre en distintas partes del cuerpo, como la cara o los senos, para excitarles visual y táctilmente. 2. Escupir (spit). “Ver a una mujer echarse un escupitajo en la mano y usarlo como lubricación para el pene o los testículos es otro de los favoritos comunes entre los hombres”, describe Cadell. 3. Chupar (suck). Más que lamer, es importante hacer algo de succión especialmente alrededor de la cabeza del pene. 4. Tragar (swallow). No a todos los hombres les obsesiona la idea de que las mujeres ingieran el total de su semen después de que eyaculen, pero ir tragándose su propia saliva y las secreciones previas sin andar con una escupidera al lado les resulta de lo más estimulante. Si no quiere ingerir nada de ninguna de las maneras, es útil ayudarse de una mano parar no parar en seco y de paso disimular mientras escupen lo acumulado en la boca.

Los errores comunes de ellos

Centrarse en una sola tarea
En lo que a sexo oral se refiere, algunos hombres se centran en lo que coloquialmente se denomina como ‘bajar al pilón’ sin estimular ninguna otra zona. La mayoría de las mujeres suelen tardar más que los hombres en disfrutar de un orgasmo cuando les practican sexo oral. A menudo esto ocurre porque ellos se centran en dar lametones en un mismo sentido y con el mismo ritmo en una zona concreta.
Cuantas más áreas se cubran, mejor, por lo que nunca está de más utilizar los dedos para simultanear la excitación vaginal con la clitoridiana. Preguntarle si le está agradando y guiarse por sus gemidos de placer, es más importante que dar con el orificio adecuado y dejar que la lengua lo haga todo.
Poca improvisación
A ambas partes les excitan los cambios de ritmo y la intensidad, pero igual que algunas mujeres lo suben sin mesura para que ellos eyaculen rápidamente, muchos hombres centran su labor en introducir la lengua en la vagina sin tan siquiera modificar los movimientos de la misma –Cadell recomienda probar con el limpiaparabrisas, los círculos y los lametones de arriba a abajo– y esto, especialmente cuando no se acierta desde primeras, hace que la felación resulte incómoda e insatisfactoria. Asimismo, como les ocurría a ellos, cambiar el ritmo sin ton ni son en los momentos más inoportunos corta el orgasmo femenino y toca volver a empezar.
No usar los labios
Exacto, se llama sexo oral porque se practica con la boca y esta tiene más partes –en este caso herramientas– aparte de la lengua. Los labios aportan movimientos y texturas diferentes y placenteras. La sexóloga recomienda probar con la técnica de la armónica: “Hacerlos vibrar como si tocase una melodía puede ofrecer una sensación diferente que no va a olvidar”.
Posturas erróneas
Para evitar la aburrida rutina, Cadell explica paso a paso “la forma más sencilla, eficaz, apasionada y entusiasta con la que un hombre puede dar sexo oral a una mujer” que apenas requiere de dos técnicas que muchos olvidan: poner una almohada debajo del trasero de la fémina para elevarla y tener un acceso directo a sus genitales, y besar su vulva tal y como lo haría en su boca.

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