En
líneas generales, podría decirse que el sexo oral es una de las
prácticas sexuales más sencillas de realizar y una de la que más
disfrutan tanto hombres como mujeres. Según el estudio sobre Actitudes y
Prácticas Sexuales del Centro de Investigaciones Sociológicas (cuya
última edición se publicó en 2008) el 61,3% de los españoles reconoce
haber realizado alguna vez sexo oral, lo que quiere decir que 4 de cada
10 españoles no han disfrutado nunca de él.
El miedo al rechazo, no
saber cómo desenvolverse en situación, tabúes propios de otros tiempos o
como el grado de higiene íntima de la otra persona (de tan sencilla y
divertida solución como proponer una ducha juntos antes de practicarlo),
hacen que algunas mujeres y hombres eviten disfrutar del placer oral
propio o rechacen acercarse a los genitales de nadie. Y no saben lo que
se pierden cuando se practica correctamente.
Como todo en la vida,
siempre hay un margen de mejora en la técnica. Conocer los proncipales
fallos que se suelen cometer puede darnos la clave para no estropear el
momento. Expertos en la materia como la sexóloga Ada Cadell recomiendan echar un vistazo
a lo que debemos evitar al dar o recibir sexo oral para conseguir que
la otra persona alcance un orgasmo placentero sin igual y convertirnos
en unos ases en el terreno.
Los errores comunes de ellas
Hacerlo en silencio
Aunque suene
contradictorio, durante el sexo oral las mujeres son más propensas a
permanecer con la boca cerrada, entiéndase, sin decir ‘ni pío’. Al tener
los labios ocupados no los utilizan para comunicarse con la otra
persona y esto es un error que impide en muchas ocasiones conseguir el
grado óptimo de placer o llevar el ritmo adecuado. Ni qué decir que no
hacer ningún sonido de placer que demuestre que ella también está
excitada y disfrutando de la situación saca a los hombres de contexto y
puede convertir el momento en algo incómodo. Las miradas y los gestos
con los ojos pueden resultar la forma más sensual para hablar sin tener
que emitir palabras.
Ir demasiado rápido
“Realizar una mamada
satisfactoria suele resultar sencillo”, asegura Cadell en Yahoo,
especialmente gracias a que los hombres suelen sobreexcitarse ante esta
situación. Sin embargo, muchas mujeres realizan la felación directamente
sin ningún juego previo. La boca y el miembro viril son los únicos
protagonistas del encuentro, y es precisamente la falta de preliminares
como besos, caricias, lametones o la intervención de manos o pies lo que
puede ralentizar que los hombres alcancen el orgasmo y hacerlo más aburrido y rutinario. El gran problema es cuando se une la rapidez de entrar en acción con la de conseguir el clímax del otro. Las prisas nunca son buenas consejeras…
Cambiar el ritmo
Es recomendable variar
el ritmo y la intensidad mientras se practica una felación para
sorprender a la otra persona con sensaciones inesperadas. Alargar el
acto para disfrutar de más tiempo de placer es siempre una buena idea,
menos cuando el hombre ha alcanzado
ese punto de no retorno en el que inevitablemente siente que va a tener
un orgasmo. Frenar el ritmo de los acontecimientos en seco, en la
mayoría de los casos por incomodidad en la postura o por cansancio
cervical, “es tan molesto como frenar a alguien en medio de un estornudo”, ejemplifica Cadell.
La también autora del libro
The Sexy Little Book of Oral Pleasure (ALPHA) y de toda una serie de
documentales sobre el tema, explica que existen varias técnicas que ella
ha denominado como las cuatro S –por sus siglas en inglés– que ayudan a
las mujeres a triunfar mientras realizan sexo oral:
1. La bofetada (slap).
No se refiere a nada doloroso,sino a darse leves golpecitos con el pene
erecto del hombre en distintas partes del cuerpo, como la cara o los
senos, para excitarles visual y táctilmente.
2. Escupir (spit). “Ver a una mujer
echarse un escupitajo en la mano y usarlo como lubricación para el pene o
los testículos es otro de los favoritos comunes entre los hombres”,
describe Cadell.
3. Chupar (suck). Más que lamer, es importante hacer algo de succión especialmente alrededor de la cabeza del pene.
4. Tragar (swallow). No a todos los
hombres les obsesiona la idea de que las mujeres ingieran el total de su
semen después de que eyaculen, pero ir tragándose su propia saliva y
las secreciones previas sin andar con una escupidera al lado les resulta
de lo más estimulante. Si no quiere ingerir nada de ninguna de las
maneras, es útil ayudarse de una mano parar no parar en seco y de paso
disimular mientras escupen lo acumulado en la boca.
Los errores comunes de ellos
Centrarse en una sola tarea
En lo que a sexo oral
se refiere, algunos hombres se centran en lo que coloquialmente se
denomina como ‘bajar al pilón’ sin estimular ninguna otra zona. La
mayoría de las mujeres suelen tardar más que los hombres en disfrutar de
un orgasmo cuando les practican sexo oral. A menudo esto ocurre porque
ellos se centran en dar lametones en un mismo sentido y con el mismo
ritmo en una zona concreta.
Cuantas más áreas se
cubran, mejor, por lo que nunca está de más utilizar los dedos para
simultanear la excitación vaginal con la clitoridiana. Preguntarle si le
está agradando y guiarse por sus gemidos de placer, es más importante
que dar con el orificio adecuado y dejar que la lengua lo haga todo.
Poca improvisación
A ambas partes les
excitan los cambios de ritmo y la intensidad, pero igual que algunas
mujeres lo suben sin mesura para que ellos eyaculen rápidamente, muchos
hombres centran su labor en introducir la lengua en la vagina sin tan
siquiera modificar los movimientos de la misma –Cadell recomienda probar
con el limpiaparabrisas, los círculos y los lametones de arriba a
abajo– y esto, especialmente cuando no se acierta desde primeras, hace
que la felación resulte incómoda e insatisfactoria. Asimismo, como les
ocurría a ellos, cambiar el ritmo sin ton ni son en los momentos más
inoportunos corta el orgasmo femenino y toca volver a empezar.
No usar los labios
Exacto, se llama sexo
oral porque se practica con la boca y esta tiene más partes –en este
caso herramientas– aparte de la lengua. Los labios aportan movimientos y
texturas diferentes y placenteras. La sexóloga recomienda probar con la
técnica de la armónica: “Hacerlos vibrar como si tocase una melodía
puede ofrecer una sensación diferente que no va a olvidar”.
Posturas erróneas
Para evitar la aburrida
rutina, Cadell explica paso a paso “la forma más sencilla, eficaz,
apasionada y entusiasta con la que un hombre puede dar sexo oral a una
mujer” que apenas requiere de dos técnicas que muchos olvidan: poner una
almohada debajo del trasero de
la fémina para elevarla y tener un acceso directo a sus genitales, y
besar su vulva tal y como lo haría en su boca.
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