Mateo Gough es un hombre de 25 años, que se atrevió a saltar en paracaídas y escapó de un grave accidente con sólo leves cortes y contusiones después de que su equipo no abriera a 1.000 metros de altura.
El joven dijo que pensaba que iba a morir y en medio del incidente
filmó el salto en el lago Garda, Italia, con una cámara montada en su
casco.
Finalmente y a pocos metros de llegar a la superficie su paracaídas se abrió parcialmente por lo que terminó con lesiones en el tobillo, rodillas y nariz.
Gough estuvo participando en deportes extremos, sin embargo este episodio lo llevó a viajar de regreso a Gran Bretaña.
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