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martes, 26 de noviembre de 2013

Los 6 mandamientos de un buen jefe

Todo el que es jefe recuerda con cierta nostalgia sus días de empleados. Y es que, aunque muchos se nieguen a creerlo, no hay una labor más difícil y titánica que manejar un equipo de trabajo, pues si bien están en teoría “a tus órdenes”, también están bajo tu responsabilidad, y el éxito de un proyecto determinado dependerá de tu habilidad para gestionar, delegar responsabilidad y resolver conflictos de manera armoniosa.
Por eso te traemos estas claves en forma de mandamientos para que logres llevar las cosas en paz y con el camino claro hacia la productividad:

Nº 1: Escucha (de verdad, escucha)
Si alguno de tus empleados se acerca a ti para plantearte una inquietud o problema, debes demostrarle que tiene tu atención. Corrobora lo que te dice, repite algunos puntos para hacer hincapié, incluso demuestra tu desacuerdo de manera respetuosa en caso de que así lo pienses. A veces una persona solo necesita ser escuchada y debatir puntos de interés con su jefe le dará el feedback para mantenerse motivada.

Nº 2: Gánate la confianza (y aprende a confiar)
Tu palabra vale oro. Si le demuestras que lo que dices se cumple (para su favor y el beneficio de la empresa) respetarán tu criterio y será más armoniosa la ejecución de los procesos. Pero también debes aprender a confiar en el talento humano que te rodea. Darles ese voto de confianza es otra forma de estimular un buen desempeño profesional y productivo.

Nº 3: Asegura siempre la llegada de la calma
En los momentos de conflictos debes ser el agente que garantice la calma, no la guerra.
Si un empleado se presenta ante ti alterado por una determinada situación es bueno que lo escuches, que lo dejes hablar aunque no estés de acuerdo con lo que dice o cómo lo dice. Memoriza sus puntos y luego, una vez él o ella se haya desahogado, preséntale tus argumentos.
Y en los momentos de una crisis (por el malestar de un cliente, por ejemplo) aunque eres tú el que tiene más que perder, no puede ser el que peor lo demuestre. Si es tu empresa debes velar porque las cosas se solucionen en armonía. Un ejemplo de calma y acción siempre será mejor que desesperación y frustración.

Nº 4: Respeta los puntos de vista de los demás
No puedes obligar a tus empleados a que piensen como tú. Pero sí puedes explicarles tu punto de vista, escuchar el de ellos e intentar convencerlos o, al menos, llegar a un acuerdo.
Ser intransigente u obtuso no te traerá buenos resultados. Las cosas deben hacerse no “porque tú lo dices”, sino porque estás seguro que es la mejor vía para ellos y para la empresa.

Nº 5: No esperes demasiado para tomar decisiones importantes
Un evento que requiera una pronta intervención no puede postergarse, generará con el paso de los días descontento en la empresa y podrá ser tomado en tu contra. Analiza todos los pasos antes de tomar una decisión, pero tómala.
Dato: algunos analistas recomiendan tomar decisiones importantes del día a día ante de las 11 de la mañana, pues debido a los ritmos circadianos se genera más confianza en la naturaleza humana entre las 7:30 y las 11 de la mañana.

Nº 6: Motívalos
Con palabras de aliento, con actividades recreativas, con correos electrónicos de felicitaciones por proyectos cerrados con éxito. Hay muchas maneras de mantener a un equipo comprometido con lo que hace, pero a muchos se les olvida ponerlas en práctica. Abre un espacio en la semana y busca siempre una nueva vía para motivarlos y den lo mejor de sí con satisfacción.





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