Cada vez que iniciamos una relación de pareja todo suele ser color de rosa. El amor nos hace creer que esa otra persona es “perfecta”, sin darnos cuenta que tiene defectos o detalles que a la larga no nos gustarán.
Durante
esa búsqueda, muchas veces queremos encontrar esa media naranja que nos
complemente y nos haga 100% felices. Es allí cuando surgen los
principales elementos que influyen para tener una relación sana, tales
como la confianza, el respeto y la honestidad, entre otros.
En una pareja es indispensable el apoyo mutuo, la idea es que se tengan uno al otro para ofrecerse su hombro cuando alguno necesite llorar, reír o compartir ciertos momentos. Asimismo, la justicia y la igualdad, son de la misma importancia en una relación sana.
Helen Lupo, psicóloga psicoanalista, afirma que “cuando una persona
no es feliz, no está realizado o se encuentra en una especie de limbo,
busca en su pareja lo que él no tiene. La idealiza poniendo en ella
todas sus expectativas y creando una relación de dependencia”.
No se trata de llevar cuentas y que todo sea exactamente igual, sino
que sea algo equitativo. Cuando hay una lucha de poderes en una
relación, una de las dos personas intenta salirse siempre con la suya, se convierte en algo insano.
“Tomar a una pareja como alguien que viene a hacerte el camino y uno
de los dos queda por fuera, allí empiezan los celos, la insatisfacción,
los reproches e incluso, comienza a pesar y a fastidiar”, agregó Lupo.
Del mismo modo, las faltas de respeto, las acciones controladoras y abusivas,
bien sean físicas o verbales, también convierten la relación en no
sana. Sin embargo, muchas de estas se dan por vivencias previas en sus
hogares.
Es decir, cuando una persona ha vivido con otras que se comportan
violentamente, sin respeto, hay reflejo de estas actitudes en futuras
relaciones.
Para reconocer si estas en una relación insana puedes preguntarte, mi pareja:
- ¿Se molesta cuando no abandono todo por él o por ella?
- ¿Crítica la manera en que me visto o mi aspecto y dice que no encontraré a nadie más que quiera salir conmigo?
- ¿Pretende que no vea a mis amigos o que no hable con otros chicos o chicas?
- ¿Quiere que deje una actividad, aunque sea algo que me encanta hacer?
- ¿Me levanta alguna vez la mano cuando se enfada, como si fuera a pegarme?
- ¿Trata de forzarme en el sexo, a ir más allá de donde yo quiero?
Sin embargo, estas no son las únicas preguntas para descubrir si estás en una relación tóxica, lo importante es que sepas reconocer cómo es tu relación y tomar las riendas de la misma, para lograr la plena felicidad con tu media naranja.
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